la última noche en México

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México se pasó en un abrir y cerrar de ojos, todavía estaba en shock no podía creer que esto era real ¡alguien que me pellizqué por favor! Fue una experiencia tan gratificante y tan intensa que pareció un sueño, del que no quiero despertar nunca, por cierto. Mañana tenemos el vuelo de regreso, este último día tenía que ser el mejor. Decidimos ir a la playa a ver el atardecer, hicimos una pequeña fogata para comer malvaviscos y tener nuestro picnic, conforme se fue oscureciendo el cielo se fue convirtiendo en una lluvia de estrellas magnífica que llamó nuestra atención completamente, en este momento sentía que tenía un pedacito de cielo en las manos y tenía que mantenerlo conmigo.

el silencio fue nuestro mejor amigo permanecimos abrazados bebiendo un par de cervezas y disfrutando del espectáculo que la vida nos estaba ofreciendo. Decidimos ir a un bar a tomar un par de tequilas para disfrutar nuestro último día de viaje, me habían dicho que el tequila era fuerte, pero yo me creía la reina del trago y me tome 3 seguidos, vaya error que cometí la cabeza me estaba dando tantas vueltas que sentía que vomitaría en cualquier momento.

Nos sentamos en la primera mesa que vimos desocupada, decidimos comer algo antes de seguir tomando porque queríamos disfrutar no emborracharnos. Llegó la charla que estaba evitando todo el día:

- ¿cómo te sentiste ayer? ¿Era lo que esperabas?

+la verdad es que no se si era lo que esperaba, porque en realidad no me imaginaba como sería, sólo sé que sobrepasó mis expectativas y lo disfrute-creó que mis mejillas parecían un tomate, pero para relajarme acaricie mis nudillos y alce mi rostro para verle ese precio rostro y esa mirada cómplice que le tocaba una dulce melodía a mi corazón jaja-.
*yo sólo quería preguntar por su te amo suelto nunca nos habíamos dicho esa pequeña palabra siempre dijimos que lo diríamos cuando en realidad lo sintiéramos*

-espero no haberte lastimado-me guiño un ojo. -lo que te dije es cierto te amo esperó que tu sientas lo mismo mi pequeña.

*escupí el agua de mi boca y empecé a reír como estúpida siempre había soñado con ese momento*

+ cariño y yo te amo a ti, no podría hacer otra cosa contigo aparte de amarte.

-y ¿hacerme el amor? - (Nuestras carcajadas resonaron por todo el lugar y se rompió el hielo de nuestra conversación).

Comimos alitas, pero diablos sí que eran picantes, sentía acidez desde mi boca hasta mi estómago, regresamos al hotel a las 3 de la mañana por inercia no sé si de lo ebrios o de lo cansados por haber bailado hasta las rancheras.

DE REGRESO A CASA...

El viaje paso sin altercados, le hice el amor a mis oídos escuchando Green Valley, Adele y Manuel Medrano mientras él dormías como la bella durmiente, tocaba algún asiento y ya estaba en el octavo sueño. Su móvil tenía 4 mensajes de un número desconocido, tenía tanta curiosidad, pero al hacer la clave 3 veces me rendí. Nunca le había puesto clave que raro, cuando llegáramos a casa esa seria nuestra primera conversación.

Al coger el taxi reviso su celular y sonrío de esa manera ladeada que me encantaba, le pregunté que quién era y me dijo que un amigo que había llegado a la ciudad, no le di importancia al tema confiaba en él plenamente. Al llegar a la casa me pidió que le hiciera tacos, me encantaba cocinarle porque siempre dejaba el plato como recién lavado, comimos en la alfombra de la sala viendo cake boss nos encantaba ese programa.

Cuando me desperté estaba en la alfombra con 2 mantas y con varias almohadas acomodadas para que no rodará por la sala. Mi nariz sintió el aroma a café recién hecho de la cocina e inmediatamente se sacudí hasta allí, me quedé en la puerta observando el cuadro que estaba ante mis ojos. Él sirviendo café en 2 tazas y luego untando unas tostadas con mantequilla luego baje a su hermoso y formidable trasero, pero alguien me sorprendió porque sentía mis mejillas arder.

- buena vista mi pequeña - alzó las cejas

-la mejor sin duda alguna - le guiñe un ojo.

sentí un cosquilleo en el estómago cuando se encaminó hacia mí, me alzó para quedar en el mesón de la cocina y empezó a darme besos en todo el cuerpo. Atrapé su boca como pude porque la necesitaba, sentí sus manos en mi abdomen y después en una rápida maniobra sentí mi camisa en mi cabeza y la observé a los lejos de la cocina, llegó mi turno de quitarle la suya.

En un beso suave fui cayendo acostada en el mesón, sus besos se fueron disparando hacia mi cuello y eso erizo todo el vello de mi cuerpo. Luego se dirigió hacia mi sostén que con habilidad soltó, su lengua estaba rozando mi pezón derecho eso desbordó mi excitación, cambio al izquierdo mientras con masajes en círculos se apoderaba del otro hasta ponerlos duros, bajo hasta el ombligo dando besos en círculos para luego bajar mis pantalones de pijama, quedé en bragas y sentí que la seguridad se apoderaba de mí y cambié de posición ahora él estaba abajo mío.

Besé el lóbulo de su oreja lentamente para después morderlo, le di un casto beso en la boca y llegué a sus pezones los mordí también suavemente y empecé a dar besos a cada cuadro de su abdomen hasta llegar al caucho de su bóxer, nunca pensé que fuera hacer esto, pero saque su ya dura erección y empecé a lamerla como si fuera un caramelo. Alce la vista porque no sabía si lo estaba haciendo bien, al observar su cara de satisfacción me relaje.

-dame más mi pequeña- decía entre jadeos

Luego me quitó y quedé de nuevo abajo suyo, sus manos empezaron a bajar mis bragas suavemente, y a jugar con mi parte intimida, luego sentí 2 dedos en ella y me sentía más que mojada luego empezó a moverlos de una manera sumamente rápida, sentía que iba a perder el control

- te necesito adentro mi cielo.

Fue como una orden porque en menos de un minuto ya me sentía temblando por el ritmo de las embestidas y antes de llegar al clímax como era de costumbre escuche un

-te amo mi pequeña.

Mi vida. Mi salvación.Where stories live. Discover now