Selfish love.

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Hola a todos aquellos que siguen esta historia y hola a los nuevos...
Como lo pudieron leer anteriormente tuve problemas para escribir acerca de estos dos peeero gracias a unas ideas salió esto.

Espero les guste y nos leemos abajo.

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Kiyoshi mandó la cabeza para atrás, apoyándola en el espaldar de la silla en la cual se encontraba sentado y en la cual hace menos de 20 minutos se encontraba revisando unos procesos legales por cuestiones de trabajo. Mordió su labio evitando así que un grueso gemido saliera de su boca, con dificultad miró hacía su entrepierna y más exactamente debajo del escritorio, ahí se podría vislumbrar una cabellera negra, brillante y sedosa que se movía con emoción. – Cielos…- Jadeó, pues su falo estaba siendo masajeado y succionado con experticia. – Me…Me voy a correr. – Anticipó, sus manos se aferraban con fuerza a los brazos de la silla y sus caderas aumentaron un poco de velocidad. – Hana…Hana-chan…- gimoteo. Aquella persona se sacó el miembro del otro de la boca y de manera morbosa un hilo bastante grande de saliva escurrió de aquella boca para caer en la cabeza roja e hinchada del miembro del castaño, quien jadeo al dejar de sentir el calor de la boca ajena.

-Te he dicho que no me digas así. – susurró asiento un puchero para nada inocente y agarrando la base del miembro de Kiyoshi con ambas manos para luego empezar a masajear de arriba para abajo. – Hoy no lo puedes meter. – sentenció. – Pero sería un desperdicio botar tu esencia así que lo tragare.  – Sonrió con inocencia fingida, sintió como el pene en sus manos se endurecía más y como su boca salivaba más…le habían entrado ganas de que utilizaran su boca de manera violenta, soltó el miembro y corrió un poco la silla, para darle más espacio. Se deshizo un poco la corbata y puso sus cabellos rebeldes detrás de sus orejas. Ante esto Kiyoshi paso saliva y se acomodó en la silla, sabía lo que venía y quería escucharlo de la boca que lo hacían sentir tanto placer.

Hanamiya empezó a masajear su propia garganta de manera suave y miró directamente a los ojos color café que lo observaban con deseo y desespero. – Quiero que me folles la boca…así como te enseñe que días… I-RRU-MA-CI-ÓN. -Deletreó con voz sensual.

Kiyoshi más brusco que suave (raro en él) agarró de los cabellos a Hanamiya y lo acercó a su miembro, por su parte, Hanamiya abrió bien grande la boca permitiendo así que todo el gran y largo falo de Kiyoshi entrara en su boca, unas lagrimas salieron de sus ojos, había llegado hasta lo más profundo de su garganta, dolía, pero el placer era mayor. Sus manos se apoyaron en las piernas y apretaron su traje

-¿Listo? – preguntó con desespero, no recibió respuesta verbal, era obvio, pero Hanamiya se hecho un poco hacia delante. Eso en definitiva era un “Continua”. Kiyoshi empezó a mover sus caderas frenéticamente, sacaba todo su miembro para luego meterlo de manera fuerte, las lágrimas de Hanamiya seguían cayendo, pero sus mejillas cada vez eran más rojas y Kiyoshi notó como se estaba masturbando por encima de la ropa. Ante esto sus movimientos se aceleraron aún más, al demonio su pantalón que ya estaba más que mojado, al demonio su oficina que tenía ya impregnado el olor característico del sexo y el calor correspondiente al mismo acto.  Al demonio todo…gruño fuertemente como si de un gran oso se tratara al sentir como se corría fuertemente en el interior de Hanamiya.

El pelinegro abrió bien los ojos ante la sensación empezando a mamar con gula, sacando todo lo que Kiyoshi tenía para él. Unos segundos bastaron, el castaño salió lentamente de su boca, su respiración era irregular por aquella irrumación y por haberse corrido en su ropa interior. Kiyoshi se dejó caer en su totalidad en la silla recuperando su respiración y cordura. – Eso…Eso fue genial. -  suspiró.

Tired of you.Onde histórias criam vida. Descubra agora