Capítulo 20.

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— Quiero hacerte mía - sus labios fueron directo a los míos, esto se siente tan bien.

— Quiero ser tuya - una sonrisa escapó de sus labios.

Me bajo tomo mi mano y nos dirigimos hacia la habitación, no sé porque hacía esto sólo sé que lo deseó.

Al llegar no perdió tiempo me beso y me llevo a la cama sus manos recorrían todo mi cuerpo, sin previo aviso quite su camisa y pase mis manos por su abdomen hasta llegar a su cinturón comencé a quitarlo lentamente Nathan comenzó a desesperarse.

— Tardarás todo el día.

— Puede ser.

— Pues no pienso permitirlo - quito su cinturón y mi blusa.

Besaba mi cuello y sus manos se perdían en mis pechos, se despegó de mí y quito mis zapatos y luego los de él. Me levanté y caminé hacia él, me tomo del trasero y pego nuestros cuerpos, su mano derecha llegó al broche de mi sostén y lo quitó con mucha facilidad sus ojos fueron directo a mis pechos eso me puso un poco nerviosa.
Comenzamos a quitar nuestros pantalones, el bajo mi pantalón y me llevo a la cama. Besaba mi cuello y poco a poco bajaba a mis pechos dejando pequeños besos. Esto me estaba matando.

Abrió mis piernas e hizo mis bragas a un lado uno de sus dedos comenzó a jugar con mi clítoris, me sentía en el cielo. Después de unos segundos quito sus boxer, era enorme no sabía que tanto iba a entrar en mí.

Sacó un condón del cajón y se lo colocó, bajo mis bragas y oficialmente estaba desnuda. Subió de tal manera que sentía su pene en mi entrada, entró en mí de una manera muy agresiva, me dolió bastante y pareció notarlo ya que su rostro mostraba preocupación.

— ¿Porqué no dijiste que eras virgen?, te pude haber lastimado.

— No lo creí necesario.

— Claro que lo era, esto hubiera sido diferente o tal vez ni siquiera estuviera pasando.

— No importa - lo bese no sabía porque hacía esto pero sentía que lo necesitaba.

Al inicio estaba tenso ni siquiera correspondía el beso, poco a poco empezó a relajarse y comenzó a besarme.

— ¿Segura que quieres seguir con esto?

— Sí - una pequeña sonrisa se formó en sus labios y comenzó a besarme.

Comenzó con pequeñas embestidas, el dolor desapareció y ahora todo era placer.

— Más rápido - beso mis labios y comenzó a aumentar la velocidad de sus embestidas.

Cada vez entraba más y me sentía completa.

— Ven - salió de mí y se acostó, me colocó ensima de él.

Separó mis piernas y las puso a los costados de su cintura. Me hizo levantar un poco tomo su miembro y baje hasta tenerlo completamente dentro de mí.

— Te juro que no pareces virgen - estaba agitado.

— Tú lo comprobaste - comencé a subir y bajar lentamente todo lo largo de su miembro.

— ¿Quieres matarme? - tomo mi cintura y enterró su miembro en mí.

— Creo que tú eres quien quiere matarme - apenas y logre decirlo entraba muy fuerte en mí pero me encantaba.

— Sí pero de placer - esas palabras provocaron algo dentro de mí y comencé a subir y bajar más rápido.

Esto nos estaba volviendo locos, Nathan me ayudaba a subí y cuando iba a bajar lo hacía muy rápido y fuerte.

Los dos estábamos a punto de llegar a un gran orgasmo, Nathan me volvió a acostar en la cama y comenzó con fuertes y profundas embestidas.

— Nathan - un gran orgasmo se formó dentro de mí, clavé mis uñas en su espalda seguro eso dejaría marcas.

Siguió con las embestidas unos segundos más hasta que llegó al orgasmo.

— Me juras que si eres virgen - bajo de mí y se acostó a un lado de mí.

— Lo era ahora ya no lo soy, ¿porque?.

— He estado con varias mujeres y pareciera que tienes mucha experiencia.

— Sorpresas que da la vida.

— Claro que sí - nos dedicamos una sonrisa lo cual me extraño no nos llevamos nada bien.
— Oye te puedo preguntar algo.

— Lo acabas de hacer - los dos reíamos esto si era muy extraño.

— Eso no otra cosa - golpeó mi cara con una de las almohadas.

— Dime - le regrese la almohada con otro golpe.

— ¿Qué edad tienes?

— ¿Qué edad aparento? - me acosté de lado y quedamos cara a cara.

— Físicamente tal vez 15, mentalmente 8 aunque por tu comportamiento podría llegar hasta 5 y en la cama 22 con demasiada experiencia.

— Que chistoso - comenzó a reír, tenía una risa hermosa y sexi que estoy pensando.

— Ya fuera de juego que edad tienes - seguía con esas sonrisa en su rostro.

— 16.

— Es increíble soy 8 años mayor.

— Sí lo sé eres viejo - comencé a reír y a él no pareció hacerle mucha gracias.

— No decías eso cuando te hacía gritar de placer - golpe bajo ahora él reía.

— Yo hice todo - subió y dejó caer todo su peso sobre mí.

— Segura - su mirada era desafiante.

— Sí - me beso y quito la manta que nos cubría, sacó otro condón del cajón y se lo colocó.

Me estaba desesperando tardaba demasiado, parecía que leía mi mente entró rápidamente en mí.

Comenzó con lentas embestidas pero yo quería más.

— Más rápido.

— Que apresurada señorita, no quiere esperar un poco más - hasta en el sexo quería molestarme.

— No, lo quiero ahora.

— Sus deseos son órdenes señorita - me penetró muy fuerte.
— Te dije que te hacía gritar de placer - una sonrisa se formó en su rostro y siguió con las embestidas.

No podía parar de gemir mientras me embestia besaba mi cuello o mis labios. Todo iba de maravilla hasta que uno de los celulares comenzó a sonar, Nathan me miró.

— Así no suena el mío - estiró la mano hacía donde se encontraba su celular y contestó.

— Hola - seguía con sus embestidas con cada una aumentaba la velocidad.
— Estoy algo ocupado, no te molesta si te llamo más tarde - su voz era muy tranquila como si simplemente estuviera sentado y yo tenía que cerrar la boca para no gemir.
— Hasta pronto - corto la llamada y me penetró muy fuerte.

Siguió con esa intensidad hasta que llegamos al segundo orgasmo.

Se acostó a un lado y comenzamos a hablar acerca de nuestros gusto, nuestra vida y anécdotas graciosas.

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Vienen muchos capítulos hot.🔥

Casada Con El SexoWhere stories live. Discover now