Una Princesa en el Colegio

Capitulo 6: Hagamos El Intento

Capitulo 6
Hagamos el Intento

El sol salía y las cosas estaban un poco ruidosas en mi nueva casa.

Me acababa de terminar de cepillar el cabello el cual acomodé en una coleta de lado, cuando escuché cierta discusión en el cuarto de a lado.

- ¡Me veo ridículo! - Exclamó un muy molesto alguien que parecía ser Dylan.

- No es cierto, te ves bien. Date prisa o llegaremos tarde. - Le regañó la voz de Scarlet.

- Es facil para TI decirlo, ¡Tu no estas vestida de niñata! - Contestó él.

- ¿Qué suce-- - Entré a la habitación y presencié la escena, sin saber si reirme o no terminé enmudecida.

Eran Scarlet y Dylan preparándose para ir de encubierto, aunque en papeles algo diferentes.

Scarlet era toda una profesora de esas peliculas donde los estudiantes querían montarse a la docente. Ella iba como la nueva profesora de física, algo que le sentaba bien.

Tenía su rojizo cabello en una coleta alta y prolija, una falda negra de talle largo y una camisa blanca un tanto ajustada, pero que estaba profesionalmente cubierta por uj elegante blazer rojo vino a tono con el uniforme de los alumnos.

Dylan... Dylan era un chiste andante, no por como se veía, sino por su expresión de "desearia que me disparen en la nuca".

Pero incluso yo debía admitir que se veía guapo, su ligera barba estaba recien rasurada, su cabello algo más despeinado de lo normal, y llevaba encima el uniforme que en él se veían extremadamente varonil. Me quedé sorprendida.

- ¿Qué miras, mocosa? - Me dijo de mala gana.

Y con eso mis nuevas expectativas de Hive se fueron al cuerno.

- ¿Se supone que vas a ser mi compañero? - Pregunté - Pareciera que hubieras reprobado la secundaria por decima generación.

- Cuidado con lo que dice, su alteza. Puedo deshacer este acuerdo cuando mejor me parezca. - Contestó él.

Él tenía razón, así que solo me quedé callada luego de dejar salir un gruñido. Me di media vuelta y bastante molesta subí al auto.

Me acomodé en el asiento del conductor y retoqué mi brillo labial mientras esperaba a Dylan, pero cuando lo vi bajar me extrañó el que él abriera la puerta del conductor.

- ¿Qué buscas? - Pregunté algo tosca.

- Mi asiento. - Contestó de igual manera.

- Es el de a lado, o si prefieres, el de atrás. - Le respondí señalando ambos lugares.

- Creo que los confundes con el tuyo, princesa. - Dijo con una irónica sonrisa.

Este tipo me venía sacándome de mis casillas desde hacia un buen rato, por lo que decidí que era momento de imponer ciertas reglas, aunque sea con mi auto.

- Mira, Dylan. - Comencé, levantandome del asiento y apoyándome contra el marco de la puerta del auto. - Este es MI carro, y ese - Continué señalando el lugar del conductor - Es MI asiento. A no ser que me obligues, no voy a moverme.

Él levantó una ceja, cruzó ambos brazos e inclinó la cabeza, la típica cara de "¿Es en serio?"

- No creas que con esa cara vas a convencerme de lo contra-- - Intenté seguir, pero antes de que pudiera concluir mi discurso de reproche él ya me tenía cargada en sus brazos al estilo nupcial. - ¡¿QUÉ HACES?! ¡SUELTAME! ¡ES UNA ORDEN! - Grité sin efecto alguno, entre patadas y manotazos, que tampoco ayudaron a librarme.