ɪɪ »ᴍᴀᴛᴛᴇᴏ

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-Uno...due...tre...

-Zabina, aprendí a contar yo solito desde los 4 años. No es necesario que lo hagas por mi.

Soltó una pequeña risa y siguió ayudándome a bajar las escaleras para ir al comedor. Zabina era la empleada domestica de la familia desde antes de que yo viniera al mundo, cuando nací dejo de ocuparse de la gran mayoría de tareas del hogar para convertirse en mi nana, siendo la persona que me cuida y que siempre esta para mi, prácticamente ella me crió. Cada vez que nos mudábamos, al no tener familia, venía con nosotros sin dudarlo.

Jamás tuvo hijos, solo tuvo a su esposo quien falleció hace muchos años, aunque siempre que me contaba su historia, confesaba que aún lo seguía amando tanto como cuando se casaron.

Adoraba escucharla. Ella siempre fue como una segunda madre para mi, no importaba lo engreído y molesto que podía llegar a ser en el Roller o en el Blake, tampoco importaba la popularidad ni los títulos, cuando estaba solo con ella, era un niño más que deseaba volver corriendo del colegio para encontrar un plato de galletas calientes, y poder comerlas con un vaso de leche y sus caricias en mi cabello. Podía ser yo mismo, aunque sea acá en casa.Ahora que tengo que lidiar con la prótesis, Zabina esta aún mas pendiente de mi.

Pasaron dos meses desde mi regreso de los Juegos, en los cuales estuve saturado de ejercicios de rehabilitación y medicamentos para el dolor. Junto con las constantes pesadillas que no me permiten dormir bien. Así que no solo tengo que lidiar con las secuelas físicas que me dejaron esos malditos Juegos, sino que también debo lidiar con las cicatrices internas, las que hacen que por momentos hasta sienta miedo de cerrar los ojos por si vuelven a repetirse los horrores que viví.

Lo bueno es que ya no me cuesta tanto caminar con una pierna de metal, cojeo un poco pero logro aguantar varias horas con la prótesis puesta antes de empezar a sentir dolor. Pero lo que mas odio desde que salí es tener que irme a dormir, no solo por las pesadillas molestas, sino porque debo sacarme la prótesis para dormir, y es un golpe demasiado duro ver mi pierna así.

Jamás voy a volver a patinar, ni bailar, ni nada que un chico normal hace, porque justamente, ya no soy un chico normal. Debo dormir sin medias porque ya no puedo ponérmelas y sacarlas a mitad de la noche usando los dedos de los pies como acostumbraba hacer antes...porque ya no tengo pies, no en plural. No puedo mirar el muñón en mi pierna sin querer llorar del dolor y la furia al recordarme una vez más que mi vida estaba arruinada para siempre. Lo único bueno que me pudo pasar al salir de la arena fue volver a ver a Zabina, y mi amistad con Nina.

Me acompaño a mis primeras sesiones de fisioterapia, y se que me hubiera seguido acompañando de no ser porque debe ir a sus propias terapias "mentales". Mi papa quería que fuera también, pero me negué, ya tenia suficiente con tener que haber soportado a más médicos en los últimos dos meses que en mis 17 años de vida, y si bien las sesiones ya no eran tan complicadas como al principio, igual las odiaba. Eso, junto con el hecho de que sus padres no la dejan estar ni un minuto sola, provoco que no nos hayamos podido ver mucho, y si debo ser honesto, la extraño. Se volvió alguien muy importante para mi en este tiempo y es la única que puede llegar a comprender como me siento.

El resto de los chicos..bueno, no están muy presentes que digamos porque ni siquiera un mensaje me enviaron, y aunque lo estuvieran, solo serviría para que me tuvieran lástima o en el caso de personas como Jazmín, hasta asco. Esa chica no se destacaba por ser sensible. Personas como ellos, que no tuvieron que soportar ni la mitad de lo que Nina y yo pasamos en la arena, les provocaría mucha incomodidad estar con una persona sin pierna, especialmente si esa persona antiguamente era un Rey sobre patines y ya no era útil para el equipo del Roller, ademas de que por mi apretada agenda con médicos, no podría ir aunque quisiera al Jam & Roller. El único de ellos que vino más de una vez fue Gastón, las primeras veces eran algo incómodas porque notaba que hacia un enorme esfuerzo para no mirar mi pierna o mencionar lo vivido en los Juegos, pero despues de lo que pasó ayer, dudo que vaya a volver, y todo se fue a la basura por un comentario que hizo que me hirviera la sangre de rabia.

