VI.

504 79 31
                                    

¿Por qué Momo debía aparentar ser imparable? Hacer creerle a los demás y en especial a Nayeon que todo estaba bien, que siempre se levantaría, cuando todo poco a poco está empeorando, Momo ya no podía dar más y quería quedarse tirada en el suelo.

¿Por qué tenía que ser ella la que aguantara todo? ¿Por qué debía guardarse todo lo que le hacía mal?¿Por qué Momo tenía que cargar el triple de lo que puede? ¿Por qué era la única que no podía aspirar a más? ¿Por qué tuvo que ser ella la única en quedarse en lo más hondo? ¿Por qué tenía la culpa de ser tan mediocre? ¿Por que no podía regalarse la oportunidad de dejar de serlo?

¿Por qué debía ser ella la fuerte? Llorar es bueno, muchos dirán que es una forma efectiva de desahogarse, que cuando comienzas no paras de llorar hasta que quedas completamente desintoxicado. ¿Por qué Momo reprimía sus lágrimas?

Momo no se permitía nada de eso, no podía descansar; ella, a pesar de tener al universo en su contra, quería seguir luchando, esforzándose por Nayeon. Porque Nayeon siempre ha sido la única que ha creído en Momo, que cree que puede contra todo lo que se proponga, que es más que una bailarina en desarrollo con salario mínimo en una enorme ciudad que probablemente la ignoraría, Nayeon siempre ha creído que Momo merece una oportunidad para demostrar que es más que increíble.

Cuando algunas personas no tienen oportunidad de vivir, y Momo era una de ellas.

Momo estaba llegando a su límite.

—¿Sólo comerás eso?— preguntó Nayeon, sentada frente a ella en su pequeña mesa redonda. Momo sólo asintió.—¿Segura? ¿Por qué no te doy un poco de lo mío?

Mientras Nayeon comía decentemente, Momo sólo comía fruta. Es saludable después de todo, ¿no?

—¿Por qué nunca me dices nada?

La japonesa miró confundida a su pareja.—¿De qué o qué?

—Sobre lo que te sucede, Momo. Apenas si platicamos, y cuando lo hacemos es de pura tontería. Sabes que siempre me divierto contigo, pero me tratas como una niña, evadiendo los momentos serios. Somos adultas, en una relación de adultas. Ya pasamos la etapa de novias, vivimos bajo el mismo techo, y vivimos de lo mismo, lo que a ti te afecta a mí también. ¿Por qué escondes todos tus problemas frente a mí?—pareciera que todo lo que Nayeon dijo estaba ensayado, quizás estaba repasando todo ese discurso en su mente desde hace rato.

—¿Por qué dices eso?

—Vamos, Momoring. Yo siempre estoy llorando cada que me pasa algo, y voy hacia a ti, a conversar acerca de eso porque quiero ser totalmente sincera contigo, y sentirme comprendida por la persona que más amo. Cuando tú no me dices nada, me haces pensar que no me tienes confianza.

—Nayeonnie, te tengo mucha confianza, y te amo bastante. Lamento hacerte creer eso, bebé, juro que cuando tenga algún problema hablaré de eso contigo. Pero por ahora, todo está bien—tomó su mano a través de la mesa, y la besó. Ambas sonrieron y continuaron comiendo, dando por concluida la pequeña discusión.

Pero Nayeon no estaba totalmente convencida.

—Deja de mentirme.

—¿Cuándo lo he hecho?—a pesar de intentar mantener su tono de voz calmado, Momo fue la primera en elevarla. Sonaba confundida y molesta. Nayeon reaccionó de la misma manera.

—¡Todo el tiempo! ¡Mientes cuando dices que vas al taller de baile, mientes cuando dices que no tienes hambre, mientes cuando dices que vas a pedirle dinero a alguien más para ayudarnos y no lo haces! ¡Crees que puedes hacerlo todo sola! ¡¿Acaso no ves que sufro también por todo esto?! ¡Soy tu pareja, Momo, no una niña a quien tengas que cuidar! Deja de hacerte esto, estás cambiando. Todos esos pequeños detalles hacen que actúes diferente, Momoring... No estás madurando, te estás sobrecargando de tantas responsabilidades, que, olvidas que yo estoy aquí contigo...

