Voidprincess / Runerslayer

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¡Hola! ¿Cuanto tiempo? ¿No?. Siento no haber actualizado hace ... tanto tiempo. Espero que les guste este capitulo. 

La imagen no me pertenece, hecho sin animo  lucro.

¡Diviertansen!

Ahora sin mas comenzamos


- ¡Me voy! – Una chica de cabello rubio con capa se encontraba en la entrada del pueblo junto sus pertenencias junto al grupo de misioneros. El pueblo de los elfos era tranquilidad, no había ruido aparte del que ellos hacían.

- Llama cuando llegues a la Atlas y manda mis saludos a Nono- Dijo la chica de cabello rojo junto a un fuerte abrazo casi le hace sacar el desayuno a la chica de ojos azules, luego varios se juntaron en aquel abrazo.

- Claro- Dando por terminado el abrazo termino poniendo su morral en su hombro partir. La elfa de un rápido movimiento salto hacia uno de los árboles para coger impulso y saltar al siguiente haciendo un Zigzag hasta llegar a una de las ramas más altas del árbol viendo a lo lejos a la chica ya llegar a Elder, en la puerta estaba Camila, volteo a mirarla para despedirse con la mano a lo que ella imito la acción.

- Que buena vista- Dijo alguien a su espalda, con el arco en mano apunto una flecha hacia la cabeza del intruso- Por favor no me hagas nada, Rena. - Ara tenía sus manos a la altura de sus hombros en signo de parar, parpadeo un poco confundida.

- Lo lamento Ara- Dijo bajando su arco, una risita nerviosa salió de sus labios.

-Creo que fue mi culpa, llegue demasiado callada- Imito la acción de la elfa.

- ¡Chicas es hora de desayunar! - Gritaron desde la raíz del árbol.

-Ya vamos- A lo lejos la elfa alcanzo a divisar un brillo por el rabillo del ojo notando que algo venia en su dirección, de un rápido reflejo alcanzo a esquivar un pergamino, pero quien no lo alcanzo a esquivar fue la chica de cabello negro a quien le pego en la frente, termino tambaleándose en la rama, se hubiera caído si no hubiera sido por su compañera que la cogió la muñeca.

- Estuvo cerca -

- Si –

- Mejor bajemos- Dijo mirando el pergamino en sus manos, la lancera asintió. Tras unos saltos nuevamente en Zigzag bajaron de árbol, ya las dos en tierra se dispusieron a volver al hogar de la elfa, los hornos de la panadería olían delicioso ante el olfato de las chicas.

- Huele muy rico- Murmuro la chica de cabello negro, a lo que nuestra arquera asiente.

Una esencia las hizo detener en seco, sincronizadamente, miraron hacia atrás para solamente ver unas minúsculas partículas de lo que parecían cristal.

- Lo sentiste- Pregunto volteando a ver a la chica de ojos naranjas, ella asintió.

Retomando su camino terminaron por llegar al hogar de la elfa, los chicos esperaban su desayuno, que era preparado por la maga y los demonios. La arquera miraba con diversión a sus amigos ante el alboroto que formaban, los elfos curiosos veían de reojo la casa para ver a una de sus líderes riéndose de aquel grupo.

Antes de entrar a la vivienda una tímida mano le jalo parte de su camisa.

-Señorita Rena, ¿Se encuentra ocupada? - Pregunto alguien a sus espaldas, volteando a ver se encontró con un elfo rellenito, pequeño, de cabello color musgo y ojos del mismo color, una pequeña sonrisa se posó en su rostro, se arrodillo para estar a su altura.

- No, no lo estoy Liu- Dijo tras acariciarle la cabeza a lo que el soltaba leves carcajadas.

- La señorita Camila, vino hace poco, me entrego esto- Mostrándole una carta de color beige con un sello rojo.

Una historia un tanto peculiar y una aventura por delateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora