capítulo 6: tea

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Amber

Toqué mis labios con mis dedos, "él no te besa como yo."

-¿Amber? ¿Te encuentras bien? -La voz de Adam me saca de mis pensamientos. -Te observo perdida desde el inicio de la cena, ¿quieres ir a casa?

-No. -Carraspeé mi garganta. -Estoy bien, solamente pensaba en algo del... trabajo.

Asintió con la cabeza y siguió comiendo de su pasta mientras me contaba algo sobre una pasarela que asistirá el siguiente mes, pero deje de escucharlo apenas las dos palabras que dijo, y mis recuerdos de los ojos esmeraldas y labios delgados rozados regresaron a mi mente. Sus manos acunando mi cara mientras sus labios pedían a gritos bailar con los míos y sus susurros cerca de mis labios.

Joder Harry, sal de mi cabeza.

(...)

Harry

Mierda, mierda, mierda. Besé a Amber. ¡Besé a Amber!

La maldita sonrisa que tenía en este momento no tenía precio, parecía un demente solitario con una sonrisa en sus labios en un bar de Londres.

No puedo olvidar el calor que sus labios brindaban a los míos y el sabor a durazno de su labial.

Sé que estuvo mal besarla de sorpresa en el departamento de su novio pero no me pude resistir a no ir a buscarla desde que le mande ese maldito arreglo de rosas.

El beso la tomó por sorpresa, pero no me golpeo así que se que en el fondo ella también quería lo mismo que yo. Sé que aún queda algo de mi en ella.

Mi celular sonó, sacándome de mis pensamientos. Dejó mi vaso de whisky en la barra y saco mi celular del bolsillo de mis pantalones.

-Hola cariño. -La voz de Madison sonó apenas llevé mi celular a mi oido y rodeé mis ojos.

-Te he dicho mil veces que no me llames cariño. -Susurré irritado mientras apretaba el punte de mi nariz. -Pero ¿qué quieres?

-Solo te llamaba para ver si querías que nos viéramos. Te extraño bebé, quiero que nos divirtamos un poco. -Su voz sonó tremendamente melosa haciendo que casi vomitara en ese momento.

-Hoy no puedo.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Por qué estoy condenadamente feliz como para que me arruines mi puto día. -Corté la llamada antes de que dijera alguna cosa.

Madison era la que arreglaba mis malos días dándome sexo sin reprochar nada, pero no podía hacer nada que se comparara con un maldito beso no correspondido de Amber. No se acercaba ni un poco.

Tomé un trago de mi whisky antes de que volviera a sonreír como un idiota enamorado y por primera vez en mucho tiempo, era la primera vez que no quería emborracharme hasta no recordar mi nombre.

Tengo que hacer algo para reconquistar a Amber, vine aquí por ella y no me quedaré de brazos cruzados viendo como alguien más ocupa mi lugar. Tengo que ganarme nuevamente su corazón o aunque sea solamente una parte es lo que pido.

(...)

Desperté con una sonrisa en mi rostro. Me arreglé como no lo había hecho en mucho tiempo. Rasuré mi barba de tres días y me puse mi colonia favorita o mas bien, la favorita de Amber. Tomé las llaves de mi mercedes negro y salí de mi departamento, dirigiéndome al Starbucks más cercano.

Luego de haber pedido el té favorito de Amber y una vainilla latte para mi, como en los viejos tiempos, me dirigí a verla. Aparqué en la entrada del edificio de ELLE sin importarme el letrero de "no estacionarse."

Piqué el numero 18 con dificultad ya que tenía los dos vasos de café en mis manos. Las personas se me quedaban viendo sorprendidas mientras caminaba hacia la oficina de Amber. Vi a la pelirroja, cuyo nombre había olvidado, sentada en un escritorio enfrente de la ofina de Amber. Pasé junto a ella sin llamar mucho la atención y abrí la puerta de la oficina, observando a Amber leyendo una revista con demasiada concentración. Dios, tan hermosa.

Levantó la mirada y pude ver la sorpresa en sus ojos. Dejó la revista en la mesa al pararse rápidamente de su silla. Cerré la puerta de su oficina con pestillo para evitar distracciones.

-¿Qué haces aquí? -Habló con rudeza. Levanté su vaso de té a la altura de sus ojos mientras me acercaba hacia ella.

-Te traje tu té favorito, chai. -Se lo dejé en su escritorio, sus ojos observaron el vaso antes de ver mis ojos.

-No tenías por que hacerlo.

-Quería hacerlo. -Sonreí amable. Señalé con mi mano la silla enfrente de su escritorio, pidiendo su permiso para sentarme. Asintió luego de haberlo pensado.

-¿Por qué? -Se sentó al igual que yo en su silla, después de tomar su té haciendo que sonriera. Me encogí de hombros. Le di un trago a mi latte sin dejar de observar a Amber, viendo que se ponía nerviosa con mi mirada. -Deja de verme.

-No quiero. -Sus mejillas se pintaron de un tono claro de rojo. Mi autoestima se elevó a los cielo. Tenía razón.

-Gracias por el té. -Le dio un sorbo a su bebida. -Recordaste mi favorito.

-Como olvidarlo. -Levantó la mirada de su vaso, viendo mis ojos, pensando lo mismo que yo. -Dame una oportunidad Amber, una oportunidad de ser tu amigo.

-¿Mi amigo? ¿Luego de que me besaras ayer? -Frunció su ceño enojada.

-Fue un impulso, lo lamento. -Me disculpé. Aun que no lo lamentaba en absoluto, pero quería que pensara que lo hacia. -Bueno, yo tengo que irme. Disfruta tu té.

Me levanté de mi asiento al igual que ella. Me dirigí a la puerta luego de darle una mirada y observando lo hermosa que se veía hoy.

-Una oportunidad Harry, solo una. -Murmuró casi inaudible antes de que abriera la puerta. Paré mis movimiento y me giré a verla. Su mirada perdida y sus manos jugando con sus dedos.

-No te arrepentirás. -Murmuré antes de salir de su oficina.


⋙⋙⋙⋙

Amores, les traigo otro capítulo. Espero que les guste. Saben que escribo con mucho amor para ustedes.

¿Son team Harry o team Amber?

¿Les gustaría que hubiera un Q & A? ¿O no?

No olviden ir a leer Three Months.

Con amor, B

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Con amor, B.

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