《11》Sᴏʀᴘʀᴇsᴀ ᴇɴ ᴄᴀsᴀ

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- ¿Tata, cuándo me volverás a llevar a otro partido?- Izan preguntó en mis brazos a la vez subía las largas y costosas escaleras para llegar a mi apartamento.

- Será mejor que antes reces para que tu madre no me arranque los ojos por haberte dejado salir al campo con ese estúpido tío.

- Se llama Griezmann... y has dicho una mala palabra

- Se dice palabrota, y por nuestro bien será mejor que no la digas en presencia de tu madre. ¿Me lo prometes?- mordió su labio inferior pensativo.

- Vale...- soltó una risilla.

- Cómo qué vale...- lo imité riendo.- Eso no ha sonado muy convincente que digamos.

- Sí...

Empecé a hacerle coquillas mientras el se retorcía de la risa. Una vez enfrente de la puerta del apartemento la puerta se abrió de golpe sorprendiéndome. Mi hermana yacía de pie con una sonrisa delante mía.

- Pues sí que os lo habéis pasado bien los dos.- dió un paso hacia delante para coger a Izán.

- ¡Mami!- se colgó del cuello de su madre.- No te puedes creer la cantidad de futbolistas que he conocido.

- ¿Sí? Eso suena fantástico.

- ¿Qué haces tú aquí?- dije yo ahora. No sabía que pintaba a estás horas de la noche en mi casa.

- Hemos salido muy tarde de la mudanza, está todo por medio y estamos muy cansados para limpiar todo el desastre. Pensé en pasar aquí la noche.- se fue explicando entrando en el salón a lo que la seguí.- ¿No te molesta?

- No... Claro que no.- intenté mostrar mi mejor sonrisa ,pero por dentro me estaba muriendo del asco.

- ¡Hola Lucía!- me saludó una voz desde el sofá.

- Hombre cuñado, ¿qué tal?- saludé.

- Muy bien, feliz de ver a mi cuñada favorita.

- Que gracioso eres, no tienes otra.- mis palabras salieron entre los dientes. Lo intentaba, pero no podía ser amable con él.

¿Mi día puede ir a peor?

David, mi "querido" cuñado, prometido de mi hermana y padre de mi sobrino... No hay nada mejor para rematar un día bochornoso encontrandotelo en tu casa tumbado en MI sofá.

- Papá, mira esta camiseta. - sacó de su mochilita de la patrulla canina la camiseta que le había dado y firmado Griezmann.

- ¿Es original?- preguntó sorprendido y el niño asintió.

Cruzé mis dedos para que no se le escapara nada sore lo sucedido. Mi hermana podría enterrarme viva por haber expuesto al niño delante de un país entero.

- He hablado con mamá. - pasó mi hermana diciendo a mi lado.

Mordí mi labio bajo la atenta mirada de mi hermana.-¿Y qué te a dicho?

- Le he comentado la fiesta que quiero organizar sobre el compromiso de David y yo. Como hemos estado tan ocupados estos meses solo ha sido una idea en el aire. Pero ahora que más o menos estamos instalados pensamos dalla cuanto antes.

- Que bien. ¿Cuándo es?- dije sin interés bebiendo un vaso de agua. Estaba harta de sus fiestecitas en las que invita a sus cuatro amigas pijas que solo sabían beber champán y hablar de sus perfectos maridos, hijos, casas, manicura... y vidas.

- Este sábado, en mi nueva casa. Así también aprovecho como una fiesta de inauguración. Mamá dice que se va encargar de llamar a la familia.

- ¿Familia?

- Claro, van a venir todos los tíos, primos, abuelos y amigos.

- Entonces... creo que tengo partido ese día. Cuanto lo siento.

- Lucía por favor, eres mi única hermana. Tienes que estar presente. Ya sé que no te llevas muy bien con ellos, pero no sería ser lo mismo sin ti.

- Y si la la tata no viene... ¿con quién voy a estar yo?- llegó Izan a mi lado haciendo un tierno puchero.

- Oh... Sabes que eres mi debilidad. -sonreí y acaricié su cabello. - Está bien, iré.

- ¡Bien!- los dos saltaron como locos.

- Vale, entonces voy a decirte los requisitos para ir. Tienes que ir disfrazada.

- ¿Disfrazada?- sabía que odiaba eso, me sentía ridícula. De pequeña tuve un pequeño percance en la actuación de navidad del colegio cuando iba vestida de estrella...- Sabes que lo odio.

- Espera bonita, no he terminado. Tienes que ir conjuntada con tu pareja.

- Eso sí que no.

- Tiene que ser así. Llama a Leo...

- Lo hemos dejado, y no quiero hablar de eso.

- Bueno... tienes que buscarte a alguien. Y qué sea un chico.-se dió la vuelta y entro en la cocina. Rodé mi mirada a la tele que mi cuñado estaba viendo. Estaban comenzando los deportes...
¡Noooo!

Corrí hasta el televisor. ¡Seguro que salía!

- ¿Se puede saber que haces?- preguntó David cuando tenía tos los cables que have unos momentos estaban enchufados de la tele en mi mano.

- Bueno... son las once ya, es hora de irme a dormir. Tenemos costumbre de llevarnos la tele al cuarto. Ya sabes, por si vienen ladrones o algo.- intenté sonar convincente. - Mis compañeras de piso son un poco raras.- Si Cristina estuviera escuchandome me mataría. - Buenas noches.

- Tata, quiero dormir contigo.

- Estupendo Izan, vente. - cogí a mi sobrino de la mano mientras en la otra llevaba el televisor. Cerré la puerta de mi cuarto. David me observaba con la boca abierta, como si me faltara un tornillo.

- Vero, ¿tu hermana está con la regla?- le escuché decir. La misma conclusión a la que llegaban los hombres cuando las mujeres se comportan diferentes.

- ¿Qué es la regla?-Izán se tumbó en la cama.

- Nada cariño, por suerte nunca la tendrás.

Dejé la tele en el suelo y me metí en la cama con él.

Antes me pregunté si el día me podía ir a peor, pero ahora me pregunto...¿Mi vida puede irse más a la mierda?

∂єℓι¢αтє 《MA》#1Where stories live. Discover now