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1993.

Todos en la mansión corrían de un lado para otro pues estaba por nacer el primer hijo de la familia Akashi. Shiori llevaba más de 9 horas de parto y por más que quisieran ayudarla no tenían permitido entrar al nido; únicamente Masaomi estaba dentro con su esposa. La pobre mujer se quejaba de dolor y quería que todo terminara debido a que, desde que se enteró de su embarazo, nunca pudieron ver si se trataba de un niño o una niña pues la bolsa de la placenta era demasiado gruesa y no permitía ver nada en las ecografías. Lo único que quería era que su hijo estuviera sano. Masaomi estaba muy preocupado ya que entre sus amistades habían nacido "guardines", dichos bebes no tenían más de 5 meses y habían pasado por la misma situación que ellos. Incluso algunas madres habían quedado muy heridas.

-Por favor cariño, vamos al hospital. Ahí el personal médico te ayudará, así todo será menos doloroso.

-N-no, s-sé qué yo p-puedo s-sola.

La pobre mujer estaba cubierta de sudor y con las contracciones cada vez más fuertes sentía que la desgarraban por dentro, pero sería valiente por su marido y por su bebé. No veía la hora de tenerlo entre sus brazos. Pronto las contracciones aumentaron de frecuencia y cuando sintió la necesidad de pujar lo hizo con todas sus fuerza. Luego de 11 horas de labor de parto había nacido un hermoso niño de cabello cereza. Shiori lo tomó entre sus brazos besándole la cabecita, permitió que su esposo lo abrazara.

-Es perfecto cariño.

-Lo sé, Masaomi-kun, es hermoso.

Los felices padres no se esperaban la aterradora noticia que les dijeron un mes después pues su pequeño Seijuuro pertenecía a los "guardianes", era Cerbero.

1997

El matrimonio Izuki esperaba a su primer hijo. Durante su embarazo Tomoe había tenido demasiadas complicaciones por lo que su parto seria en el hospital en el que trabajaba su hermana. Ellos eran una manada de lobos árticos, razón por la cual no entendían por qué no podían ver al cachorro, la placenta era demasiado dura y por lo que podían observar en los ultrasonidos parecía una especie de huevo. Izuki Akio estaba aterrado ya que los siete guardianes ya habían nacido, por lo que no podía haber otra criatura mitológica. Desde que se enteró del embarazo de su esposa y de que no podían ver al bebé comenzó a investigar por su cuenta, pues trabajaba para el gobierno. Su más grande temor se hizo realidad cuando se enteró de que lo mismo había pasado cuando nacieron los guardianes, y debido a eso había una posibilidad de que, en caso de nacer otro, sería asesinado.

-No te desesperes Akio, si nuestro hijo es una criatura mitológica lo mantendremos escondido de todos. Nos iremos a vivir a otro lado con tal de que no lo encuentren.

-No lo entiendes Tomoe, no me preocupa que sea una criatura mitológica, es mi hijo, voy a amarlo y como sea; lo que me aterra es que un día se enteren de su existencia y quieran matarlo. Nunca había pasado algo así y es eso lo que me preocupa.

-Descuida todo estará bien.

-Necesito hablar con ustedes, no les tengo buenas noticias.- Una mujer de larga cabellera negra y lentes entro a la habitación del hospital en donde estaba se encontraba el matrimonio.

-¿Qué sucede Kanae, encontraste algo que nos pueda ayudar?

-No, pero si encontré otra cosa. Resulta que no son los únicos que están pasando por esto. Hay otras familias que están en su misma situación. Nacieron seis pequeños que afrontaron condiciones similares durante la gestación. No tengo idea de que son pero no logro descifrar su raza, estuve investigando y todos ellos fueron abandonados por sus familias. Se encuentran en distintos orfanatos. Te dejo el expediente de cada uno de ellos, no los he revisado. Ahí encontraras que son. Deben darse prisa y pensar que harán si su bebe es como ellos. Se han enterado los altos mandos y pronto se harán cargo de la situación.

Koi no yokan.Where stories live. Discover now