Dulce Alfa

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Era domingo y en la casa de YoungJae había más ruido de lo normal, ¿la razón? Los domingos Bambam y Yugyeom solían visitar a su Hyung para jugar. Ahora que YoungJae se lo pasaba acompañado de Jaebum las visitas de los menores habían incrementado, pues por alguna razón les parecía muy divertido interactuar con el alfa, aunque este no fuera el más animado al momento de jugar.

—¡Jaebabo Hyung, lance la pelota! — gritó Yugyeom, a lo que el mayor tomó el objeto recién nombrado y con todas las fuerzas que poseía lo lanzó. La pelota voló hasta las montañas que se veían a lo lejos desapareciendo al instante de la vista de todos los presentes. Jaebum bajó la mirada con culpabilidad, esperaba algún regaño por parte del omega o que los menores ya no quisieran jugar más con él, pero aparentemente no les importaba para nada la pelota.

—¡¿Viste eso Yug?! — el nombrado asintió con los ojos brillando — ¡Debería enseñarnos a lanzar así Hyung!

—Todos sus balones terminarían desapareciendo y no pienso regalarles más — regañó YoungJae a los dos menores, quienes de brazos cruzados le mostraron la lengua y se abrazaron a Jaebum.

—Jaeba- Jaebum Hyung nos comprará otro mucho más bonito, ¿verdad Hyung? — el alfa estaba a punto de asentir, pero cometió el error de mirar en dirección al omega y notó como este mantenía ambas cejas alzadas mientras negaba lentamente. Posteriormente el alfa procedió a negar también, ganándose un leve golpe en el abdomen por parte de los menores.

—Vámonos Bam, YoungJae Hyung y Jaebum Hyung son unos tontos y no merecen nuestra presencia — Bambam asintió tomando la mano de más alto y se fueron corriendo de regreso al hogar. YoungJae rió junto a Jaebum mientras caminaban de vuelta al interior de su casa.

Los padres de YoungJae le habían notificado a su hijo que estarían fuera por tres semanas debido a asuntos laborales, pues ambos trabajaban en la misma empresa. De alguna forma el alfa había generado una enorme confianza en los mayores, tanto así como para dejarlo a solas con su hijo. Sabían que Jaebum, aunque fuera un alfa, jamás le haría algo malo, o algo que YoungJae no quisiera.

—Bumie Hyung — el omega ahora lo llamaba así, con ese apodo tan tierno que volvía loco a su lobo, y para que negarlo, a él también — Ya que tenemos la casa sola para nosotros, deberíamos hacer algo divertido — Jaebum lo miró expectante — ¿Sabe cantar?

La respuesta que YoungJae recibió a esa pregunta fue mejor de lo que esperaba. El alfa no sólo sabía cantar, sino que lo hacía de maravilla. Su voz normalmente se oía grave e incluso demandante, pero al momento de cantar era tan suave y relajante que el corazón del menor había comenzado a latir con fuerza. Luego de dejar que Jaebum cantara un par de canciones más se sintió avergonzado por dejarlo oír su voz.

—No creo que seas así de malo como dices. Quiero oírte cantar... — Jaebum usó los típicos "ojos de cachorro" y finalmente terminó convenciendo al omega.

No se arrepentía de haber cedido, ni en ese momento ni en un futuro. Después de que el omega terminara de cantar, Jaebum quedó pasmado en su lugar. Sus mejillas estaban teñidas de rojo y su corazón había comenzado a latir con fuerza, ¿realmente un lindo omega como YoungJae poseía semejante voz?, ¿Había algo en lo que YoungJae no fuera precioso? Lo único que logró hacer, ya que su capacidad para hablar había desaparecido en ese momento, fue levantarse del sofá y abrazar con fuerza al omega, repitiéndole cientos de veces al oído lo preciosa que era su voz.

—N-no es para tanto — a ese punto YoungJae ya estaba completamente sonrojado. No acostumbraba a recibir tantos halagos, menos por parte de Jaebum. Era increíble como siempre lograba conocer nuevas cosas del alfa, esperaba pacientemente hasta que este decidiera contarle sobre su pasado y tal vez, sobre su familia.

