007.El reto de Sehun.

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Entonces el gran salvador de TaeHyung llegó, sacándolo de aquel infernal lugar para llevarlo a uno peor.

La confusión taladraba la cabeza de TaeHyung, preguntándose internamente qué hacía el pelinegro ahí; no tenía nada que ver con la familia de su mejor amigo. A pesar de todo eso, no dejaba de pensar en lo tonto que era por haber creído que BoGum por lo menos lo había notado, pero no, ni siquiera recordó que ahí estaba presente el hermano menor de Jin. Mas que arrepentido se sentía humillado, avergonzado como nunca antes, aquel sentimiento de humillación no lo dejaba y cada vez pensaba en alguna manera de no haberse visto tan ridículo.

Se sacudía incomodo en el asiento del copiloto del carro de JungKook, hasta lograr quedar recostado en la ventanilla, suspirando mientras callaba.

JungKook por su parte no decía nada... Él solo se mantenía en silencio porque se acordaba del retrato que con anterioridad vio en la casa de TaeHyung, al ver que la ilusión se fue de los ojos de aquel joven niño decidió intervenir, aunque es bueno decir que antes que eso pasara la pensó demasiado, no quería meterse en los asuntos del joven porque después TaeHyung pensaría que lo hacía con otras intenciones y no era así; es sólo que la misma mirada la había notado en su madre, antes de comprobar la infidelidad de su padre. 

Era lamentable, el rostro de TaeHyung en esa ocasión estaba demacrado, una sonrisa en tan solo segundo se había transformado en una mueca deforme que no reflejaba mas que miedo. No lo podía dejar así.
A su casa no podía llevarlo, suficiente tenía su novia con que la engañara como para llevarle un TaeHyung de regalo, no tenía sitio donde llevarlo para que se tranquilizara y suponía que él tampoco quería ir a su casa, la mejor opción era tomar un poco en el bar donde lo esperaban. Esperaba que TaeHyung no fuera tan quisquilloso al saberlo.

Llegaron al bar e inmediatamente TaeHyung se extrañó ¿Qué hacían en un bar? ¿Acaso JungKook no comprendía que se sentía mal? Frunció el entrecejo y se cruzó de brazos, enojado. No quería entrar a ese lugar.

—Bien, ya llegamos. Es hora de bajar TaeHyung...

Tae levantó la mirada y enarcó una ceja, con ese aspecto quería dar a entender que no bajaría por nada, ni por nadie. 

JungKook ya cansado de esperar abrió la puerta correspondiente del lado de TaeHyung e intentó sacarlo a fuerzas, jalando una pierna y un brazo. El joven pelirrojo se sacudía como gato en el agua, no se dejaría sacar por el necio hombre. 

—¡Ya TaeHyung! O sales o te quedas encerrado.—El pelinegro también cruzó sus brazos, no iba a pasar toda su noche rogándole al malcriado niño.

—Me quedo encerrado. Gracias.—Como todo un niño, jaló la puerta antes abierta para cerrarla, una vez hecho volvió a cruzar sus brazos y miró únicamente de frente, ignorando la presencia del mayor.

—TaeHyung... —Suspiró cansado—Ya deja de ser tan infantil y baja, yo solo aguantaré caprichos a mis hijos.

Acató la orden porque adentro empezaba a hacer un insoportable calor, además era cien veces mejor ir a bailar que quedarse adentro esperando hasta la madrugada por JungKook.

Ambos se encaminaron hasta la entrada del salón, había que pagar una cuota para entrar, TaeHyung se adelantó y pago la de ambos. Jamas permitiría que otro hombre le invitara algo porque de lo contrario se sentiría en la obligación de dar algo también. 

—Yo iba a pagar por los dos...

—No quiero nada de ti... —Y se adentró sin conocer muy bien el camino exacto.

JungKook por inercia lo tomó de su mano, era un hábito que también tenía con su novia. TaeHyung no reprochó algo.

A una distancia un poco larga se encontraba la gente por la que JungKook había asistido al bar. Saludaron alegres al ver que su amigo favorito había llegado.
Los otros muchachos de su edad miraron extraño al joven del despampanante cabello rojizo, aún así no dijeron nada, quizás era otra conquista para la noche de su amigo.

Bebé© •KookV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora