Un encuentro inesperado (Asking Alexandria)

Capítulo 46. (Maratón 3/4)

2 comentarios y 5 estrellas y acabo con el maratón.

Ahora quedan unos 3-5 capitulos más o menos.

~narra Ben~

Aparqué el coche frente a la casa de mis padres, supusimos que la cena estaría lista, ya que eran casi las nueve de la noche.

Sam y yo bajamos del coche para andar dentro de la casa.

-¡Mamá! hemos vuelto. -la avisé-.

-Hijo, esta tarde ha venido tu amigo Cameron a preguntar por ti -dijo saliendo de la cocina-.

-¿Qué quería?

-No lo sé, ha dicho que ya te llamaría.

Asentí, mi madre había dicho que para que la cena estuviera lista quedaban unos diez minutos, Sam se fue a echarle una mano en la cocina mientras yo me había quedado con mi padre viendo el fútbol.

-Sam es buena chica, ¿no? -preguntó mi padre-.

-Lo es, ¿por qué lo dices? -pregunté enarcando una ceja-.

-Parece que tiene genio.

-Lo tiene -dije asintiendo-.

Sam apareció por la puerta del salón y nos avisó para ir a cenar:

-La cena está lista -dijo con una sonrisa-.

Mi padre y yo nos dirigimos a la cocina, nos sentamos en la mesa y cenamos, después encendimos la tele y nos sentamos en el sofá a ver la televisión tranquilamente con mis padres.

La abracé con fuerza, la apreté contra mi para que apoyara su cabeza sobre mi pecho y así lo hizo, me dedicó una tierna sonrisa y cerró los ojos.

Estábamos viendo una película de romance; eran las favoritas de mi madres y cuando ella tenía el mando más nos valía ni probar a quitarselo, nos mataría sin miramientos.

-Ben -me llamó mi madre- Sam se ha dormido, ¿por qué no la llevas a dormir y bajas a hablar conmigo?

Asentí rápidamente, cogí a Sam con cuidado para no despertarla y la cargué en mis brazos.

Subí lentamente las escaleras intentado no despertarla.

La tumbé con cuidado sobre la cama, le quité las botas, su chaqueta punk y le heché las sabanas por encima de su cuerpo para después encender la calefacción para que no pasara frío.

Bajé de dos en dos las escaleras hasta llegar al salón y sentarme al lado de mi madre. La miré con una sonrisa y le hice una pregunta:

-¿Qué quieres hablar conmigo?

-De Sam.

Puse mis ojos a modo de interrogación frunciendo el ceño.

-Es joven para tí -me disponía a contestar pero siguió hablando- por eso quiero que la cuides y no hagas ninguna tontería con ella, respétala.

-Mamá, puedes estar tranquila -le sonreí- tampoco me gustaría enfrentarme con su hermano -dije con cara de susto-.

-Normal, ese tío es como un armario, te partiría la cara -intervino mi padre-.

-Por eso mismo, a parte de que sería incapaz de hacerla sufrir, la amo.

Mis padres sonrieron, miré mi móvil, eran las una de la madrugada, por lo que decidí irme a dormir, me despedí de mis padres y subi a mi dormitorio a dormir con Sam.

Me quité mi sudadera, los zapatos, después los pantalones y me metí en la cama junto a Sam. En ese momento me hice una pregunta, ¿cómo sería pasar el resto de mi vida con ella?

Cerré los ojos y caí rápidamente en un profundo sueño.

~narra Emma~

Me desperté junto a Jimmy, ambos estábamos desnudos, me levanté con cuidado de la cama, tomé una camiseta de Jimmy y me la puse, me valía de vestido, ya que Jimmy era mucho más alto que yo.

Agarré mi ropa y me colé en el baño, que por cierto no tenía pestillo para cerrar la puerta.

Comencé a ducharme cuando Jimmy se coló a mi lado, comenzó a besarme el cuello hasta llegar al hombro.

-Buenos días, enana -me dijo abrazándome- ¿puedo ducharme contigo?

Yo asentí y siguió abrazándome mientras nos duchábamos.

Acabamos de ducharnos y salimos. Jimmy lio una toalla en mi cuerpo y después se lio una toalla de cintura para abajo.

Tomó mi cara entre sus manos y comenzó a besarme lentamente, nos separámos y sonreímos.

-Te quiero mucho, pequeña -dijo con una sonrisa-.

-Yo también te quiero Jimmy.

Nos abrazamos de nuevo, nos vestimos con mucha ropa ya que hacía bastante frío, estaba nevando y bajamos al restaurante del hotel a desayunar.