O2 | Hyojung y Doyeon

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Sanha llevaba acostado en aquella cama desde que había llegado ¿Cuántas horas habían pasado? No lo sabía, pero ya había anochecido, seguramente Jae ya estaría viajando lejos.

Ya no tenía lágrimas, llevaba llorando sin parar por tres semanas, desde que se enteró de la muerte de su padre hasta ahora dejando a Chocolate y siendo abandonado por su padre

No había tenido con quién desahogarse, Tiffany lo había abrazado mucho la noche del velorio de su padre, pero él necesitaba más, él quería alguien que le dijera que todo iba a estar bien todos los días. Por más que quisiera a aquella chica ella no iba a estar todo el tiempo junto a él.

Había esperado que Jaehyun lo dejara apoyarse en él, pero no, su padre parecía más perdido que Sanha. No habían tenido conversaciones largas desde ese día, bueno, la mayoría de escenas después de ese día Sanha las tenía borrosas. Pero las que había tenido con Jaehyun eran claras, su padre le había ayudado a ponerse la corbata el día del funeral y a la semana siguiente le había dicho que tenía que irse.

Minhyuk, su mejor amigo, se encontraba de vacaciones en un lugar sin Internet sin saber nada de lo que había pasado y no lo iba a tener junto a él hasta luego de una semana que regresaban a clases.

Jaehyun había dejado pagando la colegiatura de todo un año, Sanha estaba aliviado por eso, no quería despegarse de sus mejores amigos. Su padre sí había considerado cambiarlo, pero Sunny, la mamá de Jinwoo (uno de sus mejores amigos) había hablado con Jaehyun para que dejará que Sanha se quedará en Fantagio. Sanha estaba muy agradecido con Sunny.

Jinwoo había sido el único de sus tres amigos que lo había acompañado durante todo ese tiempo, claro, mientras Sanha se lo permitió, durante esos dos largos y duros días. Y desde el último día, Sanha se había encerrado en su habitación y dejado de contestar los mensajes de su amigo.

Shh, Hyojung.—Escuchó una vocecita desde la puerta, en seguida alzó la cabeza.—¿Si ves, tonta? ¡lo despertaste!

La puerta fue cerrada rápidamente, Sanha se incorporó junto a JungJung ambos se miraron.

Luego de varios segundos la puerta fue abierta de nuevo, esta vez dos pequeñas cabecitas se asomaron, luego se miraron y entraron con una bandeja, dejándola en el velador.

Era dos niñas, una castaña y otra pelirroja.

—¡Hola, soy Hyojung!—Dijo la castaña acercándose a Sanha.

—Soy Sanha.—Respondió el rubio dando una pequeña sonrisa.—Un gusto, Hyojung.

—Yo soy Doyeon.—La pelirroja también se acercó y se sentó en la cama.

—¡Sanha es un bonito nombre!—Murmuró la castaña.—¿Cuál es su nombre completo, oppa?

—Yoon Sanha.—Respondió aún con una sonrisa.

—¡Es todavía más lindo!—Hyojung se sentó junto a Sanha.—¿Verdad, Doyeon?—La pelirroja sonrió.—¿Cuántos años tiene, oppa?

Vaya niñas curiosas.

—El mes pasado cumplí 16 años.—Respondió Sanha.

Su fiesta de cumpleaños había sido uno de los eventos más hermosos que había tenido, como su cumpleaños caía justo en vacaciones, sus padres habían decidido hacer una fiesta a lo grande, invitaron a todos sus compañeros y compañeras de clase, además de amigos de la familia y sus abuelos (los padres de Doyoung) habían viajado de Italia para acompañarlos.

Eso había sido una semana antes del accidente. Los ojos de Sanha se comenzaron a llenar de lágrimas de nuevo.

Doyeon y Hyojung se miraron preocupadas, como si hubiesen dicho algo que les habían advertido no mencionar.

Mala suerte, suéltame por favor↪EunSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora