II

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Avergonzada a más no poder, levanté la mirada para enfrentarme a los ojos azules del gemelo que por ahora llamaremos "Gemelo 1". El hombre, llevado por la sorpresa conecta su mirada con la mía, suspira y con un tono amable me dice que no importa, que sabe que ha sido un accidente y me pregunta si por casualidad tengo un trapo para poder limpiarse. Sin parar de pedirle disculpas al Gemelo 1, corro a la cocina, agarro el primer trapo que veo y corro de vuelta donde las pareja de idénticos.

Mientras el Gemelo 1 se limpia, observo al Gemelo 2, quien está intentando ayudar a su hermano. Logro captar una pequeña diferencia e ellos, un lunar en el cuello y una corbata de distinto color, mientras analizo al Gemelo 2, levanta su mirada atrapándome con mi mirada sobre él.

—Disculpa...—Se detiene a observar la placa con mi nombre que llevo—Lilja, hemos dejado nuestras maletas en el hotel y no creo que sea adecuado que Alexander salga con este frío. Iré al hotel en busca de otra camisa.—Mirando a su hermano el Gemelo 2, sale del local.

Me siento junto al Gemelo 1, supongo que es hora de llamarlo por su nombre y dispuesta a pedirle disculpas por milésima vez, el comienza a hablar.

— No intentes disculparte otra vez Lilja, entiendo que fue un accidente.— Me dice Alexander con un islandés muy duro, evidenciando que son extranjeros.

—Lo siento tanto, le juro que nunca me había pasado antes. Le traeré otro café por cuenta de la casa.— Le sonrío al guapo ejecutivo y cuando ya me encontraba parada lista para empezar a caminar, una mano firme toma mi muñeca.

— Gracias, pero no quiero otro café. Me gustaría conversar contigo, eres la primera persona con la que hablo que no sea mi hermano Jacob en días.—Me dice riendo.—Cuénteme algo, lo que sea, por favor.—Me suplica y antes de que algo salga de mi boca, el me interrumpe riendo —Y por favor, no me trate de usted, creo que después de lanzarme un café encima se ganó el derecho a tutearme.

Así que el Gemelo 2 se llamaba Jacob. ¿De donde vendrán los hermanos? ¿Qué estarán haciendo aquí en Islandia? Estas dos interrogantes se plantearon inmediatamente en mi cabeza, pero decidí guardarlas para más tarde. Durante unos 10 minutos aproximadamente conversé con Alexander y descubrí que son de Estados Unidos y están aquí en Islandia por parte de una empresa, la cual ya no recuerdo el nombre, para poder hacer negocios. Al rato de entablar una conversación con el Gemelo 1, llega el Gemelo 2 o mejor conocido como Jacob, este le entregó la camisa a su hermano para que este pudiera cambiarse y cuando Alexander fue al baño de la cafetería, logre conocer un poco más a Jacob. Luego de unos minutos conversando amenamente, llega Alexander y ambos se retiran del local debido a una pronta reunión en uno de los edificios cercanos, ambos insisten en pagarme la cuenta a pesar de no haber consumido nada más que el pastelito de frambuesa. Insistí en que no me pagaran nada y resignados, aseguraron que volverían.

Cuando los gemelos se fueron, seguí con mi trabajo como mesera por unas cuantas horas pero luego de que Anna y la otra chica que se encargaban de las mesas ya no necesitaban mi ayuda, me fui a la pequeña salita que llamo oficina y comencé a trabajar en la parte administrativa de la cafetería, el trabajo administrativo consumió todas las horas restantes de la jornada laboral. Uno comúnmente pensaría que sacar adelante una pequeña pero concurrida cafetería, era un trabajo fácil pero aún así había que estar atento a cada número y perseguir a mis distribuidores para tener siempre lo mejor.

Al cierre de la cafetería me quedé conversando con Anna, y puede que ya lo haya mencionado, pero ella es lo más cercano a una mejor amiga que puedo tener. Conversamos de las diferentes anécdotas que nos ocurrieron el día de hoy hasta de mi pequeño incidente que no pasó desapercibido por los presentes en la cafetería, a pesar de verse bastante tímida la Irlandesa, se burló de mí diciendo que lo había hecho a propósito y preguntó si había conseguido el número de semejantes hermanos a lo que yo respondí lo obvio, que no debido a la profesionalidad que debía tener. Luego de una charla de unos 15 minutos, ella concluyó que yo a mis 20 años tenía una vida amorosa bastante aburrida y que debería haberme revelado y ligarme a los gemelos. Me sorprende la cantidad de locuras que se le ocurren a la pelirroja, pero la dejé ser porque yo también estaba de acuerdo en mi muy aburrida vida amorosa, pero al tener una cafetería, cuentas y un gato de quien ocuparme, no tenía mucho tiempo para coquetear. Aún así, no siento la necesidad de una pareja, tiempo para ella no tendría.

Una media hora después, Anna recibe una llamada de Ian, su novio, pidiéndole que salga para poder darle un aventón a su casa, ella inmediatamente me ofrece llevarme pero me niego. Me gusta disfrutar una larga caminata a mi casa. Salgo con ella de la cafetería cerrada, saludo a Ian y cuando ella se sube al auto de su novio, comienzo el camino a casa.

Berlioz es quien me recibe cuando llego a mi destino. Mientras dejo mi bolso, las llaves y el paquete que estaba en la puerta en un mueble que hay en la entrada, escucho un fuerte golpe en la puerta, asustada, bajo la mirada para reconocer al pequeño gato gris, salir aturdido de detrás de la puerta. Este hecho, me hace darme cuenta que he adoptado a un gato torpe. Quizás se lo he contagiado yo, o quizás el me contagió la torpeza a mí. Nunca lo sabré, pero lo que si sabré es que a tal palo, tal astilla.

HeittOn viuen les histories. Descobreix ara