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Amber es la portadora del Miraculous de LadyBug, hermosa, algo loca y con bastante responsabilidad por sus padres, pues están en ruina. Tiene que casarse con Eduardo, un príncipe que salvará a su familia económicamente, pero lo que los demás no saben es que...¡Amber está enamorada de su sirviente Ume! ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Eduardo o Ume? ¿Amor o tragedia? ¿Familia o riqueza? ¿Romeo y Julieta? No lo creo.

Preludio. Siglo XVI

Entonces lo vi, estaba en su ventana espiando a aquel misterioso chico con traje y guantes.
Yo sonreía gratamente, pegué mis dedos con emoción al vidrio junto con mi nariz, no me podía ver por las cortinas que me dejaban un hueco para observarlo.

Tenía el cabello negro azulado junto con unos grandes ojos del mismísimo color del cielo que podrían alumbrar algo en la oscuridad, bueno, sólo uno pues tiene Heterocromía... su otro ojo es del color de la luna...amarillo, resplandeciente, atento como la de un lobo cazando. 

Sus hombros eran anchos...¿Pero qué podía esperar de él? Siendo alto y delgado sus músculos se marcaban cuando usaba alguna licra para trabajar, como un Dios griego, aseguro que él no tiene sólo un magnifico cuerpo es por completo Adonis el Dios de la Belleza y el deseo (o vegetación)

Altos pómulos que formaban unos hoyuelos cada vez que sonreía o reía, sus pestañas eran espesas azabaches, sus dientes tan brillantes como perlas de mar, sus labios pequeños y delgados con tonalidad salmón, para mí él era... Perfecto.

Solté un suspiro, sólo yo sabía de su Heterocramía...pues con un parche ocultaba según él su desdicha. Se llamaba Ume, que es una preciosa flor en idioma japonés. 

Se fue quitando su corbata azul marino, era hora de retirarme...pues de aquí se desabrocharía la camisa y lo vería...¡Desnudo! mi cara se sonrojó por completo tratando de expulsar esos pensamientos. Me tiré de la ventana de un salto a el otro balcón y se terminó mi transformación, volví al vestido pomposo, gracioso y enorme que mi madre había elegido sólo para mí. Hecho a mi medida.

                                          Siglo XVI

  —  ¡Señorita Amber! ¡Ya deje de hacer tonterías y por favor venga!

Exclamó el sastre contratado por mi madre para hacerme un nuevo vestido, pero no me interesaba en lo más mínimo.  Yo me encontraba en la tina llena de burbujas rosadas y con un aroma a rosas, nadie me iba a quitar ese divertido momento. 

Puse un burbuja en mi dedo mientras otra caía en mi nariz, la balanceo como si fuera un oso de circo con su pelota. Estalla segundos después, solté varias carcajadas, tenía mi cabello agarrado en un chongo (S: Peinado, generalmente de mujer, que consiste en recoger el cabello a la altura de la nuca una vez que se ha enrollado ), mis pies salían de la tina y movía los dedos de ellos viendo mi pintura de flores en los mismos

Hace media hora corrí descalza entre flores salvajes, Ume tuvo que ir a sacarme de ahí.
Por lo que corrí con más de prisa, pero él se veía algo enojado por no poder alcanzarme, así que dejé de hacerlo, me regañó y luego me dio un pequeño golpe en la frente de forma amigable para repetir: Una princesa como tú no debería hacer esto.

Sólo por eso tomé un baño.

 — ¡Oh, Ume, Gracias a Dios que estás aquí! ¡Está niña se niega rotundamente a salir de la ducha y lleva ahí más de quince minutos! — La voz del sastre sonó en tono de diva y algo afeminada. ¡Aseguro que él siendo hombre era más delicado que yo!

  — Yo la saco de ahí  — Escuché que decía, pero por suerte yo había cerrado la puerta con seguro. ¡Já! Punto para mí, volví a mover mis piernas felizmente — Por favor, retírese y cuando ella esté aquí le hablaré. 

Øne Shøts || Miraculous Ladybug Donde viven las historias. Descúbrelo ahora