❝Amour☽Croissante❞ ; NamJin

Pleine lune?

Pleine lune?: ¿Luna llena?

Especial Taehyung [KookV, HopeV]

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Los hermanos Kim siempre han sido parecidos en lo guapos, pero diferentes de personalidad. Kim Seokjin es la tranquilidad de la primavera, estar cerca de él podría compararse también a una noche de vacaciones de verano; cálido, alegre y pacífico. En cambio Kim Taehyung era más similar al otoño; de emociones y sentimientos fuertes, no frío como el invierno ni tan cálido como el verano, una extraña mezcla de ambas estaciones, lo cual lo hacía irresistible para muchos y muchas. Sin embargo ambos son como la luna, el mayor podría ser representado por un cuarto menguante, siempre ocultando más que mostrando, cerrándose en sus autoimpuestas limitaciones y anhelando algo nuevo, pero sin dar paso al cambio. Mientras que el menor parecía ser luna creciente, siempre tan lleno de vida, cada vez demostrando que tiene más cualidades y talentos de los que parece tener.

Pero... ¿Por qué parecía que, en el último tiempo, Taehyung se estaba menguando mientras Seokjin parecía ser una brillante luna nueva?

Desde que Taehyung fue descubierto por su belleza y firmado un contrato por cinco años con una gran y reconocida firma de moda europea como modelo, había abierto completamente sus ojos y sus horizontes. En Corea siempre había destacado por su chispeante e inquieta personalidad, pero nadie sabía las trabas y miedos que albergaba en su corazón, él siempre fue el chico alegre y aparentemente sin preocupaciones... Ninguna persona, salvo su hermano, conocía su historia y lucha. Comenzó una vida llena de lujos, viajes y hoteles a los dieciocho años, tuvo que aprender a vivir por sí mismo, a vestirse y desvestirse frente a un set repleto de personas. La necesidad de comunicación lo hizo aprender idiomas, tal vez no con la mejor pronunciación, pero sí suficiente para permitirle conversar con todo aquel que se cruzara por su camino y quisiera beber una copa con él. En su fiesta de veinte años — organizada por sus compañeros de agencia, estilistas y amigos bailarines de una compañía de ballet parisina, quienes se encontraban en una competencia en Londres — conoció a Jeon Jungkook, el único coreano, además de él, en aquel bar. Inmediatamente quedó impactado con su voz cuando, a pedido de una de sus amigas, tocó el piano y entonó el típico happy birthday para él.

Jeon Jungkook... Un largo capítulo en la vida de Taehyung, rebosante de emociones fuertes, al cual nunca ninguno de los dos protagonistas le puso título. Ambos siempre viajaban por sus respectivos trabajos; Taehyung con el modelaje, conferencias y fiestas, Jungkook con giras, firmas de autógrafos y retiros para componer. El mayor de los dos siempre que tenía tiempo libre abordaba un tren o un avión y lo visitaba donde fuera que el menor estuviera. Desde Italia hasta Alemania, de Francia, donde estaba compartiendo con sus padres, hasta España,una vez incluso viajó a Estados unidos para encontrarse con aquella sonrisa de aspecto infantil que tanto le gustaba. En la primera noche de cada uno de sus encuentros se besaban, abrazaban y unían sus cuerpos hasta terminar agotados, eran horas de pasión demostrada en gemidos, suspiros y caricias eróticas. Al segundo día hablaban sobre todo lo que hacían en sus trabajos,  Taehyung contaba cuánto había subido de peso la última vez que se habían juntado y recibió un regaño, entonces el contrario tomaba su guitarra y le improvisaba una canción de lo hermoso y perfecto que era a sus ojos. El último día solo estarían abrazados, visitaría alguna que otra vez el cine o museos, se dejarían llevar por el erotismo y se fundirían en el cuerpo contrario, para que el modelo finalmente emprendiera su viaje de regreso, con el corazón alegre... Pero la última vez que se vieron, la sonrisa de Taehyung no volvió a aparecer con tanta sinceridad nuevamente.

Una tarde de fines de enero, mientras Taehyung estaba en una de sus improvisadas clases de danza contemporánea con sus amigos en Italia, recibió un mensaje de Jungkook, quien le avisaba de un hotel en el que se estaría hospedando por ese fin de semana en el mismo país. Sus ojos se abrieron de par en par, soltó un grito, besó en las mejillas a sus amistades y salió bailando graciosamente por las grandes puertas de la sala de ensayo. De camino a su destino, que quedaba muy cerca de donde estaba en ese momento, pasó por una caja de bombones, acomodó su sombrero y  bufanda viendo su reflejo en una vitrina. Su sonrisa permaneció en su rostro hasta que Jungkook le abrió la puerta dándole la espalda rápidamente. No hubo beso apasionado, ni abrazos, tampoco sonrisas. El menor acabó con la relación sin nombre que ambos mantuvieron viva por más de tres años, no le dió mayores explicaciones que unas distantes y frías palabras, un abrazo y un intento de sonrisa mientras le pedía disculpas.