IV.

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- Dios... ¿Qué has hecho, Hana? - mi hermano está totalmente exaltado y mirándome con una cara de preocupación y susto que recordaré para siempre.














Cuando ya quería detenerme era demasiado tarde. Al llegar a mi casa de la universidad mi puño se estampó contra el espejo de mi baño. No estaba pensando con claridad. No lo hice con malas intenciones hacia mí misma como otras veces. Fue simplemente de molestia.

Casi no pude agarrar mi celular ya que mi mano derecha estaba totalmente cortada y cubierta de sangre y dolía como el infierno. Mi única preocupación no era mi salud, sino la estabilidad emocional de Jimin y de mis padres.

Mi hermano trata de no llorar delante mío en el pequeño cuarto de guardia de hospital mientras me encuentro sentada en la camilla esperando a que el doctor venga a terminar de curar las heridas. Camina de un lado al otro, mirándome de reojo, con su celular en su mano izquierda y con su otra mano revolviendo su cabello debido a los nervios.

No reconozco mi mano. No pensé que podía terminar así.

- Jimin... escúchame - hablo por primera vez desde que mi hermano me encontró en la cocina tratando de detener el sangrado. Mi voz suena como un susurro, pero el ambiente está tan callado que él logra escuchar y sobre exaltarse para dar un par de pasos hasta llegar a mí y sentarse a mi lado.

- Háblame - fue más una súplica que una orden. Claramente está muy confundido. No sabe si lo hice a propósito con intenciones fatales o si fue un accidente. Agarra mi muñeca derecha lastimada y la examina al mismo tiempo que la acaricia ligeramente y suavemente sobre la venda para no dañarme. Sé que está a punto de llorar por sus constantes parpadeos.

- Fue un mal dia...estaba enojada...ya no me quería sentir así y.... - tomo una bocanada de aire y se me escapa un sollozo mientras un par de lágrimas descienden por mis mejillas. - Todo pasó tan rápido, en serio Jimin, no fue mi intención. Perdóname. - Esto último lo digo con la voz totalmente quebrada y cabizbaja. Tengo miedo que no me crea y piense lo peor.

- Está bien, Hana. Escúchame tú a mí. - Por primera vez lo miro a los ojos. Logra escaparse una lágrima de su ojo y junta sus labios para ahogar un sollozo. - Le dije a mamá que se cayó el espejo del baño cuando te lavabas las manos y lo detuviste con tu mano. - Suspiro de alivio. Jimin sabe que ya no quiero preocupar más a mamá y que estos altibajos son normales en el proceso. - Pero prométeme que no volverás a hacer una cosa así porque me matarás del susto. - Veo demasiada súplica en su expresión. Todo su ser hace visible un gran dolor emocional. Asiento llorando descontroladamente y él logra rodearme con sus brazos en un abrazo que me hace sentir tan en paz que deseo que dure horas.























Decidí tomarme el día siguiente para recuperarme, por lo que me quedé en casa. Manejo mis asistencias a mi gusto y necesidad, asi que no fue necesario pedir permiso. Jimin y yo nos encontramos mirando una película. Bueno, creo que sólo yo. Ambos nos encontramos desplazados en mi cama pero mientras yo miro la película atentamente con una taza de chocolate caliente en mis manos, mi hermano escribe su ensayo de tesis en su laptop, a la vez que mira de reojo la película.

En vacaciones me gusta pasar este tipo de mañanas con mi hermano, antes de que él se vaya a trabajar. Al tener este día, me doy cuenta que realmente ya extraño mis mañanas con Jimin sin hacer nada. Dos gatos duermen en la alfombra de mi cuarto, mientras que Shiro juega con mis pies.

- ¿Cómo va la tesis? Tienes suerte que hayan renovado el plan de estudios para que puedan hacerla durante la carrera, no me gusta tener que hacer esto cuando ya podría haberme graduado. - En ningún momento me mira. Se encuentra muy concentrado escribiendo. Pero aprecio que aunque esté ocupado, le interesa como me va o como estoy.

White Roses • Jeon JungKook • [Saga Her 承 #1]Where stories live. Discover now