Casualidades de la vida

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Levanto mis cara lentamente y miro hacia la silla de al lado, era él.

Era tan atractivo, su olor llegaba hasta donde yo estaba, hablaba con unos amigos sobre una chica a la que había rechazado cuando le preguntó si quería algo más serio.

─Jajaja y ¿qué le dijiste─preguntó unos de los chicos que había a su lado.

─Solo le dije la verdad, que yo no creo en el amor y que para mí las chicas solo son un juego, nunca me enamoraré de nadie─dijo él con una sonrisa.

─Y ella ¿cómo reaccionó─Preguntó el otro joven que se encontraba en la conversación.

─Como siempre, ya sabes como son las chicas, rompió a llorar. Pero no me importa tengo cosas más importantes por las que preocuparme como para pensar en el amor─Dijo en tono despreocupado.

En ese momento entró la profesora, llamando la atención de todos.

─Buenos días jóvenes, bienvenidos ─dijo la profesora en tono alegre.

─Buenos días─ respondimos todos al unísono.

─Mi nombre es Abbie Mckenzie y soy su profesora de Anatomía. Ahora me gustaría conocerlos más y saber sus nombres, empezamos por aquí─ señalándome.
¿Era en serio? de tantas personas que habíamos en el salón y tenía que empezar por mí.

Me levanté lentamente de mi silla, parecía que me pesara el cuerpo, me temblaban las piernas del nerviosismo que sentía, sabía que él me reconocería.

─Adelante─Dijo la profesora.

─Bu... bu... buenos días─Dije con voz temblorosa─Mi nombre es Anne Prince y vengo de Estados Unidos.

En ese momento sentí todas las miradas en mí y algunas risitas al fondo del salón.

Reconocí su voz, a mi lado estaba mirándome incrédulo aún por esta coincidencia.

─Pero y ésta fea ¿qué hace aquí?─ dijo mirándome fijamente.

Escuchaba voces femeninas murmurando sobre mi vestuario y mi apariencia.
Traté de hacer oídos sordos a todo lo que pasaba a mi alrededor, aunque no lo niego, me dolía cada una de las palabras y risas de burla que escuchaba, fue el minuto más largo de mi vida.

─Bien, gracias señorita Prince ya puede tomar asiento ─dijo la profesora─y a ustedes─ señaló todo el grupo─ no quiero escuchar insultos ni risas en mi clase.

Todos se pusieron serios, pero aún seguían mirándome. Estaba nerviosa, sonrojada y lo único que quería en este momento era salir corriendo y no volver a ver a mis compañeros. Pero me tocaba quedarme, era mi sueño y no podía rendirme. No les iba a dar gusto.

No podía tener un peor inicio de clases, siempre habia imaginado que mi vida universitaria estaría libre de insultos por parte de mis compañeros, creí que dejaba eso en mi pasado, pero aquí estaba nuevamente reviviendo lo mismo,abriendo viejas heridas.

Traté de aparentar normalidad y seguí escuchando las presentaciones de mis compañeros.

Hasta que el turno era para él.

─Buenos días, profesora, debo admitir que es usted muy guapa─qué descaro halagar hasta a la profesora, pensé ─mi nombre es Tyler Jhonson, y vivo aquí en esta misma ciudad y mis padres son los dueños de la gran empresa LifeJhonsons─prosiguió.

Así que aparte de grosero era un niño rico. Debí imaginarlo, solo era un chico egoísta acostumbrado a una buena vida.

Me provocaba tantas cosas al mismo tiempo, sentía una extraña sensación, como si mi corazón saltara cada vez que lo veía, me ponía nerviosa y sentía como si tuviera miles de maripositas pequeñas que revoloteaban en mi estómago. Solo había escuchado de esos síntomas en los libros que leía cada noche y que el único tema central era el amor.

Pero no, no podía sentir amor por alguien que me trataba mal y lo peor de todo, que se burlaba de mi apariencia. Estaba lejos de ser ese sentimiento.

Me conformé con pensar que tal vez tenía hambre. Sí, esa era la razón de esa rara sensación en mi estómago.

Así transcurrió la hora siguiente, con la profesora explicando el primer tema de su materia.

Al sonar el timbre de cambio de hora, mis compañeros salieron, pero yo aún estaba sentada, esperando que terminaran de salir para no encontrarme con ninguno de ellos.

Sin embargo, no había notado que había alguien que tampoco había salido, miré hacia un lado y me encontré con él.

─Hola, fea─ me dijo con una sonrisa.

Yo solo me limité a mirarlo de reojo y no contesté.

─Qué casualidades de la vida ¿no? Mira que encontrarte dos veces y luego aquí─Se asomaba un tono sarcástico en sus palabras.

Suspiré y lentamente las palabras salieron de mis labios:

─Si, las desgracias de la vida.

Mis palabras actuaron como una bofetada en sus mejillas.
Me miró furioso y salió tan rápido como pudo.

Me quedé en mi silla, lágrimas salían de mis ojos, hoy había llorado dos veces y mis ojos empezaban a pesarme. Es que soy tan sensible, quisiera ser fuerte como una roca o tener un caparazón donde esconderme de quienes me lastimaban.

Me levanté y salí del salón pensando lo irónica que es la vida, siempre pone obstáculos en los lugares y situaciones donde menos los esperas y nunca estamos preparados para saltar esa piedra, por lo que siempre caemos y lo difícil es levantarse y seguir adelante, aunque muchos solo se queden en el vacío esperando que la salida llegue sin hacer un solo esfuerzo por encontrarla.

Mi dilema estaba en si era del primer o del segundo grupo.

Un tropiezo de amor 》Libro #1 Bilogía Amor en París《Where stories live. Discover now