VIII. ¡¿Por qué a mi?!

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Ashton

-Hola.- saludó Madison, a la vez que agitaba la mano.

-¿Qué tal, Madison?- dije con un asentimiento de cabeza.

-Estamos bien, gracias. Por favor llámenme Maddy.-

.- ¿Qué hacen por aquí?- preguntó el chico.

A lo que Amanda respondió antes que yo. -Por si no lo notaron ayer, vivimos por aquí.- dijo con una sonrisa hipócrita.- ¿Qué hacen ustedes aquí?

-Es una ruta que conocimos ayer.- la chica en el auto explicó, aún sonriendo. -para no toparnos con el trafico de el freeway* -

-Oh, comprendo.-contesté, antes de que Amy lo hiciera con otra de sus groserías.- Y...-seguí, sin saber a donde llevar la conversación.- ¿adonde van?-

Después de una larga charla, nos enteramos de que los gemelitos estaba de camino al centro comercial para comprar ropa para la fiesta que se daría el siguiente fin de semana por el comienzo de el esperado verano, fiesta a la cual, por supuesto, Amy y yo no estábamos invitados. Al ser los mas Asociales de la escuela, no nos invitaban a las fiestas organizadas por los popus -como Amy y yo denominábamos a los ricos hijos de papi, engreídos y arrogantes.- y mucho menos a las fiestas donde se reunían varias escuelas, como a la mencionada anteriormente.

Charla la cual terminó con un silencio bastante incomodo.

-Lindo auto- dije para eliminar la tensión existente en el aire.

A lo que Amy respondió golpeando mis costillas con su codo.-Los autos,-comenzó, tipo Hermione Granger.- dañan mucho el medio ambiente y algunas de las fabricas de estos son la causa de la deforestación alrededor del país.-

Los gemelos Johns la miraron con la confusión impresa en el rostro.

Duraron así poco tiempo, ya que Madison rompió el silencio.

- ¿Y ustedes a donde van?-

-Poco les importa- susurró Amy, mas para su misma que para los demás.

-También vamos al centro comercial- respondí, rogando por que no hubieran escuchado a Amanda.

Mason chasqueó los dedos como si se le hubiera ocurrido algo, "Como si ese baboso pensara"

-Para aprovechar mas esta enorme fuente de contaminantes,- analizó Mason.- ¿por qué no los llevamos con nosotros?, es decir, vamos al mismo lugar ¿no?-

Mi acompañante y yo respondimos al mismo tiempo.

-Claro.- dije yo, mientras que ella formuló un rotundo:- No.-

Me daba una fatiga increíble seguir caminando y no me importaba cuanto odiara a ese tipo, quería subir a su Ferrari.

La tome del brazo e hice una seña a los gemelos para que nos esperaran un momento.

-Vamos Amy,- le supliqué.- no quiero caminar y recuerda que vamos porque tú querías ir. No yo, tú.-

-No pienso subirme a una fuente de contaminantes como esa.- respondió, al mismo tiempo que arrugaba su nariz en señal de desagrado. - ademas, Mason no me agrada.-

-¿Cómo?- me estaba enojando, y mucho.-¿qué te hizo ese estúpido?-

-¿No lo viste en la cena?- dijo como si fuera obvio.- me miraba furtivamente, luego me prestó su chaqueta y ¡dejó su número de teléfono en la mesa!-elevó la voz.-¡ni siquiera se vende! ¡Se regala! ¡Es como una pu...!-

No llegó a terminar puesto que colmó mi paciencia. No quería caminar ¡quería subir al Ferrari! ¿Cuantas veces puedes subirte a uno?

La atraje hacia mi y la alcé en brazos, con una mano en su espalda y la otra por debajo de sus rodillas, mientras caminaba en dirección al auto.

Another geek girl storyWhere stories live. Discover now