IV

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¿Cómo alguien puede ser tan cruel? ¿Cómo alguien puede arrebatarte todo lo que amas sin si quiera tocarlo? ¿Por qué tú que decías amarme, me hiciste esto? Su mente se inundó de preguntas cuando sus recuerdos se volvieron íntegros y claros de forma violenta, cada uno se empezó a unir a fragmentos que parecían no tener sentido o que pensaba habían ocurrido de forma diferente.

-¡Tu! - Loki pronunció jadeando pero lleno de rabia - ¿¡Qué fue lo que hiciste!? - Preguntó aún alterado al sujeto frente a él, aquel que no se movió en todo ese tiempo y que no deshizo su sonrisa, aquel que se ocultó durante cientos de años, aquel que alguna vez lo amenazó, al que alguna vez le temió para después considerarlo un ser importante en su vida.

Loki lo conocía perfectamente y se dio cuenta que, de todos los recuerdos que había perdido, él fue completamente borrado de su memoria; no sabía de su existencia a pesar de que ya había entablado conversaciones con él, incluso lo enfrentó, incluso fue herido por él, hasta Thor le conocía pero no en esa forma.

-¿Estas seguro de que fui yo? - La voz grave y baja llegó melodiosa hasta Loki trayendo consigo más recuerdos.
-¿¡Qué fue lo que hiciste!? - Volvió a preguntar haciendo énfasis en cada palabra.
-¿Estas seguro de que fui yo? - Repitió y en un movimiento imperceptible, terminó parado frente a Loki.

Loki retrocedió tan solo un paso, elevó el rostro para demostrar su seguridad mientras la mirada esmeralda seguía chispeando por la ira y la confusión. Aquel sujeto hace tiempo que dejó de ser una amenaza para él y aún así, no pudo evitar sorprenderse por la agilidad y el gran poder que este poseía. Lo había olvidado, no, no lo hizo; lo obligaron a olvidarlo. Níðhöggr seguía luciendo igual que aquella vez en la que se presentó ante él no como la bestia negra y aterradora que era; el cabello plateado con el mismo largo y con los mismos mechones delgados sobre su rostro; la sonrisa perfecta, seductora y amenazadora igual de radiante; la piel tersa y pálida sin rastro alguno del tiempo en ella y aquel par de ojos grises, casi blancos, seguían siendo igual de enigmáticos como la primera vez que cruzó su mirada con ellos.

Su mirada desafiante no se deshizo hasta que una caricia recorrió su mejilla y terminó en su mentón; gruñó y enseñó los dientes furioso, odiaba esos juegos del dragón.

-¿Estas seguro de que fui yo? - Susurró sobre los labios de Loki y este terminó empujándolo para así alejarlo y recuperar su espacio.
-Dime ¿Qué fue...?
-Loki - la perfecta sonrisa desapareció por primera vez -. Sabes muy bien que no fui yo, no trates de engañarte, lo sabes.
-Pero... No... - murmuró - ¡No! ¡No es posible! ¡No es posible que ella...! - Su voz se alzó desgarradora por todo Niflheim. Tan llena de odio, tan llena de decepción.






De todos los golpes que había recibido, este resultaba ser el peor.

-Loki...
-Tú lo sabías - interrumpió antes de que Níðhöggr hablara - Dime ¿cómo lo hizo? Dime ¿¡por qué lo hizo!?
-Supongo que no todo está claro, aún no.
-¡Dime! - Exigió.

-Tú madre conocía de magia lo que muy pocos en este universo, artes únicas que solo alguien con su nivel de poder conseguiría realizar - Níðhöggr se alejó de Loki para volver a recargarse en un árbol -. Se que ya lo has visto o más bien, sé que ya lo recuerdas; Frigga lo único que quería era protegerte.
-¿Protegerme? ¿De esta forma? ¡Quitándome todo! - La mirada asesina de Loki caía sobre el dragón pues era el único ser con el que podía desquitar toda la frustración que sentía.

-No te ha quitado todo - suspiró -. Yo le advertí que no debía hacerlo pero debes entenderla, no quería verlos sufrir.
-¿Mi madre hablaba contigo?
-Por supuesto ¿A caso te creías el único en conocerme?
-Has dicho "vernos sufrir" - Loki recalcó aquel par de palabras, calló y esperó la respuesta.

-A ti y a Thor.
-Exactamente de qué nos quería "proteger" - hizo unas comillas en el aire mientras una sonrisa quebrada se formaba en sus labios.
-Sigues siendo igual de desesperante.
-¿¡De qué!?