Esa noche antes de dormir cenaron hotcakes, la especialidad de Jaebum. Aunque el omega insistió en que él cocinaría, Jaebum no se lo permitió. Al final YoungJae no se arrepentía, después de todo el mayor cocinaba increíblemente delicioso. Apenas terminaron se fueron a dormir a sus respectivas habitaciones.

—Buenas noches Bumie.

—Buenas noches, J-Jae — que Jaebum estuviera avergonzado luego de llamarlo por su apodo era, sin duda, lo más adorable que había visto en el día.

Jaebum se giró por enésima vez en su cama intentando dormir. Hace ya varios minutos un aroma insoportablemente delicioso lo estaba atormentando y despertando cada uno de sus sentidos. El aroma comenzó a hacerse más fuerte y finalmente la puerta de su habitación se abrió de golpe. Vio como una figura se acercaba lentamente hacia él embriagándolo con su exquisito aroma. Hubiera saltado de inmediato a atacarlo, pero sabía muy bien de quién se trataba y, por más que su lobo se estuviera comportando como un loco, no debía sucumbir ante él, Jaebum era un alfa respetuoso y los deseos de su lobo no cambiarían nada. Era YoungJae quién se acercaba con su embriagante aroma dispuesto a ser consentido por el alfa.

—B-bumie... — retiró las frazadas que cubrían el cuerpo del mayor exponiéndolo al frío, pero de inmediato fue cubierto por la calidez del cuerpo del omega cuando este se subió sobre él, específicamente sobre su miembro — A-alfa... T-te necesito... — todos los músculos del alfa se tensaron al sentir al omega frotándose sobre él. Todo su ser estaba siendo dominado por su lobo y eso no estaba nada bien, debía detenerse.

—J-Jae... Bájate por favor, te arrepentirás de esto.

—No podría... Eres mi alfa Bumie, podemos hacer esto~

—Sólo estás cegado por tu celo... Mañana entrarás en razón, ahora ve a dormir.

—N-no me iré hasta obtener lo que quiero Bumie~ — Jaebum realmente no quería llegar hasta ese punto, pero tendría que usar su voz de alfa para detener al menor.

—Omega, ¡detente ahora mismo! — el nombrado se sobresaltó y de inmediato comenzó a gemir angustiado. Su alfa lo estaba rechazando y, para un omega, no había nada peor que eso. Luego de unos segundos de sólo lágrimas y Jaebum odiándose a muerte por haberlo hecho llorar, YoungJae volvió en sí. Avergonzado saltó a un lado del lugar en que estaba alejándose de la cama. Lo primero que hizo fue tocar su cuello, cuando notó que este estaba intacto suspiró aliviado, pero secretamente decepcionado. A decir verdad, un 30% de su lado racional estaba activo cuando intentó atacar a Jaebum, pero la voz de mando del alfa le devolvió su 100% — No quería gritarte... Pero luego te arrepentirías pequeño, debes ser cuidadoso — YoungJae bajó su vista notablemente apenado mientras un par de lágrimas caían por sus mejillas debido a la vergüenza — No llores precioso... Ven aquí — el instinto de alfa protector de Jaebum estaba más activo que nunca mientras veía al omega llorar. YoungJae se acercó casi corriendo a los brazos de Jaebum acurrucándose entre estos y respirando su aroma tan característico.

—Y-yo... Estoy tan avergonzado... L-lo siento mucho Bumie.

—No te disculpes más, mi lindo omega, tu no has hecho nada malo, fue imprudente de mi parte haberte gritado, cuando en lugar de eso debería sólo protegerte — Jaebum, sólo por esta vez, dejó a su lobo hablar por él, después de todo sólo de esa manera podría transmitir sus verdaderos sentimientos

YoungJae logró descansar esa noche entre los brazos y lindas palabras del dulce alfa a su lado.












Perdón por tardar mil años ;o;
Recién hoy terminé de escribir el capítulo porque tuve unos días muy intensos, peeeero, afortunadamente estoy de vacaciones ❤

Así que espero recuperar mi inspiración y actualizar mucho

Gracias por esperarme siempre, por leer y votar ❤
Lxs amooooo

Weak [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora