t r e s

2.8K 393 53
                                    

Minhyuk, Changkyun y yo supusimos que el niño tendría que comer algo. Yo solía comer fuera de casa, por eso el frigorífico sólo tenía un par de botellas de agua y algo de cerveza. El único reloj de la casa marcaba ya más de las seis de la tarde. Ni siquiera sabía cuántas veces tenía que comer un niño de un año al día. Estaba claro que el crío no iba a beber cerveza o se iba a comer un plato de kimchi, así que le pedí a mis amigos que se acercaran al supermercado más cercano y compraran un par de papillas mientras yo intentaba adivinar qué le gustaba a Jongwon. Minhyuk se marchó diciendo que lo tenía todo bajo control moviendo el par de billetes que le di. 

Suspiré pesadamente cuando oí la puerta cerrarse. Jongwon no se deshacía de su peluche gigantesco, y tampoco de sus lágrimas. Continuaba con los ojos llorosos, así que me acerqué a él con tiento y me senté a su lado en el sofá. Me miró casi al instante, volviendo su cabeza hacia mí. Hice ademán de volver a secar sus lágrimas, pero temí que volviera a echarse a llorar. Me quedé a su lado en silencio un buen tiempo. 

— ¿Echas de menos a tu mamá? — pregunté, suspirando. Era, más bien, una pregunta que me hacía a mí mismo. Pensé en Jisook. A pesar de que habían pasado los años y de que, en teoría, lo nuestro había terminado, seguía añorándola. Agité la cabeza cuando vi que Jongwon me miraba confuso. — Ah, no me entiendes.

Jongwon parecía demasiado interesado en los dibujos de la televisión de nuevo, así que dejé que los viera. Pronto me di cuenta de que estaba quedándose dormido. Probablemente no había dormido casi nada con el ajetreo de estar de un lado a otro con los de servicios sociales y por eso lloraba tanto. Jongwon parpadeaba despacio, sin mucha intención de combatir el sueño. 

Entre temeroso y precavido, agarré uno de los cojines del sofá y lo coloqué cerca de Jogwon. Después, con cuidado, le ayudé para que pudiera apoyar su cabecita sobre él. Sin dejar de agarrar su peluche, se tumbó y se acurrucó casi de inmediato. Continuó viendo la televisión. 

Sonreí enternecido al ver cómo cerraba los ojos. Si lo pensaba fríamente, más que ser una escena conmovedora era triste y desoladora: era un niño huérfano cansado porque no había podido dormir durante toda la noche y que habían dejado con un gañán que se había pasado media adolescencia robando a gente del barrio de al lado. 

Volví a suspirar y eché un nuevo vistazo al reloj que se encontraba sobre la mesa de café, apartada hacia un lado y que de vez en cuando hacía de mesa de comedor. Sólo habían pasado unos diez minutos y la espera se me estaba haciendo eterna. Deduje que Jongwon se despertaría con hambre, así que me levanté hacia la cocina esperando encontrar algo que no estuviera caducado entre los armarios, por si el niño se levantaba antes de que Minhyuk y Changkyun llegaran.

Si no recordaba mal, guardaba algo de arroz y leche en una alacena que también servía como estantería para unos cuantos libros y discos. Mientras me agachaba para buscarlo, mi teléfono móvil sonó ensordecedoramente. Me palpé los bolsillos pensando que lo había guardado ahí cuando en realidad lo había dejado bastante lejos. No quería que Jongwon se despertara. 

— Mierda, mierda, mierda... — murmuré, mirando a todos los lados de la casa e intentando dirigirme hacia el lado de donde procedía el sonido. Chasqueé la lengua al ver el teléfono cerca de mí. Contesté a la llamada. — ¿Si...?

Reconocí el tono serio pero agudo de la señora Park. — ¿Eres Yoo Kihyun?

— S-sí. — tragué saliva con la intención de suavizar mi garganta. — Soy yo.

— Ah, bien. Verás, desde servicios sociales nos han dicho que finalmente has accedido a quedarte con la custodia del pequeño Jongwon, ¿no recordabas nuestro trato? — dijo, sonando bastante amenazante.

Mama » Kihyun; Monsta XWhere stories live. Discover now