Capitulo 12

327 19 1
                                    


—no me quito esa imagen de la mente— sollozo
—¿que imagen?, por favor tranquilízate— dice con un tono dulce. Se tumba en mi cama y me abraza
—todo esto es por nuestra culpa— digo dándole golpes en su pecho.
—¡shhh! Para, para, tranquilízate Emma. Tú estás a salvo y con vida, eso es lo importante—dice él mientras me estruja más contra su pecho.
—esa mujer...si no hubiese ido a ese maldito supermercado
—shhh, por favor— dice nick. Me planta su dedo en mi labio para que me calle e intenta calmarme pero tengo miedo, no sé por qué me quieren, nos quieren matar, no sé porque nos buscan y por qué nos persiguen pero tengo que saberlo.

Acabo quedándome dormida en los brazos de nick. Y él también. Todavía sigo sin creerme que nick haya venido y se haya quedado para tranquilizarme, siempre ha sido un capullo. He de decir que yo también me he comportado mal pero desde mi punto de vista, creo que no soy tan bipolar como él

Los rayos de sol entran por la ventana y enseguida acabo despertándome pero quiero seguir durmiendo porque estoy bastante cansada. Mi cabeza me impide pensar en lo de ayer por mucho que quiera. Tengo que averiguar por qué leches nos persiguen.

Abro un poquito los ojos, lo suficiente como para ver pero a la vez que nadie sepa que los he abierto.
Veo a nick ya despierto, seguía abrazado a mi y notaba como no paraba de mirarme. Era algo incómodo porque intentaba no reírme pero a la vez porque la idea de que me observen mientras duermo, no me gusta mucho.

Me duermo otra vez pero al rato ya estoy despierta.

—hola enana— dice nick mientras se levanta de mi cama.
—hola— digo a secas
—tengo que ir a bajo pero si necesitas algo me llamas— dice poniéndose los zapatos
—¿vale...?—contesto confusa. ¿Me han cambiado a nick?.

Sale del cuarto y me vuelvo a quedar sola.
Lola me ha traído hoy el desayuno pidiendo perdón por no habérmelo hecho el otro día, resulta que no estaba porque su hijo la necesitaba y se fue inmediatamente.

Me pasé todo el día en el cuarto, no hacía mucho, mirar pelis, leer y sobretodo, pensar en lo que le podría comprar a mi padre. Su cumpleaños es dentro de 6 días y todavía no tengo regalo.

Dice que quiere llevarnos a un restaurante especial, iremos nosotros incluyendo nick...la familia en general, mis tíos y primos y algunos amigos suyos o más bien compañeros de trabajo, será un día especial asique tengo que ir a comprarme un buen vestido y ponerme guapa. Tengo la cara llena de lágrimas todavía y estoy hecha un asco.

Llamé a talía varias veces pero no me cogia. No sé lo que le pasa pero está claro que he hecho algo que le ha molestado bastante yo creo...

Al siguiente día bajé a La Cocina para que Lola me diese mi desayuno pero enseguida me escondo porque para mi sorpresa, en vez de encontrar a Lola cocinando me encuentro con Nick. Está haciendo un intento de cocinar algo que parece no salirle bien y está bastante cabreado...espera...¿eso son tortitas? Sinceramente, desde donde estoy se puede ver perfectamente que están algo quemadas y no tienen un buen aspecto para que mentir.

Nada más ver su cara de angustia me entran ganas de echarme a reír pero no quiero que se de cuenta que le he pillado haciendo tortitas. Es bastante raro verlo cocinando y encima tortitas... ¿por qué las estará cocinando si nunca quiere?

Ese mismo día supe lo que le iba a regalar a mi padre, se lo conté a mi madre y todo y me dijo que era una idea estupenda pero claro está que no os lo voy a decir ahora...

—hija, nos vamos a tener que ir, vendremos por la tarde creo yo, quédate en casa y no hagas nada de lo que me pueda arrepentir después por favor— dice mi padre.
—y cariño, ve pensando en un vestido que dentro de unos días iré a pedir a que me hagan el mío junto al tuyo ¿vale?— afirma mi madre. Abren la puerta y desaparecen entre la multitud de guardaespaldas.

Cierro la puerta de un portazo y empiezo a hacer mi baile de emoción. ¡¡Estoy sola!! ¡¡Completamente sola!! Esto es lo mejor de mi vida, necesitaba tiempo ahora estar en mi casa sola y haciendo lo que me diese la gana sin tener que aguantar a un maldito guardaespaldas.

Cogo palomitas, chuches, comida, las pongo encima de la mesa para cuando me ponga a ver lo que quiera en la televisión. Pero antes, me bebo la mitad de una botella de vino, pongo la música a tope y me empiezo a recorrer la casa cantando a todo pulmón.

Me cojo un micrófono y me imagino siendo famosa y cantando en un concierto. Empiezo a bailar, nunca me había sentido tan viva en mi vida. Me río cuando casi me caigo. Me siento en la barandilla de las escaleras y voy deslicandome en ella hasta que se acaba y llego al suelo.

Seguro que hasta los vecinos me escuchan de lo que canto. Necesitaba hacer esto. Quiero soltar toda la rabia y la tristeza de mi cuerpo y llenarlo de alegría. Llevo muchos años amargada por mucho que fuese a todo tipo de fiestas y hiciese alguna que otra locura la cual nunca contare...

Empiezo a abrir todas las puertas de la shabitaciones menos las de mis padres y la de nick. Empiezo a bailar por el pasillo. Rodeo una estatua que tenemos y sin querer me tropiezo, me apoya en una puerta aún cantando y mis ojos se caen de la vergüenza.

La puerta se acaba abriendo, yo me reía de mi torpeza aunque tendría que estar roja como un tomate. Que vergüenza, me ha llevado escuchando todo este tiempo

—¿te diviertes princesita?
—más que tú si— digo entre risitas.
—pues podrías callarte un rato porque aparte de que cantas como el autentico culo, me das dolor de cabeza, baja esa puta música de una vez y que sepas, que nunca llegarás a ser una famosa cantante si es lo que te imaginas paseándote por casa con ese micrófono— me espeta. Sinceramente, estoy tan fuera de sí que ni siquiera he escuchado lo que decía.Me levanto y mis ojos siguen el torso descubierto de nick. Está que te cagas y verlo estando borracha podría haber sido lo peor que me pasase, no sé que locura podría haber llegado a hacer...Se notaba mucho que lo miraba atentamente, pero estando medio borracha me daba igual
—¿te gusta lo que ves enana?— me muerdo el labio lentamente y con una sonrisa divertida. Me acerco a su oído y le susurro—. más quisieras tú— le guiñó un ojo y me voy lentamente de el pasillo. Veo cómo intenta aguantar su risa al verme como casi tropiezo de nuevo. Me sonrojo y bajo por las escaleras.

¿Se puede saber que hace él aquí? Creí que estaba en otro sitio.
Me ha cortado todo el rollo.... bajo al salón y empiezo a ver películas. Cuando por fin estoy más sobria, empiezo a comer basto chuches, patatas, palomitas, hasta que me quedo dormida en el sofá.

Hasta que noto cómo alguien me acaricia la cara. Noto su respiración entrecortada y parece estar muy concentrado en mi.

Mi estúpido guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora