ɪɪɪ »ɴıɴᴀ

420 38 23
                                    

Toco el timbre y al minuto me abre la puerta Zabina, el ama de llaves de Matteo. Solo la vi un par de veces, pero aun así me recibe con una sonrisa radiante que yo le correspondo.

-¡Nina, cariño! Cuanto tiempo sin verte -se hace a un lado para dejarme pasar.

-Hola, Zabina -le doy un abrazo en cuanto paso- Vine a ver a Matteo ¿está?

-Por supuesto -cierra la puerta y me guía hacia lo que creo es el comedor- esta almorzando, puedes pasar tranquila

-Gracias Zabina

Entro al comedor y veo a Matteo devorando su comida sin notar aun mi presencia. No puedo evitar sonreír aún más al verlo.

-Acordate de respirar entre cada bocado, Balsano.

Suelto una pequeña risa cuando lo veo saltar del susto al escucharme, evidentemente esta muy rica la comida que seguro preparo Zabina como para que este así de concentrado. En cuanto sus ojos se encuentran con los mios una enorme sonrisa adorna su cara.

-Dioses, Nina -se levanta de su silla y se acerca a mi, puedo notar que aún cojea, pero sin dudas no se nota tanto como la ultima vez que lo vi. Cuando llega hacia mi al instante me envuelve en sus brazos y yo sin dudarlo lo abrazo también.

Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no llorar al sentir como su calor corporal me envolvía.

Matteo es la única persona que con solo verlo puede hacerme sentir que estoy sana, a salvo y en casa. Es algo que me es imposible sentir en ningún otro lado desde que volví de los juegos y las pesadillas me sofocan incluso estando despierta.

No se cuanto tiempo estuvimos abrazados en silencio, solo disfrutando de la presencia del otro pero nos separamos en cuanto escuchamos un carraspeo a mi espalda.

--Lamento interrumpir niños -se disculpa Zabina con una pequeña sonrisa en su cara- pero quería saber si te gustaría almorzar también Nina.

No me había dado cuenta lo hambrienta que estaba hasta que lo menciono. Solo había desayunado algo ligero antes de la sesion con mi psicóloga y desde entonces no comí nada mas.

-Si claro, me encantaria -en cuanto le respondo vuelve a sonreirme y se dirige a la cocina.

-Me alegra tanto que estés aca -dice Matteo mientras me toma de la mano y me guía hasta la mesa a sentarse a su lado- debo admitir que te extrañe mucho estas semanas.

-Yo también te extrañe mucho Matteo -miro su mano aun tomada con la mía y sonrio- Ya me había acostumbrado a tu molesta presencia.

-Ouch -dice llevándose la mano libre a su pecho fingiendo dolor- Me ofendes, Simonetti, en el fondo se que sabes que soy adorable

-Si, si -ruedo los ojos pero sonriendo aun mas- voy a dejar que creas que es verdad solo porque soy buena amiga

Suelta una risa justo cuando Zabina regresa con la comida para mi y un vaso de jugo.

-Buen provecho niños -dice colocando las cosas frente a mi- Estare arriba acomodando tu cuarto, Matteo, por si me necesitan.

-Gracias, Zabina -le respondemos antes de que se dirija a las escaleras y suba.

Ambos nos ponemos a comer en un cómodo silencio, degustando de la comida de Zabina hasta que Matteo vuelve a hablar.

-Entonces -empieza a decir- ¿como haz estado estas semanas? Parece que paso un siglo desde que te vi la ultima vez

-Lo se -sonrio levemente porque yo también sentí que paso mucho tiempo desde que nos vimos- Este ultimo tiempo fue a tortura la verdad.

-¿Tan mala es tu psicologa?

-No es que sea mala, es solo que.. -suspiro agobiada recordando todas mis sesiones hasta hoy- lo único que hace es buscar que yo reviva una y otra vez lo que paso en la arena, que le cuente como me hizo sentir cada cosa que paso y ya bastante tengo con revivirlo dormida en cada pesadilla que sufro como para también tener que lidiar con eso despierta.

