Unser Himmel

168 28 18
                                    

Nuestro Cielo

El cielo era inmenso, y siempre claro desde donde se mirase; a Alemania, aquello le llenaba de una peculiar tristeza, acompañado de un júbilo de que ya no tendría que ver su gente ese azul divido, buscando con los ojos la cima del muro.

Tenía unos años sin ver a Italia, aquello también le dolía, pero su cuerpo sintiendose fragmentado, y su gente confundida y aterrorizada al final de la guerra, ocuparon su mente.

Era como si su corazón fuese destrozado en un principio, donde cada Aliado se agasajo de una parte; Alemania estaba en las manos de Rusia, Inglaterra y Estados Unidos.

Y ese muro, esa monstruosidad que castigo sus crímenes de guerra, separando inocentes, fragmentado el cielo.

No tenía mucho derecho a defender su inocencia, en la guerra nadie lo era, nadie podía. Pero de eso ya hace décadas; años en los que las otras naciones lo miraron como un monstruo, acusando a su gente de verdugos, aunque la mayoría fueran inocentes, atrapados en las decisiones de otros.

El obedeció órdenes, pero nada podría borrar lo que hizo, y lo que permitió.

Italia siempre lo perdonó, y quizás, en realidad nunca lo culpó.

Sin embargo, ese día, con el viento frío de ese noviembre, su pulso acelerado le quitaba la respiración. Vio como varios de sus ciudadanos se unieron frente al muro.

El muro de Berlín etaba tan sucio de lágrimas y sangre, que nadie creyó que podría caer. Aquellos separados por él, decidieron que sólo les quedaba llorar en silencio.

Debía agradecer a la constante unión de Austria y Hungría, que en su afán de mantener su cercanía, buscaron volver a unir a su gente, abriendo sus fronteras. ¿Cómo estaría Austria saliendo de la cortina de hierro?

Iría a verlos después, no sin antes buscar a alguien que ansiaba ver, hasta el punto de doler, de hundirlo en sus recuerdos con él.

Su gente portaba picos y mazos; determinación y fuego en sus miradas. El cielo era de un azul con algunas nubes, aun dividido por el muro.

El primer golpe contra el muro hizo estremecer a los presentes, cambio el silencio calmo que meció el viento, permitió las voces de todos decir lo que guardaron: dolor, alegría, y libertad.

Fueron largos minutos, pero pedazos del muro dieron paso al otro lado, a familias separadas a volverse a ver

Alemania estaba sin aliento, ese muro era más que eso, ahora simbolizando el final de esa guerra sin armas, y la separación de su gente.

Permaneció ahí mucho tiempo, cuando empezaron a irse los que fueron a tirar el muro ellos mismos.

Cuando el cielo nocturno cubrió Berlín, el estando a punto de irse, escuchó una voz, una inconfundible y siempre calida.

—¿Italia? —jadeo en sorpresa.

Entre los escombros estaba un joven castaño, de ojos caídos y casi cerrados que lo observaba tímidamente, parado en lo que sería antes el otro lado del muro.

Ciao... Quiero decir, ¿Guten Tag? —saludo, intentando bromear.

—Italia... —se acercó con indudable emoción en su voz—, ¿Qué haces aquí?

— Los rumores, escuché que algo importante pasaría, y decidí venir, a ver si podía verte —explicó un poco inseguro—, quería ver lo que estaba al otro lado del muro, agregó con una sonrisa.

— Yo... Estoy muy feliz de que decidieras venir —confesó fijando sus azules ojos en el hombre de mirada ambar, frente al que estaba parado.

— Nunca he dejado de pensar en ti, de querer verte —murmuró Italia, bajando la mirada, cuando Alemania puso su mano en su mejilla—; no podía venir, no podía hacerlo y verte aún tan lastimado, me dolía mucho.

— Y yo no podría soportar que me vieras así. —sonrió cuando vio la sonrisa de Italia.

— Ese muro se ha ido —dijo ls nación de cabellos del color de la madera, como si intentará convencerse.

— Ningún muro volverá a ponerse aquí —aseguró Alemania, nada separará a su gente, ni a ellos.

A la mañana siguiente, el mundo y miles de personas se despertaron con los noticieros, acompañados de las palabras que hacían real el fin del muro de Berlín: "Anoche el pueblo alemán fue el pueblo más feliz del mundo". 

El cielo azul cubrió las tierras, cruzo los mares, y donde alguna vez estuvo un muro.




______________________________________________________________________________

Un pequeño relato de este hecho histórico, que simplemente me parece emocionante y conmovedor.

Espero les guste.

Hasta luego <3

Pietà, amore mio [GerIta] [Hetalia]Onde histórias criam vida. Descubra agora