Momo no la miraba, no pensaba alzar la cara, pues Nayeon cuando comenzó a gritar se levantó de la mesa, sentía que la iba a lanzar, así que mejor agitó los brazos para descargar sus sentimientos, pero la menor no. Estaba guardando todo.

—¿Y no puedes ver todo lo que hago por ti?

Su voz salió quebrada, casi inaudible. Nayeon iba a decir algo más, pero Momo la detuvo, finalmente conectando su mirada con la de la mayor.—¿No te has dado cuenta que todos estos sacrificios son únicamente para poder alcanzar tu felicidad?

—¿Y qué hay de tu felicidad?—Nayeon respiraba agitadamente, tomó asiento frente a su novia, Pero sentía unas inmensas ganas de salir a correr. No podía manejar tantas emociones permaneciendo quieta.

—Seré totalmente felíz cuando logre alcanzar tu felicidad primero, en ese momento podré sentirme completa—sonrió con dificultad, esperaba que Nayeon correspondiera esa sonrisa.

—¿Eso significa que no eres felíz ahora? ¿N-No te sientes completa conmigo a tu lado?

—Nayeonnie, yo...

—No.

Momo se levantó instantáneamente cuando la mayor fue a su cuarto, buscando entre el closet una mochila y sacando algunas prendas.—¿Qué haces? Espera, ¿vas a irte? Nayeon, hablemos por favor, deténte.

—No, Momo, tienes que entender también que la estoy pasando mal, y no porque tú no te estés esforzando lo suficiente, es más, te estás esforzando de más— acorraló a la japonesa en contra del armario, tomaba sus muñecas con fuerza, su aliento era helado y Momo no podía contener más sus ganas de llorar, pero tener a Nayeon frente a ella mirándola con decepción y enojo le impedía romper en llanto. Estaba asustada. Finalmente la soltó y continuó guardando dos cambios de ropa y otros zapatos en aquella mochila, su cargador y dinero.—No puedo estar con alguien que no es felíz con más que lo material, que no se siente felíz por estar conmigo. Me gustaría que te sintieras igual de afortunada que yo por el simple hecho de tenerte en mi vida Momo, pero no logras comprenderlo.

—Nayeon, espera...—tomó su mano, e intentó quitarle la mochila, pero nada funcionaba.—Estoy agradecida porque tú seas mi pareja, pero no comprendes lo mucho que me enfada no ser la persona que mereces.

Nayeon enredó sus manos en el cuello de Momo y acercó su cara para besarla, y después acariciar su mejilla.—Tenemos que pensar muchas cosas, y cambiar otras, por el momento me iré, y cuando regrese arreglaremos todo, ¿está bien?—besó una vez más a su novia y no se separó hasta sentarla en el borde de la cama, y marcharse por la puerta de la habitación. Lo último que escuchó además de un "te amo Momoring" fue el sonido de la puerta principal cerrarse.

¿Ahora que haría?

Nayeon la había descubierto, por su culpa ahora Nayeon se dio cuenta de las miles de mentiras que le ha dicho. Cree que tiene un problema psicólogo por tanta estabilidad emocional e inseguridad.

Pensó en tantas cosas aquella noche que Nayeon la dejó sola en su mediocre departamento, pensaba en principalmente defectos, por más que quería encontrar una solución no podía. Estaba pensando en todo lo que ha hecho mal, seguía torturandose.

Momo necesitaba ayuda profesional, pues a ese paso, las cosas terminarían aún peor, o simplemente terminarían. No quería perder a Nayeon, no quería perderse a si misma, pero no sabía que más hacer. No sabía que más hacer para ser mejor, cuando eso no era lo que su novia quería, pero no quería comprenderlo.

Eso no era cierto, no es suficiente con sólo estar juntas. Momo debía hacer algo para agradecerle al destino haberle puesto en su camino a un ser tan maravilloso como Im Nayeon. Y nunca podía hacerlo, la existencia de Momo tenía tan poco valor que jamás sería suficiente.

Estaba cerca de la caída.















Salió feo porque cuando escribo esto es cuando estoy sad y por el momento no hay tanto material. Gracias por leer y diganme que creen que ocurrirá después.

SacrificeWhere stories live. Discover now