Capítulo 1: Necesito ayuda

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Capítulo 1: Necesito ayuda

Sentía como la luz de la madrugada daba y picaba en mis ojos, pero ese no fue lo que me despertó. Lo que me despertó fue un fuerte sonido, fue el fuerte llanto de mi hija de año y medio. Leah, mi hermosa Leah. Talle perezosamente mis ojos y estires mis músculos aun dormidos, estirando mis brazos hacia los lados mientras daba un fuerte bostezó.

Como pude me levante y camine hasta su habitación donde estaba ella. Estaba parada sombre su cunita mientras aun gritaba a todo pulmón. Cuando me vio sus gritos cesaron, pero aun su labio temblaba reteniendo el llanto y sus ojos azules cielo estaban cristalinos, y ahora parecía el azul una playa cristalina del caribe. Me miraba con ojos expectantes, esperando que fuera por ella. Era un hermosa pequeña de piel blanca, solo un par de pecas en su rostro que seguro irán desapareciendo con los años a comparación conmigo que estoy llenas de ellas. Su hermoso cabello lacio rojizo a un que más claro que el mío y claro el mío era rizado.

- ¿Qué tiene mi niña? - le pregunte tomándola en mis brazos y ella rápido se aferró a mi cuello-

- Mamá- dijo en un sollozo-

- Ya mi vida, mamá esta acá, tranquila- Decía mientras la masía y toqué su pañal que parecía mojado, la recosté sobre su mesita de cambio y comencé abrir su piyama rosa, para cambiar el pañal y ella parecía ahora más tranquila conmigo. Sonreír feliz ahora que estaba allí.

Debo admitir que no soy la mujer más inteligente del mundo. A mis 21 años y criando una bebé de año y medio sola. Mi historia no es fácil pero tampoco es la más difícil como para que tenga lastima, solo soy una chica que vivió en un mundo de fantasías e ilusiones y se topó con la realidad de la peor forma, con tragedia.

Mis padres murieron cuando tenía 18 años, no tengo más familia y me heredaron su enorme casa y un gran terreno de cultivo de trigo. No eran ricos ni nada por el estilo. Éramos bastante humildes. Mi papá se encargaba del cultivo y la venta de esta manera subsistimos. Solo tenía un ayudante que vivía en un cobertizo que estaba construido a unos 5 metros de mi casa el cual mi padre lo convirtió en una pequeña cabaña con un baño propio. Cuando fallecieron fue un gran golpe para mí, quise mil veces ir en aquel auto y morir juntos con ellos.

Era un frio invierto tan típico de Rusia y ellos habían salido al pueblo que solo quedaba a 25 minutos de nuestra casa. Tenemos una pequeña tienda allí donde vendemos algunos productos agrícolas y flores que es mi pasión. Yo me quede en la casa, estaba algo refriada y tenía vacaciones de la universidad, recién comenzaba mi primer año en psicología. Estaba allí sola en mi casa, esperándolo. Cuando el reloj de la casa marco las 7:00pm.

*******************Flashback************************************

- Vamos, vamos, ¿dónde están? - caminaba de un lado a otro de la casa, los grandes copos de nieves no dejaban de caer- ashu- solté un gran estornudo y limpie mi roja nariz con una servilleta- es tarde vuelvan - suplique mientras me sentaba en la ventada que daba hacia el patio.

Me encantaba sentarme allí con una enorme taza de chocolate caliente con malvavisco y un libro a ver las grandes nevadas en invierno y disfrutar de la navidad. Pero ahora en esa ventada solo observaba el sendero suplicando ver los faros del auto de mis padres llegar. Pero no llegaban, no estaban allí, no llegaban y cada minuto me desesperaba más.

Copo tras copo se acumulaban en la ventana. Entonces lo vi, por el camino hacia la casa venia aquella patrulla. Seguro el oficial Cliff. Más que sentir temor, sentí alivio. Seguro su auto se descompuso y el los trajo hasta aquí. No era la primera vez que ocurría, así que podía ser posible. Amarre bien mi bata rosa y corrí hasta la puerta para abrirla con una enorme sonrisa, feliz de que mis padres estaban en casa. Pero ante mí solo vi un hombre triste

Cuando más te necesiteWhere stories live. Discover now