O1 | ¿Podrías volver, por favor?

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Cuando el padre de Sanha murió, él sabía que su vida daría un giro, pero no espero que fuera un GRAN giro.

Sanha era hijo de una pareja gay, sus padres habían alquilado un vientre para poder tenerlo. Sí era hijo legítimo de uno, pero no sabía de cuál de los dos... ni sus padres, nadie lo sabía, habían querido mantenerlo en secreto.

A Sanha no le había importado cuando a los 12 años ellos le contaron, seguía sin importante, él los amaba a los dos sin importar qué.

Había tenido encuentros con su madre biológica (porque sus padres habían preguntado si ella quería conocerlo, y ella había dicho sí emocionada) seis encuentros en sus 16 años... esos encuentros habían sido incómodos, él no quería despegarse en ningún momento de sus padres. Y ella parecía un poco decepcionada de que Sanha no la quisiera.

No sabía si su madre lo quería, no le había importado hasta el día de hoy, cuando Jae le dijo que lo iba a enviar con ella ya que él tenía que viajar a Estados Unidos para realizar unos estudios.

Al instante pensó que su padre no quería hacerse cargo de él, había perdido a la persona que amaba, a la persona con la que pensó que pasaría el resto de su vida, él debía estar destrozado, él debía querer huir de todo.

La situación de Sanha no era muy diferente, él también había perdido a su padre, él no sabía que hacer sin Do. Do prácticamente era el que le había dado todo, se podría decir que era como su madre.

Sanha apretó con fuerza el cinturón de seguridad mientras lloraba en silencio, sin querer que Jae lo escuchara. Agachó su mirada y sintió como Jungjung se movía en su pequeña jaula, tal vez queriendo salir de ahí para ver lo que le pasaba a su dueño.

El rubio se sentía fatal, él no quería irse de su casa, él no quería dejar los recuerdos de Do, pero al parecer su padre sí. Quería gritarle que era un cobarde, quería preguntarle para que lo había querido tener para luego abandonarlo... porque eso es lo que estaba haciendo, abandonarlo a su suerte con una señora a la cual no conocía.

¡Ellos dos podrían salir adelante! No quería separarse de Jae, él era lo único que le quedaba... además de JungJung y Chocolate.

Hoy era un día soleado, perfecto para ir a nadar o pasear con amigos, pero para Sanha era el peor día de su vida.

Una de las cosas que más le dolía era dejar a Chocolate, él no merecía sufrir al igual que Sanha. Su perrito pensaría que volverían cuando tal vez no lo harían, no es que lo hubiese abandonado, Jae lo había dejado con su vecina para que lo cuidará, ella le agradaba a Sanha, era una chica de 24 años dueña de una dulceria, siempre le regalaba a Sanha dulces... él sabía que iba a cuidar bien a Chocolate, pero eso no quitaba que se sintiera mal. A duras penas pudo llevar a JungJung consigo, su madre había dicho que sí porque era un gato y era pequeño.

Jae se estacionó frente a una casa blanca, era pequeña comparada con su antigua casa. Jae bajó del auto.

Sanha trató de limpiar sus lágrimas, si Jae lo veía llorando seguramente lo reprendería, suspiró cuando su padre abrió el maletero para sacar sus cosas.

¿Realmente le estaba pasando todo eso?

—Vamos, Sanha.—Dijo su padre.—Se me hará tarde para mi vuelo.

Sanha trató de calmar su respiración, tomó la jaula de su gato y bajo del auto justo al momento de que Seolhyun salía de la casa.

Él quería subirse al auto y volver a su casa. Él deseaba haber ido con Do a comprar el día del accidente así tal vez él sería el que hubiese muerto y no su padre, él simplemente quería desaparecer.

—Llegaron un poco tarde.—Dijo Seolhyun.

—Sanha no sé quería separar de su perro.—Respondió Jae con una sonrisa.

Sanha abrazó con fuerza la jaula de su gato.

—Trae las cosas de Sanha adentro, Jae.—Seolhyun sonrió para luego entrar a la casa.

Jae tomó las tres maletas de Sanha y las llevó dentro de aquella casa.

Se había quedado solo, literal. Ahora podía correr y vivir debajo de un puente el resto de su vida, no sonaba tan malo.

Nuevas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, siempre bromeaba con Do sobre que cuando se graduara del colegio iba a vivir debajo de un puente ya que no sabía que estudiar en la Universidad. El rubio había dicho que quería ser mantenido por toda su vida, Jaehyun obviamente se había enojado por eso.

Do, te extraño mucho. Papá, por favor no me dejes solo, no quiero vivir con Seolhyun, no quiero vivir sin ti, por favor... por favor vuelve conmigo, te prometo dejar de comer en la noche los dulces que me regala Tiffany... por favor.

Sanha.—Jae había salido al darse cuenta que su hijo no estaba dentro.

Sanha se dio la vuelta, dando la espalda a la casa, dejó la jaula de su gato en el suelo y volvió a limpiar sus lágrimas.

Al menos... al menos... ablanda el corazón de Jae, por favor, no permitas que me abandone.

Sanha tomó a su gato y volvió a mirar a su padre, sin decir alguna palabra entró.

—Sé que esta casa no es tan grande como la tuya, Sanha.—Seolhyun iba subiendo las escaleras, le hizo una señal a Sanha para que la siguiera.—Pero he preparado una habitación para ti, espero que sea de tu agrado.

Sanha entró en la habitación donde estaba Seolhyun, Jae ya había dejado sus maletas ahí.

Esa habitación no tenía comparación a la suya, su habitación era el doble, no el triple que esta... aunque no sé quejaba por eso, no le hubiese importado tener una habitación como esta si estaba con sus padres. Los tres juntos, como siempre.

Esta habitación tenía una cama de una plaza, un pequeño velador, un ropero y una ventana que dejaba ver la calle, Sanha se acercó desde ahí podía ver el auto estacionado de Jae.

—¿Qué te parece?—Sanha se dio la vuelta al escuchar la voz de su padre.

Me parece que eres el peor padre del mundo, eso me parece.

Sanha no quería responder, tampoco podía responder lo que tenía en mente porque Jaehyun realmente se enojaria.

Los dos mayores al darse cuenta que no había respuesta por parte de Sanha se miraron, luego Jae miró su reloj.

—Es tardísimo.—Dijo Jae.—Será mejor que me vaya o perderé mi vuelo.

Jae miró por última vez a su hijo, él seguramente no se despediría. Sin decir alguna palabra salió de la habitación seguido de Seolhyun.

—Espero que te sientas en casa.—Murmuró ella cerrando la puerta.

Sanha suspiró, cerró la ventana y dejó salir a su gato de la jaula. JungJung inmediatamente se desperezo y comenzó a inspeccionar el lugar desconocido.

—Es una nueva casa, JungJung.—Habló Sanha.—Aquí será nuestra casa desde ahora.

El sonido del auto de su padre encendiendose hizo que Sanha volviera a llorar.

Lo había dejado.


🍀🍀🍀

Holaaaa, soy yo de nuevo, prometo actualizar cada semana, por favor créanme xd
Por favor, como puse en la descripción de la historia, este es solo un fanfic, no se tomen nada personal, SOLO ES OTRO FANFIC CULERO. Así que por fis, no se tomen nada personal.

All the love, G.
💜💜💜



Mala suerte, suéltame por favor↪EunSanWhere stories live. Discover now