Estábamos sentados en mi cama comiendo unos brownies de chocolate que nos preparó Zabina

-Sabes -hablo Gastón- deberías ir un día de estos al Roller. Los chicos te extrañan mucho.

-¿Me extrañan mucho? -solté una pequeña risa sarcástica- Dejame decirte que no se nota ya que ni siquiera son capaces de enviarme un mensaje o de venir a visitarme

Gastón soltó un suspiro y dejó el brownie que estaba comiendo otra vez en el plato.

-Sabes que es difícil para ellos también todo esto, los Juegos afectaron a todos.

-¿Difícil para ellos decis? --no podia creer lo que estaba escuchando- ¿Que es lo difícil para ellos? Explicame porque me encantaría saberlo

-No hace falta que seas sarcástico conmigo -se estaba enojando- Solo digo que estaría bueno que los visites para no estar tan solo.

-Mira, amigo, sabes que te quiero un montón, pero después de todo lo que tuvimos que pasar Nina y yo en esa arena -noto como se tensa cuando menciono a Nina- sinceramente el resto de los chicos estan muy lejos de ser lo más importante en mi vida, no me es relevante ellos ni lo que hagan.

-Son tus amigos..

-No, no lo son -lo cortó antes de que quiera seguir justificandolos- Si realmente lo fueran, estarían acá conmigo, y no escondiéndose de mi como si tuviera una enfermedad contagiosa, porque creeme, perder una pierna no es contagioso. Deberías aclararlo.

Veo como se para de donde está sentado y se dirige a la puerta.

-Ninguno de nosotros tuvo la culpa de lo te..les pasó -se corrige enseguida- Entiendo que les hayan quedado secuelas, pero no es justo que ambos se alejen de sus amigos cuando nos preocupamos por ustedes.

Cada palabra que soltaba solo me hacía rabiar más.

-No puedo hablar por Nina, pero de mi parte solo te voy a aclarar una cosa -como pude me levante de la cama para encararlo- Yo no los culpo a ninguno de ustedes de lo que nos paso, soy lisiado no estúpido -quiere interrumpirme pero lo detengo- pero no por eso voy a rogarles que se queden a mi lado, los juegos me demostraron que la vida es muy corta como para perder el tiempo con falsedades. Ellos no son mis amigos, solo son compañeros del Blake y de lo que era mi equipo de patinaje, esa es la verdad, si te gusta, perfecto, y si no, creeme que no me importa. Tengo cosas más importantes por las que preocuparme que lo que vayan a pensar de mi.

Él solo me miro antes de sacudir la cabeza e irse, cerrando la puerta al salir.

Dudo mucho que vaya a volver luego de lo que pasó. Es bastante orgulloso, como yo, así que hasta que alguno de los dos no de el primer paso, supongo que nuestra amistad estará en suspenso.

Al bajar completamente las escaleras me dirijo hacia la mesa donde me espera el almuerzo hecho por Zabina, apenas coloca el plato frente a mi se escucha el timbre sonar.

-¿Quien puede ser? -pregunta por lo bajo para luego dirigirse a la puerta.

Trato de ilusionarme con que sea Gastón, primero porque él siempre venía más tarde, y ademas aún debe estar enojado. Y aunque en el fondo me pone mal pelear con mi mejor amigo, no puedo simplemente hacer como si nada paso cuando la realidad es que paso de todo conmigo.

No se que voy a hacer en el futuro, o si tengo un futuro con el soñar, solo se que el antiguo Matteo Balsano esta muerto ya, solo quedo esta nueva versión que se volvió intolerante y aún más grosero, junto con una pierna menos y la ira constante que intento no demostrar, fallando en algunas ocasiones.

A pesar de todo el dolor y la furia que apoderan mi mente y me descolocan, hay una cosa que desde que salí me inquieta aún más que todo lo otro:

Si Matteo Balsano esta muerto...

¿Quien soy?

Fire #2Where stories live. Discover now