Capítulo 16. | Dolce chaos.

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Dejo el video de la canción arriba para que os metáis en el ambiente

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Dejo el video de la canción arriba para que os metáis en el ambiente.

19:30. Roma.

Zara Di Angelo.

Volví a girar mi cabeza hacia la derecha en el espejo que había justo en frente de mí, observando desde otra perspectiva mi nuevo color de pelo. Cuando le dije a la peluquera que me pusiese un color menos llamativo no me esperaba que fuese un negro azabache. Pasé de un color claro a otro completamente oscuro y no me disgustaba el cambio. El color negro me acentuaba el color claro de mis ojos y brillaba tanto como nunca lo había hecho. Estaba claro que era más difícil que me reconocieran. Me di cuenta que en ese mismo instante significaba un gran cambio en mi vida, no solo por el color de pelo, si no por todo lo que conllevaba salir de aquí y actuar con plena precaución. Ahora tocaba resurgir en otra Zara completamente distinta, pero aún no sabía si estaba preparada para ello. Para dejar entrar tan rápido a ese incesante cambio.

Cuando salí de la peluquería vi a Cezar hablar por teléfono, en cuanto me vio se quedó mudo por apenas segundos. Colgó la llamada y guardó el móvil en su bolsillo delantero. Me dirigió una última mirada antes de subirnos al jeep.

— Cambio de planes, nos reuniremos hoy con Matias en el "Dolce Chaos".

Informó arrancando el coche. Arrugué la frente cuando mencionó el club de striptease. Menudo sitio para una reunión.

— Antes te llevaré a que te compres una ropa adecuada.

— ¿Adecuada? ¿Qué le pasa a mi ropa?

Pregunté antes de que detuviera el coche en una tienda de ropa. Miró hacia mi dirección, paseó sus ojos por mi ropa y se encogió de hombros.

— Nada, pero no te dejarán entrar con eso en el club.

Puse los ojos en blanco. Claro, como no. Eso no era sexy. Ambos nos bajamos del coche, caminamos hacia la tienda y nada más entrar nos atendió una chica con una simpatía extrema.

— ¿Os puedo ayudar en algo? — Nos miró a ambos con una sonrisa que llegaba a cada lado de su rostro.

— Busco...Algo sexy. — Dije algo dubitativa.

La chica paseó la mirada por toda la tienda hasta detenerse en un maniquí con un vestido corto con aberturas a los lados. Quise decirle que era demasiado llamativo, pero corrió dispuesta a que me lo probase.

— Este es genial, no tengo duda de que te quedará como un guante.

Cogió uno de mi talla y casi me empujó al probador. Busqué a Cezar con la mirada intentando tener alguna ayuda, pero éste se encogió de hombros con una ligera sonrisa. En cuanto me metí en el probador con el vestido en la mano me encontré con mi reflejo mirándome de una manera extraña, jamás me había vestido de esa manera y me daba cierta vergüenza que todas las miradas recayeran en mí. Sin más preámbulos me armé de valor y me puse el vestido con facilidad, cuando me di la vuelta para verme en el espejo mi cara fue completamente un poema. El vestido rojo me hacía una bonita figura y las aberturas de los lados conseguían que me viese de lo más sexy sin llegar a mostrar más de lo normal. Me di la vuelta sin llegar a creerme que ese reflejo era yo, la chica que me miraba a través destilaba seguridad y confianza, o quizá era solo por el vestido.

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