Capítulo 57

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Me termino de poner el lápiz labial rojo en los labios y miro mí look finalizado en el espejo. Me veo sexy, linda, y me gusta. Hacía tiempo que no me preparaba para salir, para ir a pasarla bien, para alguien. Estoy feliz de que ese alguien haya sido, casi siempre, mí marido.

Salgo de la pieza y bajo la escalera para encontrarme a Julián con los nenes viendo la tele.

- ¿Vamos? - pregunto. Él asiente con la cabeza sin mirarme y yo me río internamente.

Cuando lo haga...

Gira su cabeza y se queda diez minutos mirándome de arriba a abajo. Estoy segura que me está imaginando desnuda.

- ¿Así vas a ir? - asiento - ¿Qué querés? ¿Qué me agarre a las piñas con todos? 

- No. Que agarres las llaves del auto y nos lleves a mí y a tus hijos al restaurante - le sonrío con ternura.

- Que graciosa que sos - me dice irónico y salimos de la casa. Nos subimos al auto y él empieza a manejar. Franco y Lucas van cantando todas las canciones que conocen de Radio Disney y con Julián los miramos enamorados.

Al entrar al lugar nos sacamos los abrigos por el cambio de temperatura y nos dirigimos a la entrada.

- Buenas noches - nos dice una rubia - ¿Tienen reserva?

- Si, mí marido reservo una mesa para nosotros y para nuestros hijos - ella baja la mirada hacia mis bebés y la vuelve a subir. Nos sonríe con ternura. 

- ¿A nombre de...?

- Julián Serrano.

- Mesa 20. Que tengan una linda noche.

Vamos a la mesa que nos indicó y nos sentamos.

- ¿Qué van a querer? - les pregunto a Franco y a Lucas.

- Hamburguesas - dicen al unísono y con Juli sonreímos.

Llamamos al mesero y pedimos toda nuestra cena. Cuando este se va nuestros hijos se ponen a ver un vídeo en Youtube desde mí celular y con Julián nos ponemos a hablar.

- ¿Me perdonas por lo de hoy? - me mira suplicante.

- ¿Por qué?

- Por lo de tu compañero de trabajo. Sé que te bancó durante todo este tiempo pero soy celoso y...¿Qué le vamos a hacer? - se encoge de hombros y yo me río.

- Pero si soy tu mujer ¿Qué decís?

- No me quiero ni imaginar la cantidad de pelotudos que te deben haber chamullado mientras yo estaba internado.

- No muchos. Creo que fueron cinco nomás - miento. Él ríe suavemente.

- Como te gusta jugar conmigo - niega con la cabeza y me mira - Te amo.

- Yo mucho más - me acerco a su cara y lo beso hasta que me quedo sin aire.

El mesero llega con nuestra comida y nos ponemos a comer. Franco y Lucas nos cuentan de cómo fue su día en el jardín y de sus amigos. Cuando terminamos Julián llama al camarero para pedir el postre.

- Te pido si me podes traer un mousse de chocolate y...- empieza a toser y yo lo golpeo en la espalda un poco.

- Ya está, ya pasó - le digo - Respira, tranquilo.

- Estoy bien - dice pero cuando termina empieza a toser otra vez y yo me asusto. Se pone la mano en la boca y cuando la saca tiene sangre en la palma.

- Julián - susurro y él vuelve a toser. El camarero me mira y dice.

- Voy a llamar a una ambulancia - sale corriendo y Julián sigue tosiendo. Cuando creo que está por terminar se cae desmayado al piso.

- ¡Julián! - grito desesperada y me tiro a su lado.

En minutos llega la ambulancia y nos vamos al hospital.

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