Capítulo 5

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Esa canción...

No comprendía porque lo ponía tan... Aletargado.

Siempre había tenido un gusto un tanto peculiar para la música, pero desde lo que él llamaba "el origen de todos los putos problemas" se había aficionado especialmente a una que sonó en la radio el día en que llegaron a esa ciudad lejana que tenía un sol cálido y un aroma fresco a césped recibien cortado, para participar en uno de esos eventos para maricas a los que su escuela era tan debota.

Un día antes del evento que a nadie le interesaba realmente, Kyle se sentó sobre su cama en la litera con cara de pocos amigos y dio un suspiro antes de empezar a contarle cierta situación tensa entre Kenny y Stan que empezaba a preocuparlo, repetía frases constantemente cómo " no debería preocuparme tanto pero..." Y " está bien que no quiera decirme a veces ¿Y si es importante?" Sonrió por notar que su plan marchaba correctamente y palmeó la espalda de Kyle para llamar su atención mientras sonreía de aquella manera cargada de confianza y algo de burla.

–¿Quieres calmarte de una vez mamá gallina? Estás actuando cómo una perra paranoica– soltó una risa despreocupada ante su actitud y aunque el pelirrojo quiso mantenerse enojado por su reacción a lo que el consideraba un problema creciente, pero no pudo evitar el sentirse más tranquilo con su respuesta.

–  no soy una mamá gallina, culo gordo– Cartman supo que podría mantener a raya la curiosidad de Kyle cuando este sonrió y se sintió satisfecho al saber que había ganado una valiosa cantidad de tiempo para seguir con su plan hasta obtener el dinero que ganaría al lucrar con la nueva pareja homo del pueblo

– relaja un poco tu judío trasero, es sólo una pelea estúpida, ya verás como corren a acusarse mutuamente con nosotros para ver quién tiene la razón y luego se resolverá, cómo siempre– no se sintió mal al jugar con la confianza que el pelirrojo estaba depositando en él al ver que sus dos amigos restantes no estaban dispuestos a hablar, al contrario, le habían dado lo que necesitaba para que su obstáculo número 1 estuviera fuera del camino – no es nada– mintió con tanta naturalidad fingiendo ser reconfortante y no estar enterado de nada en absoluto que se felicitó

– tal vez... Si, Seguramente– se aseguró de mantener una conversación alejada del tema por el resto de la tarde mientras la temperatura subía unos cuantos grados y la ventana abierta dejaba entrar una constante y fresca brisa que los hizo sentirse más pesados hasta que ambos terminaron recostandose sobre la cama para seguir la amena charla que se alternaba con pequeñas peleas que terminaban tan rápido cómo empezaban.

No se dio cuenta hasta tiempo después, cuando su conversación se había reducido a palabras y risas cortas debido a lo cerca que estaban de quedarse dormidos, que alguien había encendido la radio fuera de la cabaña y la voz de una mujer con tintes melancólicos se coló a través de la cortina abierta, le gustó y se lo hizo saber a su amigo/enemigo que se encontraba bastante somnoliento.

– es deprimente– comentó, cerrando los ojos durante algunos segundos antes de volver a abrirlos, verde, verde brillante que solo podrías encontrar en la mirada de alguien que odia o ama intensamente, emociones, vida, eso era lo que había en esos ojos y lo que vio desparecer el día en que se marchó.

– tu gusto para la música es una mierda, jodido pelirrojo– distraídamente tomó uno de esos mechones enmarañados entre sus dedos, el cabello de Kyle era áspero y brillante, esponjoso rizos rojos cómo el infierno – este color es cómo... Arena y sangre, Ugh, asqueroso, le queda bien a los de tu clase– lo vio fruncir el entrecejo pero no argumento nada, estaba demasiado cansado para hacerlo, Kyle sabía que el rojo era uno de sus colores favoritos del gordo racista.

– imbécil...– gruñó entre dientes antes de que ambos finalmente se quedaran dormidos... Esa fue su última tarde de paz antes que los problemas empezaran a crecer de manera alarmante.

***

Pensando en muchas cosas que usualmente pasaba por alto, notó algo interesante y comprendió porque se sentía ausente.

Su enemigo más grande y su mayor incentivo  había desaparecido y aunque no quería reconocerlo, sentía la necesidad de sacar aquellas cosas que lo estaban asfixiando... Así que continuó

Una parte prevista de sus planes y una herramienta fundamental para llevarlos a cabo no estaba ¿Qué sería de un nazi sin un judío que le diese un motivo a su odio? ¿Qué sería de un asesino sin motivación para matar? ,¿Quien sería Eric Cartman sin un Kyle Broflovski?
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Hey! Me extrañaron? Yo a ustedes si, y quiero que sepan que quería mudar está historia a mí otra cuenta, ya saben, la otra la uso más but, no, porque alguno de ustedes podría no leer mi aviso y perderla, eso sería triste.
Bye bye

Tempus® KymanWhere stories live. Discover now