Día de resaca

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Para cuando regresaron Bárbara y Dick al hotel era la madrugada, al menos el par iban más lívidos que los más jóvenes del grupo, el acróbata acompaño a su amiga y es novia hasta la puerta de su cuarto entre risas y habladurías triviales y sin mucho sentido en varias ocasiones, cuando supo que ella estaba a salvo en su cuarto se fue caminando devuelta al suyo aunque la curiosidad le comía la palma de la mano y decidió ir a revisar la habitación de Tim y Jason; Dick podía ser idiota pero cuando quería meter sus narices en asuntos que no le importaban sabia como lograrse colar hasta la Casa Blanca sin ningún problema, y ocupando una réplica de la tarjeta de la habitación se atrevió a husmear ocupando un poco la luz de la luna para ver dentro desde la puerta del cuarto.

Los dos petirrojos estaban completamente dormidos y abrazados, siendo Tim el que dormía encima de Jason con la cabeza pegada a su pecho mientras el mayor lo abrazaba contra su cuerpo. Dick cerró la puerta sin hacer mucho ruido aguantando las risitas al encontrar infraganti al par de chicos, y no dudó en pensar que esos dos tenían algo por mucho que lo querían ocultar ya los había descubierto y pensaba avisarlo al resto de la familia mañana por la mañana como buen hermano mayor que era, si es que la resaca no lo ataba a la cama al día siguiente.

Regreso a su cuarto y antes de que pudiera si quiera cerrar la puerta una almohada lo golpeo directo a la cara que lo hizo caerse de bruces al suelo, cuando se levanto del piso puede ver a lo lejos aún furioso Damian Wayne enfundado en su pijama pero eso no era lo alarmante sino el ceño fruncido tanto que se preguntaba cómo no le dolía aquello al menor, Dick trató de calmarlo pero solo recibió más golpes y hasta que se canso Damian dejó de golpearlo.

-Me las pagarás caro tu traición, Grayson-con eso dicho el menor se fue a su cama donde estaba compartiéndola con total calma con los dos minis. Podía estar enojado con el acróbata más no con el mini clon de este, y sin que lo dijese le encantaba la compañía del pequeño mini.

Dick no comprendió aquella cuestión pero no quizo darle importancia, recogió las almohadas que le fueron lanzas y abandonadas en el piso y las tiro en su cama, no se cambio ni nada antes de meterse entre las sábanas de la mullida cama para dormir un rato o más bien caer casi en un coma completo hasta el día siguiente.





El sol comenzó a filtrarse de la puerta de vidrio y una de las ventanas de la habitación compartida, los dos petirrojos solo se quejaron entre sí y más aún al escuchar la alarma del celular del menor, Tim se tuvo que despertar y alargar la mano hacia la mesita de noche cerca a la cama para apagarlo solo que al hacerlo el aparato cayó al piso de madera creando un golpe hueco en este, el menor solo grupo más lo ignoro y siguió durmiendo encima de aquel cuerpo cálido como no concentrarse en el dolor de cabeza y las nauseas que tenía.

Los minis por su parte se fueron despertando y desde temprano comenzaron a jugar en el piso de la habitación con total alegría, otros pequeños solo se subieron a la cama contigua para dormir con el par de petirrojos y unos pocos tomaron el teléfono de la habitación y llamaron servicio a la habitación pidiendo casi todo el menú que había para poder desayunar perfectamente bien mientras sus dueños seguían durmiendo, claro hasta que llegara el servicio, el cual se tardó una hora en llegar por el tipo de comida que fue pedido por los minis.

-Jay... Tocan la puerta-murmuro Tim casi con pereza. Una queja no tardó mucho en hacerse presente por parte del aludido que abrazo más al pequeño petirrojo como cambio la posición en la que dormían tumbando al menor a su lado de la cama y seguir apegándolo a el.

-Es tu turno, ayer yo atendí al servicio-pidió con calma casi dormido Jason, mientras enterrando su rostro contra el cabello del menor, alcohol, tabaco y el olor delicioso al perfume de este lo hizo ronronear del gusto y sonrojar al otro. Los golpes a la puerta volvieron a replicar en la estancia como la voz del muchacho que traía la comida se volvió a alzar.