De repente llorar se me hace muy tentador, aunque logro evitarlo. La presión post-juegos me esta consumiendo, siento que no me falta mucho para terminar de derrumbarme y mandar todo al infierno. Se suponía que debía sentirme mas aliviada al salir de la arena, a fin de cuentas solo quería sobrevivir con Matteo y eso ya lo logre, pero en vez de eso me siento cada día peor.

Como si aun estuviera en los juegos.

Matteo se quedo en silencio mirandome volviendo a tomar mi mano que soltó cuando Zabina trajo mi plato

-Solo quiero olvidar todo lo que paso, Matteo ¿por qué nadie lo entiende? -digo en un susurro con la voz quebrada.

-Porque ellos no vivieron lo mismo que nosotros, Nina -me da una sonrisa triste- No entienden lo mal que estamos y no lo van a entender a menos que pasen por lo mismo que nosotros, algo que obviamente no queremos, pero es así.

-Lo se, pero es que es insoportable tener que lidiar con todos -suelto sintiendo una pequeña rabia dentro mio al recordar como las personas se comportan cuando estoy cerca- Mis papas que me ahogan con su protección excesiva creyendo que pueden curarme y así voy a volver a ser la misma chica tímida y callada de antes.

Siento un nudo en la garganta a medida que suelto todo lo que tenia guardado.

-Las personas en la calle y en el Roller se me quedan mirando y se apartan cuando paso como si tuviera un virus contagioso que agarre en la arena o como si fuera a sacar un maldito arco y disparar flechas por doquier. Ya no lo soporto.

Apenas termino, acerca mas su silla a la mía y me envuelve con uno de sus brazos.

-Ver a Nina Simonetti diciendo groserias es algo por lo que estoy muy agradecido de presenciar

Ruedo los ojos y me estaba preparando para golpearlo pero vuelve a hablar.

-Hey, entiendo lo insoportable que se siente, pero lo único que podemos hacer es apoyarnos el uno al otro, aunque a los demás no les guste ni entiendan por que no nos comportamos igual que antes frente a ellos. Solo nosotros sabemos como nos sentimos, y es lo único que nos debe importar: nosotros.

Me levanta la cabeza para que lo mire.

-Nuestra prioridad debemos ser nosotros mismos, Nina, lo que hagan o digan los demás debe ser lo ultimo que nos preocupe en estos momentos. Parece egoista de nuestra parte -señala- lo se, pero ser egoístas y priorizar nuestro bienestar es lo mínimo que merecemos después de todo lo que pasamos ¿no crees?

Pienso en sus palabras, en cuanta razón tiene. Ahí es cuando entiendo que si me afecta de alguna forma lo que hagan o digan los demás, es porque yo lo permito. Es algo contra lo que la antigua Nina siempre lucho: la visión ajena. Y aunque ya no sea la misma de antes, esa tiene ser una de las cosas que jamás tendría que perder.

-Tenes razón -admito en voz alta- Cuando querés sos muy bueno con las palabras, Matteo, deberías crearte una pagina web y plasmar toda tu sabiduría.

Suelta una risa y me abraza.

-Soy muy bueno en todo querida Nina -ruedo los ojos en respuesta- es mas -dice y se levanta de su silla extendiendome la mano para ayudarme a pararme- Acompañame.

-¿A donde? -pregunto dudosa tomando su mano y parandome.

Cuando estoy parada frente a el, se me queda mirando fijamente para luego apartar un mechón de pelo de mi cara.

-¿Confias en mi?

Me sorprende su pregunta, no se que estará pasando por su cabeza en estos momentos o a donde quiere que vayamos, pero me basta con mirarlo a los ojos para responder segura y sincera.

-Siempre













------------------------------------------------

VOLVI PERRASSSS

Después de meses al fin actualizo 💜💜 espero que les guste aunque no es tan largo (pero es mejor que nada ahre)  y voy a tratar de actualizar lo mas seguido posible LO JURO SOLEMNEMENTE 🖐

Gracias por seguir la historia y por sus comentarios💚

Fire #2Where stories live. Discover now