Los Sueños Del Bufón

El Secreto De La Rosa: Parte 1

—¿Y qué importa si ellos no los aman? prueben amándose a sí mismos en especial tu Rosa

Dijo algo molesto ya que había visto los tratos que Julio tenía a ella

—Eso es lo que tendría que decirte a ti que quien sabe cuánto tiempo es que llevas dibujando el rostro de una niña que no conoces nada de ella

—A diferencia de ustedes con mi caso es que yo sé dónde está la persona que amo y sé que ella me espera pese a las adversidades que se nos han interpuesto, yo a ella la amo y sé que ella igual me ama y que me escribe las cartas con la esperanza de que nos veamos nuevamente, siempre antes de irse me dice cual es lapso de tiempo que estarán en esa localidad, dándole la nueva ubicación, así como yo lo hago con ella...

—Bravo—Contestó Rosa sarcástica—¿Qué quieres que haga ante tus esfuerzos? ¿Qué te aplauda acaso? Claro como cuando haces tú acto nadie más lo hace

—Eso no tiene nada que ver y lo sabes Rosa, además no soy el único que recibe cartas del circo Taydeline, si Abram nos permite comunicarnos a Desdémona y a mi es porque de igual manera vienen cartas dirigidas a ti

Rosa se encoje de hombros mientras que intenta evadir las acusaciones de Gyan

—Vamos, si tú mejor que nadie sabe porque te trata de aquella manera Julio así que entre todos aquí tú tienes el menor derecho a quejarte acerca de tú situación mi querida Magdalena de la Rosa

—¡Cállate! —contesto con extrema molestia dándole una bofetada—no importa cuántas cartas le mandes a aquella dama, ella jamás podrá estar a tu lado ya que tiene un compromiso con alguien quien de verdad le traerá futuro

Gyan, así como Rosa se molestaron mientras que ella salía de su habitación de este, estando fuera de ella a la espera Julio quien se mantenía con los brazos cruzados

—¿Terminaste de coger ya?

—Yo no hice nada de aquello que tú crees, Gyan nos quería mostrar...

—¿Su verga acaso? Sabes que, esa es una de las tantas razones por la cual no llegas al nivel para ser mi mujer la que este a mi lado, siendo honesto—mete sus manos a sus bolsillos sacando un cigarro—era mil veces mejor tu madre

En ello Rosa siente como es que un apuñalada se le clava en lo más profundo de su corazón dañando a la joven quien se deja caer de rodillas

—Deja de lamentar tu existencia y vámonos de una vez que no me gusta que tú estés cercas de él

Señalo a Gyan quien se encontraba sentado al lado de Lucar

—Como digas Julio

La joven mantenía su cabeza baja al seguirle, ¿Cuáles serían los sueños del mago? ¿Por qué es qué él se ha enfadado al grado de tratar de aquella manera a quién fue su amada?

La respuesta esta en el pasado, unos días después de que Rosa ingresara al circo se podía apreciar cómo es que Octavio se encontraba emocionado con el pequeño que en la basura había encontrado, enseñándole varios trucos que para su edad de 2 años eran ya sorprendentes, así como pararse sobre de un pie, así como de manos

—Muy bien pequeño

En ese tiempo aún no se había decidido el nombre para Lucar, pero lo conocían como el pequeño o también el changuito porque cuando dormía sus siestas y despertaba amanecía con sus cabellos llenos de estática, así como parados dándole la imagen de un orangután tangerina

—Es lindo el bebé que Octavio se encontró ¿No lo crees?

Julio alza una ceja algo incrédulo