III.

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III.

Jane

La voz de Olivia me hizo despertarme del trance en el que me hallaba. Según ella, se trataba del hijo de Robert Williams, el próximo heredero de una de las mayores riquezas de Inglaterra, Conrad Williams. Le examiné rápidamente antes de que se diera cuenta de que lo estaba haciendo. Sin duda era la viva imagen de su apuesto padre, pero con veinte años menos. Su altura y su forma de caminar imponían, sin duda se comportaba como un duque. Aparte mi mirada, dirigiéndola hacia mi derecha, donde se encontraba Olivia. Ella también parecía estar examinando a los recién llegados, en concreto al apuesto joven que había entrado escoltando al matrimonio. Al darse cuenta de mi sonrisa burlona, agacho la cabeza sonrojándose.

El barón Collinwood hizo el honor de presentarnos:

-Duque- dirigir su mirada hacia la mujer- duquesa, permitirme que les presente a la hija del señor y la señora Brown, la preciosa Jane.

Me mostré educada y le tendí la mano al duque, el cual me sonrió continuadamente mientras me observaba.

-Vaya, no sabíamos que tenía usted una primogetina tan exquisita. Ese internado francés le ha hecho mucho bien por lo que parece.

-Un placer conocerle duque.- aunque mi mirada iba dirigida hacia el duque notaba una ferviente mirada escrutando a escasos metros míos.

El duque se acercó hacia donde estaba su hijo y le agarro de la espalda impulsándole hacia donde yo me encontraba.

-Le presento a mi hijo, Conrad, el futuro heredero de la casa Williams.

Lentamente se coloco a escasos centrimetros de mi cuerpo, y sosteniéndome la mirada cogio mi mano delicadamente entre sus dedos.

-Es un placer poder conocerla finalmente, srta. Jane.

Mi garganta quiso reaccionar, pero no podía emitir ningun sonido. Por lo que solo pude limitarme a asentir.

-Espero que no le importe que hayamos traído al primo hermano de mi querida esposa, el señor Frederick Thomas. Ha venido a pasar una temporada y para que pueda aprender de los negocios que dirijo.

-Por supuesto que no, duque, siempre es un placer conocer nuevos miembros de que su familia.- el barón hizo un gesto al mayordomo avisándole de que ya estábamos preparados para pasar a la cena.

Acto seguido, nos dirigimos a la mesa ocupando nuestros respectivos sitios. A mí me toco al lado de Frederick, el cual no paraba de preguntarme por mi estancia en Francia.

-¿Cómo son los franceses? ¿Son tan rebeldes como dicen?

-La verdad es que no hay que calificar a todo el mundo por los estigmas o rumores que se difundan-hice una pausa- pero es cierto, que ven la vida de otra manera. Aunque en el internado todo lo que aprendí fue disciplina y buenos modales.

-¿Siempre tiene una respuesta para todo?

-Sólo cuando me veo obligada a darla.

Frederick me miró con una sonrisa burlona, la cual tapo con la copa de vino.

Mientras disfrutábamos de la velada, Olivia no paraba de sacar conversación al hijo del duque, pero él no hacía más que asentir fingiendo escucharla pero en cambios sus hermosos ojos verdes estaban clavándose en mis retinas. Me decidí a devolverle la mirada cosa que le irrito bastante. Si pensaba que me iba a amedrentar estaba muy equivocado. De repente, apartó la vista nervioso y se concentro en lo que Olivia le estaba preguntando.

Me dedique a observarle durante unos segundos y me di cuenta del gesto que hacia cada vez que se veía obligado a sonreír. Por supuesto, me fije en su hermosos rostro y en el pelo color azabache que le caía sobre la frente. Que lastima que fuera tan irritante y altivo, sin duda sería el yerno que ambas familias querrían para nosotras, pero si algo tenía claro en ese momento mientras le miraba era que ese hombre no estaba hecho para mi forma de ser, y estaba completamente segura de que yo sería la última mujer en el mundo de la que un hombre como él, se enamoraría.

Olivia

El hijo del conde no parecía tan horrible al fin y al cabo. Aunque no apartaba la mirada de Jane mientras intentaba conversar con él, finalmente se abrió mas de lo que esperaba y resulto ser un tanto agradable a pesar de la frialdad que expresaba su rostro.

Dedique unos segundos a observar la escena que estaba teniendo lugar en el comedor y me pareció del todo atípica. Quien pensaría que Jane volvería a mi vida y mucho menos tan cambiada. Sabía que no se encontraba cómoda en aquel ambiente, aparentando buenos modales y una sonrisa aunque no tuviera ganas de sacarla. Pero lo estaba haciendo por mí, porque todo saliera bien y no me hiciera quedar en ridículo.

-Señorita Colinwood, debe de tener usted muchos pretendientes ya que ha cumplido los veintiuno.- la voz del duque me saco de mis pensamientos.

-La verdad es que esta muy solicitada por los jóvenes aristocráticas- mi madre se adelanto por miedo a que dijera algo inapropiado- ahora que queda poco para la época de bailes, esperamos que salga un enlace matrimonial prospero para ambas partes.

El duque asintió contento por la respuesta dada, y miró hacia mi padre con mirada cómplice y contestó:

-Mi querido hijo también esta esperando encontrar a una joven adecuada para tal fin- pasó su mirada primero por Jane y finalmente se dirigió hacia donde yo me encontraba- estoy seguro de tanto usted señorita, como Conrad traerían una gran alegría al panorama londinense si os unierais en matrimonio.

Al oír decir aquellas palabras Conrad se atraganto con el postre y bebió rápidamente de su copa para poder volver a respirar. Yo sin embargo, me quede sin palabras ante tal noticia. Sin duda el hijo del duque era un hombre apuesto, demasiado apuesto, pero no sentía lo que se supone que se debería sentir.

-Padre, creo que este no es el mejor momento para tratar ese tema- Conrad, sonaba firme intentando que no se notara su inquietud.

-Cierto- el duque apuro su copa de vino tinto- podemos discutirlo con una copa de coñac, ¿verdad Francis?

Mi padre espero la aprobación ansiosa de mi madre para que éste se reuniera con el duque y así poder enlazarme lo antes posible con un aristócrata. Después de que todos acabamos de cenar, mi padre y el duque se dirigieron al despacho y nos dejaron al resto en la sala de estar.

INEFABLEWhere stories live. Discover now