25-Ninguna mentira dura para siempre

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Había pasado ya una semana desde que la chica sufrió aquel accidente. Cumplió su promesa y les contó a sus amigos lo ocurrido al día siguiente. Era de esperar que todos se presentaran en el hospital con una buena regañina para darle por no haber avisado el día anterior, todos menos Ace.

Ahora la chica se encontraba en casa tras recibir el alta esa misma mañana. Marcó a su jefa de trabajo para avisarle sobre aquella noticia y que estaría dispuesta para volver al trabajo esa misma tarde, pero como era de esperar su jefa se negó y le dió varias semanas libres hasta que todas y cada una de sus heridas se curasen, lo que menos deseaba era que la chica empeorase por culpa del trabajo.

Suspiró y se sentó lentamente en el sofá aún dolorida por las heridas. 

Esta semana no fue fácil, estuvo varios días con mucha fiebre y dolor en todo el cuerpo. Law no quiso darle el alta tan pronto, quería tenerla en observación un poco más y asegurarse de que la chica iba mejorando pero fue tal la insistencia de esta que Law no pudo evitar aceptar a regañadientes.

No le gustaban los hospitales, y mucho menos tener que estar encerrada allí, un lugar donde mueren y sufren tantas personas, un lugar que hacía que cada vez se sintiera más y más enferma.

Ahora una vez en casa sentía que podía respirar más tranquila, su cama, sus sábanas, su comida y sus libros y series. Ya no tendría que ver esos programas del corazón y documentales sobre hormigas que ponían en la televisiones de todas las habitaciones, tan aburridas y repetitivas que la chica se llegó a preguntar si aquello era algún tipo de tortura, pero era eso o mirar la pared.

Ahora estaba en casa a pesar de saber que debía haberse quedado en el hospital, sabía que no estaba bien, aún se sentía dolorida y cansada pero necesitaba salir de allí.

Por otra parte sus amigos se turnaron para cuidar a la chica a pesar de que ella no quería ocasionar más problemas pero ninguno la escuchó cuando les decía que no era necesario.

Esa tarde vendría Luffy a jugar con ella, fue el primero que se presentó, el primero junto a Zoro, pero por unas milésimas de segundo el ganó. 

Por otro lado Ace empezó a comportarse cada vez más y más raro. Cada vez le costaba controlar más y más controlar su ansiedad, ya no salía de casa ni para ir a comprar materiales de dibujo.

Todo empeoró el día después de su fiesta cuando se enteró que la chica había tenido un accidente y que estaba en el hospital. Quiso ir a hacerle compañía pero sabía que su presencia allí solo causaría problemas.

Sabo, quien estaba muy preocupado por su hermano, decidió ponerse en contacto con un psicólogo, en un principio no quiso llevarlo a un especialista, pues había empezado a mejorar su humor, pero por ese entonces era cuando él comenzaba a pasar más tiempo con (Tn), pero todo se volvió oscuro cuando decidió alejarse de ella. Cada vez estaba más apagado, más agresivo, le costaba recordar las cosas y algunas otras las decía sin pensar, y ya por no hablar de su espléndida vida social.

Pero lo que ni Sabo ni los demás podrían imaginar era que Ace había dejado de tomarse las pastillas que les asignó el doctor para controlar su enfermedad.
Las tomaba y las arrojaba a la basura, se negaba a tomárselas, se empezó a negar cuando la chica lo rechazó por primera vez.

Quería ser normal, no quería estar dependiendo de ninguna pastilla. Eso sólo le recordaba el problema que tiene, le recuerda el motivo por el que no tiene amigos, tan solo Marco y los amigos de Luffy. También le recuerda al motivo por el cual es soltero.

Nadie querría salir con él, nadie en su sano juicio.

O al menos eso era lo que se decía así mismo.

En Trazos De Pincel (Ace Y Tú) [FINALIZADA]Where stories live. Discover now