Strange girl! [Bnha] (Pausada)

〘One〙

˗ˏˋ¡COMIENZO! ˎˊ

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【Unos cuantos años antes....】

Una niña de aspecto delicado se encontraba sentada en uno de los taburetes que la poco conocida cafetería poseía. La dulce infante canturreaba en su mente cualquier cancioncita que se le viniese a la mente en ese largo momento de espera. A sus agudos oídos llegaba una grave y suave voz que deleitaba el ambiente silencioso del negocio todavía cerrado, esa inconfundible voz provenía de Hiro Takatsuki, el calmado y protector padre de la bellísima niña.

—¡Papá! —llamó la joven a su padre—. ¿Por qué a las personas les damos miedo?

Ante la pregunta de Sen, lo único que el ex-villano hizo durante los veinte segundos que inundaron el local fue pensar un poco en la respuesta que debería darle a su hija. No era sencillo para él recordar esos tiempos, y se torturaba continuamente al observar a su pequeña, ¿por qué tuvo la genética que jugarle una mala pasada?  ¿No podía el destino dejar que su tesorito saliese a su madre: una humana completamente normal?

—Quién sabe.. —suspiró el hombre con una calmada sonrisa dibujada en su rostro—.

Sen apoyó el codo sobre la inmaculada barra y recargó una de sus mejillas sobre su mano derecha. Ella no apartaba la mirada de la ancha espalda de su padre, aunque era una niña, tenía la sensación de que, sin duda alguna, él era consciente de la razón. Algo le decía a la joven de manera constante que no debía inmiscuirse demasiado en el único asunto del que su padre no quería hablarle. Pero, lo que le sorprendió a Sen fue escuchar cómo su padre comenzaba a hablarle del tema.

—Sen.. —habló el hombre, dándose la vuelta para mirar a su hija fijamente—. Sabes de sobra que tu padre no siempre ha sido un buen hombre...

La peli verde no se centró en el hecho de que Hiro hablase de sí mismo en tercera persona, sino en la expresión de aflicción y culpabilidad que su padre tenía en ese momento. Ella hizo una mueca de preocupación y después de eso, apoyó sus brazos sobre la mesa con la clara intención de escuchar atentamente. El hombre, al ver tal acto por parte de su hija, se acercó a la barra para estar justo enfrente de ella. Antes de hablar,  dejó sobre la mesa la balleta que había estado usando para limpiar la cafetera.

—Dime, Sen. ¿Estás cómoda teniendo el mismo poder que papá? —interrogó Keigo con tono suave y bastante curiosidad—.

—¡Claro! Aunque no me dejas usarlo...  —reprochó la pequeña inflando sus mejillas, cosa que sacó una sonrisa a su padre de inmediato—.

—Cariño,  si usases tu Quirk en un futuro, las personas no tardarían en hostigarte.. —intentó explicar el hombre, con un ápice de preocupación—.

—Pero.. Ya nos mudamos, ¿no? ¿Por qué lo harían? —cuestionó la joven, ladeando un poco su cabeza—.

—Sí, Sen. Pero nunca se sabe qué puede pasar.. —Hiro dirigió  su gran mano hacia la pequeña cabeza de su hija, en cuanto logró tocarla, acarició esta de una manera cariñosa y afectiva—. Entiende que yo sólo quiero que vivas de una manera normal..