-¡De que tú y Thor terminarán separados, terminarán odiándose, terminarán matándose el uno al otro! - La voz de Níðhöggr se engrosó y un gruñido salió desde el fondo de su garganta, se acercó a Loki del mismo modo amenazador que le caracterizaba en su forma real - ¡Intentó con todas sus fuerzas mantener unida a su familia! - Inhaló profundamente para después exhalar y terminar suspirando, arregló su túnica que se había arrugado por la pequeña pérdida de control que tuvo; un mechón de cabello escapó de su lugar y lo acomodó tras su oreja -. Le dije claramente que era mejor dejar seguir el curso de las cosas.

-¡Vaya! Pues no le salió tan bien - arrastró las palabras con desdén.
-Los amaba y lo intentó, pero al final no consiguió nada; no puedes culparla por eso.
-Y tu lo único que hiciste fue ocultarte - el sarcasmo cubrió cada una de sus palabras.
-¡A ver niño! ¿Si recuerdas bien con quién estas hablando o quieres que te ilumine? - El poco gris que poseían los ojos de  Níðhöggr se perdió mientras su piel se empezaba a tornar negra y escamosa, su voz se engrosó y se cubrió con gruñidos.
-¡No, no te recuerdo! ¡Ah no! Espera... - Loki hizo una pausa, miró de arriba a abajo al dragón que poco a poco regresaba a su forma humana -. A cabo de recordarte - sonrió - ¡Hace unos instantes! - Rechinó los dientes.







El llanto repentino de Narfi interrumpió su discusión, Loki giró rápidamente pero se quedó inmóvil al ver como Níðhöggr se desvanecía para en un segundo aparecer a lado del leander, a escasos centímetros de su hijo.

-¡Ay no! Lo hemos despertado - sonrió al tiempo en que se inclinaba sobre la cuna -. Tranquilo pequeño, no llores.
-¡Ni se te ocurra! - Gritó Loki aún sin moverse, a pesar de no temerle al dragón, no sabía lo que este haría - ¡No le pongas ni un solo dedo encima!

Dejó de respirar cuando vio a Níðhöggr sumergir las manos en la cuna, observó como movía las sábanas para después tomar a Narfi y sacarlo lentamente; completamente horrorizado vio como lo acunaba entre sus brazos y le sonreía.

-Shhh, no pasa nada - su voz se volvió dulce y melodiosa -. Eh, eres muy lindo, tanto como tu padre - dirigió su mirada a Loki quien ya había perdido todo rastro de color en el rostro.

Se paseó con Narfi por el pórtico de la cabaña, le sonreía y le miraba dulcemente; sabía que Loki seguía cada uno de sus movimientos y no se detuvo, acentuó su sonrisa dejando ver sus afilados colmillos. Increíblemente para Loki, Narfi dejó de llorar y empezó a sonreír, sus pequeñas manos terminaron en las mejillas de Níðhöggr y este le enderezó.

Níðhöggr bajó lentamente por las escaleras, Narfi le abrazaba por el cuello mientras una de sus manos jugaba con un mechón de cabello plateado; caminó hacia Loki y este retrocedió aún con temor de que el dragón hiriese a su hijo.

-Si que es idéntico a ti - recargó ligeramente su cabeza con la de Narfi y el pequeño imitó el gesto -. ¡Mira! ¿No nos vemos tiernos?

Níðhöggr observó como cada músculo de Loki se tensaba y decidió dejar de someterlo en esa tensión ofreciéndole a Narfi; rápidamente Loki extendió los brazos para recibirlo en un abrazo, cerró los ojos, retrocedió y recuperó el aliento.

-Ay mi dulce príncipe, ahora tienes una debilidad muy linda - Loki percibió una extraña nostalgia en la voz del dragón que le obligó a mirarle -. Se que ahora estás enfadado y con justa razón pero no todo ha salido mal ¿O si? - Iba a acariciar el cabello de Narfi pero terminó desviando la mano a la mejilla de Loki cuando vio como le apuñalaba tan solo con la mirada.

El dragón se alejó de él, se agachó y tomó del pasto la pulsera dorada que Loki soltó sin darse cuenta mientras discutían. Volvió a situarse frente a Loki y tomó su mano izquierda para colocar sobre la muñeca aquella hermosa y preciada joya.

-Te dejaré pensar un rato, tan solo un rato - el cerrar del broche llegó hasta los oídos de Loki -. Creo que hay cosas que debes resolver, Loki - una nueva caricia recorrió su rostro y miró directo a los ojos grises -. No dejaré que sigas cometiendo estupideces así que piensa bien lo que vas a hacer - Níðhöggr desapareció dejando tan solo una estela de humo gris.

El cielo sobre Niflheim seguía resplandeciendo gracias a los rayos del sol pero Loki no podía percibirlo, su mente estaba ocupada en enlazar recuerdos, en buscar respuestas y soluciones e intentando procesar todo, tratando de calmar su alma con un abrazo profundo a su única luz.

Son Of Magic: A Solid Wish In The DarknessWhere stories live. Discover now