Lección 1

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Chuuya Nakahara, líder ejecutivo de la Port Mafia, portador de las habilidades mas poderosas registradas, pretendido por muchas chicas y con un extravagante sentido de la moda. Todo en Chuuya parecía perfecto excepto una cosa; su novio era el mayor suicida de Yokohama.

El pelirrojo sabia que Dazai podía ser apuesto, caballeroso y un buen partido para cualquier mujer e incluso detallista y romántico si se lo proponía, pero también era un estupido de primera.

Tres veces al día el mafioso era llamado por Kuniki no recuerda que mas-kun a causa de algún intento suicida de su novio, sin olvidar lo enfermizo que el maldito era, ya que cada mes se enfermaba faltando a trabajar máximo una semana y como cereza del pastel, si Dazai no estaba tratando de suicidarse o holgazaneando por ahí, andaba llenando de mensajes el chat de ambos burlándose del pelirrojo, por lo regular las burlas era sobre su estatura o su gusto en sombreros.

Pero esto era demasiado...

Dazai tenia su lado tierno y solía darle obsequios a Chuuya para sorprenderle, desde abrigos que compraba ahorrando con su salario de detective, hasta un simple accesorio para el cabello.
¡Pero demonios, regalar un borrego bebé era el colmo!

El mafioso miro nuevamente a la pequeña criatura esponjosa que estaba dentro la jaula, debía tener unos 6 meses de nacido y miraba curioso el departamento del mayor deseando salir a correr por el bien decorado lugar.

Chuuya se sentó en el sofá soltando un suspiro, ¿Qué mierda pensaba Dazai al regalarle un borrego? Le gustaban cierto, alguna vez estuvo en una organización relacionada con estos, también era cierto, mas no era pretexto para que el tarado le regalara uno. Un borreguito  debía estar en una granja, no en un departamento.

- Bien, ¿Qué se supone que haga contigo?- le cuestionó al animalito dejándolo salir de la jaula. Era tan pequeño y esponjoso que Chuuya no resistió el cargarlo y sentarse con el en su regazo "lo que faltaba, ahora habló con borregos"

Su celular pronto comenzó a sonar y al ver escrito en la pantalla "Caballa" supo quien era, con hastiado suspiro  contesto la llamada.

- Chuuya~~ ¿recibiste mi sorpresa?~- fue lo primero que dijo su pareja hablando con ese tono burlesco de voz que solo significaba algo; quiere joder.

- Dazai, gran pendejo, ¡¿por qué me diste un borrego?!- exclamo al fin el pelirrojo rogando que el suicida no respondiera una tontería.

-Lo vi en una tienda de mascotas durante mi misión a Tokyo, me recordó tanto a ti que lo compre y pedí que lo enviaran a tu casa- respondió el castaño riendo a pesar de que estaba mintiendo. El pequeño borrwguito había visto su hogar arder durante un incendio y fue el único en sobrevivir, Dazai lo había visto tan triste que convenció a la dueña de la granja de que se lo diera para buscarle un buen hogar, y para Dazai no había mejor hogar que Chuuya.

- ¿Cómo demonios me parezco yo a un borrego?- gruño el pelirrojo del otro lado de la línea

-Chuuya si sigues así de amargado se te caerá el cabello y no queremos mas sombreros feos en tu armario ¿cierto?- nuevamente el castaño se burlo de el y al pelirrojo se le salió una vena en la frente y con un "vete el diablo le colgó"

- Como sea, vamos bola de algodón busquemos que se supone que te debo dar de comer- el pequeño borrego siguió a su dueño y rápidamente se coloco a su lado cuando Chuuya se sentó a la alfombra a encender la computadora, al pelirrojo le dio ternura como ese pequeño animal seguía sus ordenes, en compensación acaricio su pelaje y se sorprendió de lo suave que era.

- ¡Es mas suave que mi mejor abrigo de lana!- exclamó y abrazo a su mascota, tal vez tener un borreguito  de mascota no podía ser tan malo.

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Esponjoso problema (Re Subido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora