「05」

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「Episodio 05」
「Comienza el plan」

Paso el tiempo, algunas horas, en las cuales el trió de amigo se la paso hablando y riendo, hasta que llego el momento. La puerta se abrió mostrando al líder de aquella armada con una mirada sería y cansada.

-¿Ya te decidiste?- Pregunto algo irritado el de cuernos, el de cuencas asintió. Todo se quedo callado pues el noruego esperaba la respuesta del contrario.

-Si, acepto la propuesta- Contesto con una sonrisa algo forzada, la cual no duro mucho pues de nuevo su cara fue seria -¿Cuando empezare?-.

-Mañana vendrás a la armada a las ocho a.m. y Paul te guiara a mi oficina para que yo mismo te enseñe los lugares de la armada y tu horario- El de cuernos se retiro, el menor pudo jurar que vio una pequeña sonrisa en los labios del contrario, pero algo que le atemorizo es que fue una cínica.

El grupo se retiro, se fueron en la base de la rebelión explicando la situación al líder, el cual les propuso vivir en la armada de momento. El de cuencas se resistió pero no tenía otra opción aparte de dormir en su futura armada y preferiría convivir con gente que ya conocía.

-¿No crees que sea algo arriesgado el plan? por que no creo que Tom logre ganarse la confianza del líder así de rápido para entrar a su oficina- Menciono el antiguo artista quien se encontraba acostado boca arriba en su cama.

-Ya entre a su oficina, les dije que el mismo líder me ofreció unirme- Respondió mientras sacaba algo de ropa que le había dado los de la rebelión -Ahora que se que Tord es el líder tengo más ganas de acabar con la armada- Soltó un suspiro para voltear a ver a sus amigos.

-Si, me acuerdo que ni siquiera querías unirte pero debías ocupar el puesto de tu padre- Recordó soltando unas ligeras risas -Estuvo rogándote todo un mes-.

-Es que primero me abandona a mi suerte para que años más tarde venga y me diga "lamento abandonarte hijo dejándote en un lugar donde puedes morir en cada minuto que pasa, pero ahora volví para que gobiernes la rebelión"- Al decir lo ultimo hizo una voz mas aguda y chillona.

-No hagas una voz más culera de la que tienes- Bromeo el narcisista recibiendo una almohada siendo arrojada a su cara con fuerza -¡Mi cara idiota!- Exclamo algo molesto aun que no se notaba pues seguía riendo.

-No te preocupes, no puedes tener un rostro más feo- Respondió entre carcajadas que aumentaron al sentir el golpe con la misma almohada que le arrojo al de sudadera violeta.

-Si que no dejan de joder- El artista cubría su rostro con sus manos haciendo que los restantes lo miraran -¡Dejen dormir!- Se cubrió hasta la cabeza con la cobija.

-Buenas noches a los dos- Eso fue lo ultimo que se escucho en la habitación, Matt fue el ultimo que hablo.

[. . .]

El británico se levanto primero, fue hasta el baño de la habitación para darse una ducha rapida y empezar a prepararse para ir a la armada.

"6:00 a.m."

Tenia una hora para irse así que decidió empezar su recorrido, llevaba dos pistolas guardadas para protegerse. Caminaba a paso rápido pues no quería encontrarse a algún asesino o secuestrador.

Cuando llego faltaban aproximadamente unos cinco minutos para la hora acordada pero eso no le importo al de cuencas, solamente entro encontrándose con el soldado de cejas grandes.

-Buenas tardes señor Ridgwell, le llevare a la oficina del líder rojo- El menor se sorprendió por la formalidad del holandés pero no le tomo importancia pues debía encontrarse con su ahora superior.

-Hola Tommie, veo que llegas temprano- Dijo divertido el de cuernos al ver pasar a su nuevo soldado -¿No quieres hablar un poco antes de enseñarte las instalaciones?- Pregunto a lo que el menor estaba por negarse pero al ver que el mayor lo veía con una sonrisa forzada supuso que era más una orden.

"¿Por que me condene a mi mismo?"


El de cuencas se sentó en la silla enfrente del líder, unos minutos pasaron viéndose a los ojos, sin hablar, solo un silencio incomodo para el menor y tranquilizante para el mayor.

-¿De que quieres hablar?- Pregunto curioso el de cabello en punta.

-Cuéntame, ¿Como te fue cuando desaparecí de tu vida?- Pregunto con una sonrisa, esta no era forzada pero parecía una de un psicópata.

-No tengo nada interesante que contar, solo conocí a mis mejores amigos los cuales SI me aprecian y empece a tomar alcohol aun que ya casi nunca lo hago, solo si pasa algo que me afecte- Menciono cruzándose de brazos.

-¿Empezaste a tomar por que te abandone?

-Realmente hubiera querido que fuera eso, pero no, es algo peor.

-No me dejes con la intriga Ridgwell- Menciono algo molesto.

-Es personal, aparte te burlaras, te conozco Larsson- Se escucho un suspiro de frustración del mayor.

-Si no me dices te saco de la armada- Amenazo el mayor con una sonrisa.

-¿Cuanto me ofrecería la rebelión para contarle cosas del líder rojo? tal vez pueda sacar algo de dinero con decir tu nombre, edad y de donde se encuentra la oficina- Eso hizo sorprender al mayor, no creía que su antiguo amigo supiera jugar así.

-Esta bien, no te echare y sígueme, voy a enseñarte todo sobre la base- Se escucho el tono de enojo del de cuernos mientras que el de cuencas sonreía de forma victoriosa -Solo te pido que no reveles nada de mi- Menciono el mayor mientras sentía que perdía algo de dignidad.

-Lo prometo-












Aquí todo esta permitido ¿Recuerdas Larsson?... Tu mismo creaste esa ley de vida.

Wonderland || TordTomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora