El bar de David.

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Estaba sentada en la barra del bar de mi padre, bebiendo un batido para descansar unos minutos y después seguir trabajando cuando apareció el teniente Anderson.

- ¡Eh Dave! - El teniente Anderson venía aquí todos los días después del trabajo. Mi padre y él se habian convertido en grandes amigos.

- Buenas noches teniente - Le saludé amablemente.

- Hola, preciosa, ¿por qué no me sirves un whisky? - Parecía contento, no es que Hank Anderson sea la alegría de la huerta, pero hoy estaba especialmente feliz.

- ¿Qué tal va todo, Hank? - Le preguntó mi padre mientras yo le servía su copa.

- Bueno, podría estar peor, así que no estoy del todo mal. - Se encogió de hombros y bebió de un trago aquel Whisky.

Aquello, viniendo de el teniente Anderson era decir mucho.

- ¿De verdad? Pareces contento - El teniente me miró sonriendo ligeramente y me indicó que le sirviera otra.

- ¿Os acordais de Connor? - Preguntó después de echarle un pequeño trago a su copa.

¿Cómo olvidar a Connor..?

La primera vez que lo vi, él vino en busca del teniente Anderson. Al principio a Hank no le hacía mucha ilusión que su compañero fuera un androide, pero es imposible resistirse a la gracia natural de Connor.

(Flashback)

Estaba sirviéndole a un cliente cuando mi padre se acercó molesto a la puerta.

- ¿Es que no has visto el cartel? Los androides no pueden estar aquí.

El androide siguió hacia delante sin si quiera mirar a mi padre y caminó hasta donde estaba el teniente Anderson.

- Teniente Anderson, me llamo Connor. Soy el androide que envía Cyberlife. Fui a la comisería y me dijeron que no sabían dónde estaba. Que quizá estuviera tomando algo por la zona. He tenido la suerte de encontrarlo en el quinto bar.

- ¿Qué quieres? - Preguntó Hank cansado.

- Le han asignado un caso esta misma tarde, un homicidio, relacionado con un androide de Cyberlife. Según el protocolo de la empresa, un androide especializado debe colaborar en la investigación - Connor parecía un humano e incluso sonaba como tal, pero le faltaba humanidad.

- No necesito que me ayuden y menos un pringado de plástico como tú. Así que, robotito, vete a tomar por saco de aquí - Era más que evidente que aquella noche el teniente Anderson no estaba para aguantar tonterías y tras decir aquello le pegó un trago a su bebida ignorando por completo al androide.

- Soy consciente de que hay personas que se siente incómodas delante de los androides, pero yo...

- Yo me siento comodísimo... ¡Ahora aparta antes de que te aplaste como a una lata vacía! - Le interrumpió enfadado.

- Lo siento, teniente, pero debo insistir. Mis instrucciones indican que tengo que acompañarlo.

Mi padre y yo, observábamos incrédulos la escena desde detrás de la barra.

- ¿Sabes dónde puedes meterte esas instrucciones? ¡Ja, ja! - Preguntó con ironía.

- No...¿Dónde? - Le vaciló Connor.

Mi padre y yo tratamos de aguantarnos la risa.

Hank le miró retante - Da lo mismo.

-¿Sabe qué? Le voy a invitar a otra, ¿qué me dice?

El teniente seguía con la mirada perdida en alguna parte y sin decir nada, pero una ligera sonrisa torcida decoraba su cara. Aquello le gustó.

-Camarera, ¡ponga otra de lo mismo!

-¿Ves, Lana? Milagros de la tecnología...Que sea doble- Escuché decir al teniente mientras le servía otra copa.

(Fin del flashback)

-¿Cómo olvidarlo?- Le sonreí divertida al teniente.

-Pues le han asignado un puesto fijo ¡Tendríais que haber visto como estaba Gavin, echaba humo!

Mi padre y yo no conocíamos en persona a Gavin , pero el teniente siempre nos contaba lo mal que trataba a Connor y hasta más de una vez ha intentado "quitarselo de encima" y Hank más de una vez le ha llamado puto imbécil.

-¡Eso es genial!- Exclamé alegremente.

Mi padre me miró enfadado. Después de todo lo que pasó hace dos años a mi padre seguían sin agradarle los androides.

-Voy a organizar una cena en mi casa para celebralo, podeis venir si quereis, total...va a cocinar Connor.

-Claro, allí estaremos- Le confirmé al teniente Anderson.

Mi padre se fue a la cocina para que Hank no se diera cuenta de su enfado.

La verdad es que me alegraba por Connor, no es que fuesemos amigos , de hecho nos habíamos visto un par de veces. A veces venía para acompañar al teniente, pero nunca habíamos hablado demasiado. No me importaría conocerlo más, parece una buena persona.

-Será el sábado a las nueve- Nos indicó el teniente tras darle un último trago a su copa.

Por alguna extraña razón me hacía bastante ilusión aquella cena, aunque espero que no haya ningún problema con mi padre ya que cuando se bebe unas copas de más empieza a decir estupideces y no quería incomodar ni al teniente Anderson ni a su amigo.

La verdad está en el interior. Detroit Become Human. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora