⠀多病⠀🚇⠀3

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Un despavorido rubio corría por todo el patio, intentando no ser alcanzado. Pero al parecer fallaría, sus piernas comenzaban a temblar debido al cansancio, la faltaba de ejercicio era más que clara.

- ¡No dejen que escape! -Exclamo un muchacho de cabellos castaños, armando escándalo y llamando la atención de todos los presentes allí.

¿A qué se debía tanto escándalo?

Butters miro en su bolsillo y seguía aquel collar con un precioso dije de My Melody, que era de McCormick, se había repetido miles de veces antes de salir de casa.

Al llegar con suma rapidez se topó con el presidente estudiantil, Damien Thorn quien lo había saludado cálida y amablemente, como siempre. Se había quedado atrapado en esos ojos carmín y ese sedoso cabello negro hacia atrás.

Con suma pesadez y el nerviosismo acompañándolo, se dirigió al 4 "b", el aula donde quizás se encontraba McCormick, quería devolverle aquel collar de valor. De pronto miles de preguntas se formulaban en su mente "¿Y si realmente le avergonzaba llevar este tipo de cosas?" "A un chico no podía gustarle Sanrio"

Aunque lo último era totalmente contradictorio. Butters era un cobarde y no podía hacer frente a la cosa que más amaba en la tierra, que eran las mascotas adorables de Sanrio, pero realmente sentía miedo al ser juzgado, tildado de "raro, extraño", pero al ver sus diferentes objetos de Hello Kitty rápidamente cambiaba de parecer.

Estaba teniendo un gran debate mental consigo mismo, que ni se percató de que había llegado a su destino. Se encontraba una muchacha de cabellos pelirrojos en el marco de la puerta, al parecer el profesor no había llegado y quizás se encontraba allí tomando aire fresco, sonrió un poco al ver al rubio temeroso frente a ella.

-Un niño del 3 "A" ¡que ternura! -Dijo la muchacha mientras esbozaba una sonrisa dulce, dirigió su vista hacia las manos de Stotch que llevaban entre ellas. - ¿Buscas a alguien? ¡P-puedo ayudarte! Soy Red.

El muchacho se sintió tranquilo, aquella extraña pero amable chica, comenzó a transmitirle un poco de seguridad.

- ¿Esta Kenneth McCormick? -Pregunto con cierto nerviosismo, se sentía un grandísimo idiota allí, a punto de colapsar por tantos nervios.

La muchacha pelirroja asintió.

- ¡Kenny! Te busca un chico lindo-Dijo con un poco de picardía a lo último, le guiño un ojo a Butters y entro.

El rubio cenizo se levantó desganado y camino a pasos agigantados hacia la puerta. Su rostro cambio de expresión al ver a alguien de grado menor allí, quizás... ¿cartas de amor, una confesión?

Intento demostrar un poco de seguridad ante aquel chico alto que yacía frente a él.

- ¿Qué se te ofrece? -Pregunto, cambiando rápidamente de semblante. Tan dulce...

"¿Qué estás haciendo Butters? Podrías entregarle a Melody en el almuerzo, ¿era necesario tomarte el tiempo de venir hasta aquí? Mira si se llegan a burlar de él, no podría cargar con eso" Pensaba el menor, mientras sus brazos comenzaban a temblar, al igual que su rostro comenzó a arder y tomo posesión de un tono rosado.

-Hey chico... -Dijo Kenny agitando su mano frente al perdido menor, solo se había quedado allí congelado, sin expresión facial, esto comenzaba a asustarlo un poco.

-N-no era nada, ¡disculpa! -Dijo haciendo una reverencia, Kenneth comenzó a analizar de pies a cabeza a aquel chico gelatina que estaba allí, no pudo evitar darle un vistazo a lo que traía en sus manos, sumamente al descubierto, ¿era Melody?

El mayor iba a responderle, pero muy tarde. Butters comenzó a correr con prisa, estrellándose con cualquier persona en los corredores.

- ¿Qué paso amigo? -Le dijo Clyde tocando su hombro, haciéndolo volver en sí.

-Tiene a mi preciosa Melody, ¡debemos encontrarlo ahora!

Clyde entendió perfectamente el alerta y comenzó a correr junto a su mejor amigo, no sabía con exactitud adonde había ido el pobre Butters, pero era más que obvio que lo encontrarían.

Clyde entendió perfectamente el alerta y comenzó a correr junto a su mejor amigo, no sabía con exactitud adonde había ido el pobre Butters, pero era más que obvio que lo encontrarían

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Butters seguía corriendo, iba a esconderse por un rato en el patio, cerca de las canchas de futbol. A esas horas de la mañana, nadie se paseaba por allí, por los horarios matutinos y las estresantes clases de origami.

- ¿Qué pasa Butters? Jamás te he visto así ni en clases de educación física-Bromeó su mejor amigo Phillip, mientras veía el rostro rojo del rubio.

-Creo que finalmente los perdí-Dijo aliviado mientras desesperadamente respiraba, correr de boca abierta no era lo correcto.

Maldita sea, para que dijo eso.

- ¡Ven para acá, chico gelatina! -Gruño el rubio cenizo con la compañía de un castaño que llevaba múltiples pines amarillos y muy llamativos para su gusto.

㤃 ﹅﹕ sanrio boysWhere stories live. Discover now