Capitulo 23: Hundimiento. Parte I

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El aeropuerto estaba atestado de personas que arrastraban sus bolsos y maletas de un lado al otro. Luke preguntó por el avión de su prima y le informaron que ya había aterrizado. Caminamos por veinte minutos en busca de Rosie, ninguno decía nada, ni siquiera podíamos  vernos  a los ojos.

Imagine a Rosie furiosa en algún rincón con sus enormes maletas y comencé a reír sola.

-Se puede saber que es tan gracioso- se frenó mirando hacia todos lados apoyando ambas manos en la cintura.

-Ella debe estar furiosa porque llegaste tarde-

-¿Y de quién es la culpa de eso?- Esta vez sí me miró, estaba molesto, muy molesto. En fin, poco me importaba.

-Solo tuya, si no hubieras perdido el tiempo conmigo, hubieras llegado a horario- lo enfrenté.

-¿Cómo puedes creer que iba a dejarte sola en el medio de la carretera?- levantó la voz al mismo tiempo que me apuntaba con un dedo.

-¿Cuándo vas a entender que no soy una niña débil? Puedo manejarme sola Luke-

-Bueno bueno bueno, ¿Por qué no me sorprende que te hayas atrasado?-  escuchamos decir en algún lado. Al mismo tiempo nos volteamos y allí estaba la persona que llevábamos buscando por más de un cuarto de hora.

-Hasta que aparecer- El morocho agarró las maletas y comenzó a caminar lejos de nosotras.

-¡Mandy!- gritó abrazándome después de ver como su primo se marchaba. -¿Qué haces aquí? Wow, es increíble verte. Luke dijo que habías regresado, pero creí que entre ustedes todo iba de mal en…-

-Peor- completé su frase. –No tienes ni idea- suspiré recordando nuestra discusión unos minutos atrás.

-Yo estoy aquí ahora, primita. Y aunque hayas dejado de hablarme…-

-Lo siento por eso Rosie, pero todo era tan complicado…-

-Lo sé- habló con esa voz tan tranquilizadora que ella poseía apoyando las manos sobre mis hombros –Vamos que Míster gruñón, va a explotar si no llegamos pronto-

Caminamos enganchadas del brazo hasta llegar al estacionamiento. Quise obligarla a subir del lado del acompañante, pero se negó rotundamente y saltó al asiento trasero.

-¿Cómo va todo Primito? ¿Ni siquiera abrazo para mí?- lo molestó, pero ni siquiera se volteó a mirarla.

-Lo cinturones- dijo y aceleró el coche como nunca antes los había visto conducir. 

En un corto rato estuvimos frente a su casa y sin decir nada bajó y abrió el maletero para sacar el equipaje de Rosie.

-Así que… -comenzó la rubia solo mirándome a mi -¿Qué haremos esta noche?-

-¿Qué quieres hacer? ¿No estás cansada por el viaje?-

On my wayWhere stories live. Discover now