Capítulo único

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Advertencia: Katsuki Fem.


En la ciudad de Londres las familias nobles eran el centro de atención, gente importante que lo único que poseían eran títulos que habían heredado de otras personas, sin tener que esforzarse por llegar a la cima, es por eso que Katherine los odiaba tanto.

Aunque fuera una de ellos.

La joven de dieciséis años había nacido en la distinguida familia Barnett, fue dotada con cabello rubio cenizo y ojos color carmín, era bastante envidiada por la mayoría de las jovencitas de la nobleza. Sabía tocar el violín, tejer, bordar, coser, bailar, cocinar, y por sobre todo, tenía unos modales impecables. Sin embargo, su mirada tan seria y desafiante era la que arruinaba su aspecto, según su madre.

"Disciplinarla" fue difícil, cuando pequeña era revoltosa, agresiva y orgullosa, actitudes que no podía tener una dama. Al principio la pequeña rubia disfrutaba de las clases, le parecían interesantes, pero al comenzar a asistir a las reuniones sociales se dio cuenta que no todo a su alrededor era bello. Las conversaciones de los adultos se basaban en el egocentrismo y cómo ellos eran seres superiores a comparación de sus empleados, soltaban atrocidades como si fuera algo normal.

Entendió lo desagradable que era el sistema de su país, donde los ricos se jactaban del poder sin hacer nada, mientras los trabajadores luchaban por sobrevivir. Por ello decidió seguir jugando a la señorita perfecta, para algún día llegar a un puesto lo suficientemente alto y cambiar la forma que estaban regidos. Es por eso que a los catorce años de edad cortó su cabello hasta la altura de sus hombros, sólo se lo dejaría crecer cuando cumpliera su objetivo. Vivir en una sociedad más justa.

Pero las responsabilidades como una joven Barnett la estaban llamando, había llegado el fatídico día, tendría que conocer a un nuevo pretendiente.

No sabía mucho sobre él, se llamaba Isaac Middleton, era menor que ella, según su madre era un joven educado y atento. Sus familias se conocían desde hace años y al parecer tenían una estrecha relación, pero ella nunca había conocido al hijo de la familia. No le importaba mucho, lo más posible era que fuera otro muchacho estúpido que se orgullecía del status de su familia.

Se encontraba junto a sus padres en la sala de estar de la residencia Middleton, el corset la estaba matando junto a los incómodos zapatos que su madre le había obligado a usar.

―Ni se te ocurra soltar una de tus locas ideas, este es un momento importante en tu vida, no debes arruinarlo ―le sonrió a su hija.

Recuerda que los anteriores pretendientes que su madre le presentó nunca volvieron, tal vez no congeniaron bien o mejor dicho, no estaban acostumbrados a conocer a una mujer con ideas propias y objetivos claros, les asustaba.

―¿No crees que yo decido qué es importante en mi vida? ―su rostró no expresaba nada, era la única forma de lidiar con su madre, lo había aprendido con el tiempo.

Las puertas se abrieron dando paso a una pequeña mujer, que debería tener más o menos una edad parecida a la de su madre, y un joven de cabellos verdes con pecas en su rostro.

Se le hacía conocido, sabía que lo había visto en alguna parte. Esos ojos esmeraldas eran familiares de alguna forma, pero no estaba segura de dónde.

―Tanto tiempo sin vernos, Inés. Lamento mucho lo de tu esposo ―le tomó ambas manos intentando mostrarle su apoyo.

―No te preocupes, Hilmer quiso defender sus ideales hasta el final. Debe estar muy feliz ―sonrió de forma melancólica. Observó a su hijo, quien le dedicó una pequeña sonrisa de apoyo.

―Ahora que lo pienso, hace bastante tiempo que no se ven ―comentó Michelle intentando dispersar el triste ambiente. Su hija la miró confundida.

El ojiesmeralda se acercó a la joven.

―Un gusto volver a verla, Katherine ―tomó su mano y depositó un beso en ella, cuando sus ojos se encontraron lo recordó, hace varios años se habían conocido. ¿Cómo pudo olvidar algo como eso?

Cuando tenía doce años en una fiesta de los Tobinson, estaba tan enfada con los comentarios del señor Enzo que no pudo evitar soltar un comentario que no fue bien visto por los asistentes. Se rieron de ella, diciendo que eran ideas estúpidas y que mejor era que se mantuviera en silencio. No pudo evitar salir del lugar, algunas lágrimas de frustración salieron sin permiso.

―¿Se encuentra bien? ―la pregunta la sorprendió, pensó que estaba sola en el balcón―. No pude evitar escuchar lo que sucedió allá.

―¿¡Acaso tú también vienes a burlarte de mí!? ―se volteó a enfrentarlo, encontrándose con un pequeño niño de cabellos rizados―. ¡Vete!

―¿Por qué habría de burlarme de usted? ―se acercó a ella―. Creo que está en lo correcto. Mi padre me ha enseñado que todos somos iguales, por lo tanto debemos esforzarnos por lo que deseamos ―le sonrió mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo. Se lo ofreció.

Era la primera vez que alguien le decía que lo que pensaba estaba bien, sintió una extraña sensación en su pecho, el nudo de emociones que había ocultado por bastante tiempo se soltó. Lloró como nunca lo había hecho.

La escena sorprendió al pecoso y no se le ocurrió otra cosa que abrazarla, intentando que encontrara un lugar para derramar todas las lágrimas que no se atrevía a mostrar.

Luego que la pequeña Barnett se calmó, el joven Middleton la llevó se vuelta a la fiesta. Sus padres los habían estado buscando.

Katherine cortó el contacto visual y quitó su mano de la suya, no pudo evitar sentirse avergonzada. Sin saberlo Isaac había visto un aspecto de ella que nadie más conocía.

―Espero que nos llevemos bien ―sonrió divertido ante la reacción de la rubia.

Los padres de la ojicarmín miraban enternecidos la escena, era la primera vez que veían a la joven así. Podría ser que esta vez hayan encontrado a la persona indicada para ella.


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No tenía previsto escribir para este día de la week, pero como este tema es poco común lo intenté. Debo decir que me gustó esta temática ;u; <3

Realmente espero que les haya gustado *w*

―Aki-iro 

Cries of the heart [One-shot DekuKatsuFem] [AU Victoriano]Where stories live. Discover now