-Pero no puedo si me sigues abrazando-dijo entre risas y nerviosismo, Jason solo gruño y aunque no deseo lo solto y dejo que le pequeño petirrojo fuera a atender la puerta con total calma. Los minis se escondieron debajo de los muebles como escondieron los juguetes para evitar que los atrapasen, en cuanto los pequeños que dormían encima de la cama se encargó de Jason de cubrirlos con la sabana y esconderlos.

Tim se acercó e ignoro que llevaba la camisa del mayor encima suyo tanto que esta cubrió sus bóxers cortos y logrando aparentar que estaba desnudo y solo esa prenda lo cubría, se acercó a la puerta de la habitación y abrió con una sonrisa algo soñolienta para que pasase al lugar el joven que le lanzó una mirada pícara al pobre petirrojo que dejaba a la vista sus piernas delgadas y bien formadas con alguna que otra cicatriz por allí; Tim no dijo nada solo le dio paso a la habitación y se divirtió cuando el muchacho que quizás tenía con deseos de cortejarlo termino olvidándolos al ver al mayor dormido y envuelto entre las sábanas, cuando el chico se había ido y Tim había cerrado la puerta se largo a reír como nunca antes en su vida tanto que el dolor de cabeza se había olvidado en esos instantes.

-¿De qué tanto te ríes, babybird?-murmuro semi dormido, quitando la sabana para que los minis no se ahogaran. Como con pereza se fue sentado en la cama y acalló un bostezo con la palma de su mano sobre su boca, abrió sus ojos con lentitud viendo como el tercer Robin se recuperaba de su ataque de risa y no pudo evitar comerse con la mirada más aún porque se le veía muy bien su camisa en él.

-Solo que arruinaste las ilusiones de un pobre chico, al querer salir conmigo-dijo con tranquilidad acercándose a la cama y sentándose aún lado, el mayor solo sonrió complice y lo atrapó entre sus brazos para apegarlo en contra suyo y dándole más besos en el cuello a su pequeño.

-Pero mala suerte por él, porque este petirrojo ya tiene dueño-las risas del menor solo le causaron más deseos de seguir con sus besos y cariños, o eso quizo hasta que el menor se separó de este con cara de asco y antes que le cuestionará el pobre chico salió corriendo al baño y no tuvo que ser genio para comprender que era lo que le pasó.

Se levanto para ir a tomar uno de los vasos que habían en el pequeño carrito de servicio y llenarlo de agua de una de las jarras que habían allí encima, y al tenerlo listo se fue donde su pequeño chico que estaba sentado con la espalda pegada a la pared del baño y respirando agitado y con algunas lagrimas cayéndole de los ojos por la fuerza que sin querer tuvo al momento de vomitar. El mayor le entregó el vaso con agua en sus manos y Tim a tragos pequeños fue bebiéndolo ya que no quería volver a vomitar y en parte quitarse el ardor de garganta.

-Recuérdame alejarte de la bebida-trato de bromear Jason más Tim solo le miro un poco molesto aunque le sonrió débilmente como agradecimiento por su intento y le devolvió el vaso vacío antes de levantarse e comenzar a cepillarse los dientes. Jason se levanto y fue a dejar el vaso viendo como los minis ya estaban demorando la comida- ¡Woah, Woah, tranquilos! La comida no es solo para ustedes pequeños roedores de dos píes...-tomando un poco de comida para tanto a él como a Tim, claro si Tim quiere comer después de lo sucedido.

El menor salió del baño con cara de pocos amigos solo para meterse en la cama del mayor, ninguno de los minis quizo molestarlo hasta dejaron de hacer mucho ruido y Jason recibió de manera silenciosa una negación a desayunar así que devolvió la comida a los minis porque hasta el no tenía mucho apetito viendo al pobre petirrojo en resaca, se metió entre las sábanas de su cama y abrazo al pobre chico para darle un poco de confort, Tim no lo alejó en cambio este se enredó más contra el cuerpo ajeno.

Aquel descanso se acabo porque a la habitación ingreso como si fuera suya propia las chicas o mejor dicho solo Stephanie y con ella venía Damian, ambos quejándose que sus compañeros de cuarto estaban de mal humor por la resaca y no tardaron en ver con diversión (Damian) y ternura (Stephanie) como la pareja dormía y compartía cama, Jason los regaño por hacer ruido teniendo a su pequeño pajarito enfermo y con la peor resaca del mundo haciéndose jurar nunca más volver a tomar una cerveza en su vida, algo que compartían Bárbara y Dick tras regresar de su viaje al bar ayer noche.

~...Continuará...~

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