A veces me pregunto... ¿Qué tan bajo puedo caer? ¿Qué tanto me destruire?
Al regresar a casa pensaba en mil formas de huir y alejarme de todos y todo aquello que para mi significaban un constante dolor y un lento agonizar, cómo si alguien abriese el abdomen mirando nuestra expresión con una gran sonrisa psicópata, que al querer más éxtasis estruja los intestinos. Pero me di cuenta de todo, yo lo que quería era huir de todo, cuando ni siquiera antes me he tomado las tarea de enfrenta todo junto con la ignorante sociedad.
Después de dejar a un lado el hecho de que en verdad quería huir... Me di la oportunidad.
De crecer, de conocer, de amar...
