Capítulo 22

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Harry Styles.

—¡Oh mi Dios!— los pies de Hannah tocaron la arena y su emoción salió a flote al instante. Es una completa amante del océano, me lo ha recalcado numerosas veces, así que darle estos momentos donde ella disfrutaba al máximo, me contagiaba aquella felicidad que emanaba.

Podíamos llegar a la playa directamente de la casa, por un extenso camino que iba desde la vivienda rentada hasta la costa, lo cual era beneficioso, puesto que era un área que no permitía el acceso a todo mundo. Solamente era accesible a las personas que residían en los complejos residenciales de los alrededores.

Suelto su mano para terminar de acomodar las toallas sobre una de las sillas reclinables que se encontraba a nuestro lado.

—¿Por qué me sueltas?— vuelvo mi vista hacia ella para verla con sus labios abultados y el entrecejo fruncido, logrando sacar una risa de mí.

—Porque caminaras solas.— decido molestarla, aunque posiblemente me gane un golpe.

—Claro y ustedes volverán del dichoso descanso.— el tono sarcástico en su voz me hace soltar una carcajada —Sostenme, me voy a caer.— estira su mano para que vuelva a tomarla.

—No te vas a caer, cariño.— se me fue imposible no perderme en mis pensamientos cuando le di un repaso. Su cuerpo era una belleza, un escultura tallada a mano. ¿Saben de Afrodita? Podía jurar que ella representaba a aquel ser mitológico a la perfección; belleza, amor y sensualidad, de la manera más pura y etérea. Y me sentí atrapado, una vez mas, bajo aquella inmensa atracción que tenía para con la castaña.

—¿Harold? Me voy a caer...— cuando la escucho llamarme nuevamente regreso a la realidad y sonrío ante su lloriqueo, pero finalmente me acerco a ella para sujetarla.

—Amor, ni siquiera estás caminando.

—Lo sé. Sólo necesitaba una excusa para sentirte cerca.— una pequeña sonrisa traviesa se dibuja en sus labios.

—¿Qué hiciste con mi Hannah?— su respuesta es una perceptible risa. La tomo de la mano y la hago caminar a mi lado. El aire comenzó a pegar en nuestros rostros junto con las brisas del mar y giré mi vista hacia la castaña, jurando poder sentir lo mismo que ella en este momento.

Si, se siente en el paraíso.

—Entraremos al mar.—aviso.

—Claro, procura no matarme.— sonríe.

—No lo haré.— la sujeto de la piernas para cargarla y suelta un grito al haberla tomada desprevenida.

—¿Qué haces?—pregunta riendo. No le respondí y enrollo sus brazos en mi cuello, seguido camino los pocos metros que quedaban hasta el agua. Me adentro al mar hasta que el agua llega a mi cadera y toca las piernas de Hannah.

—Te bajaré.

—Esta helada.— dice cuando ya estuvo adentro.

—Si, un poco.

—Pero se siente bien.— sonríe mientras envuelve su manos en mi cintura y apoya su cabeza en mi pecho.— Se siente bien estar a tu lado.— sonrío ante sus palabras y logro acercarla más a mi lado cuando la abrazo por los hombros.

—Mis momentos favoritos son cuando estoy a tu lado.

—Los míos también.— susurra aun pegada en mi pecho. Nos quedamos así un momento, disfrutando del hermoso clima que nos envolvía. Ya casi era el atardecer, la caída del sol estaba dejando un ambiente perfecto para disfrutar de nuestra pequeña burbuja.

—¿Sabes?— una vez dicho aquello sale de mi pecho y aprovecho la oportunidad para tomarla de las piernas para que  las enrollase en mi cintura y una vez que lo hizo puse mis manos en su espalda baja.— Ahora que estamos oficialmente juntos, es importante que sepas estaré para ti siempre que lo necesites. A partir de ahora somos como un equipo y prometo dar todo de mi para que funcione y que esa linda sonrisita tuya se mantenga siempre— su sonrisa se ensancha al momento que termino de decir aquello. Sus manos recorren un camino por mis brazos para encontrar mis mejillas y tomarlas con suavidad.

BLIND⇝H.S |||Editando|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora