-VIII-

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Bitácora de Gastón: (categoría: RoyalGuard) Día tres después del hallazgo, son las 1900 horas, el viento sopla.

Esperó paciente a que la recepcionista anunciara su numero y poder ser atendido, mientras, esperaba sentado junto al resto de visitas en la clínica. Tenía a su derecha una mujer con una bebe en brazos, envuelta en mantas rosas, la madre le daba palmaditas delicadas en la espalda y susurraba palabras -que mas parecían tristes cánticos.- al oído de la recién nacida. Cuando la vio llegar a la urgencia, no dudo en intercambiarle su numero para que ella ingresara primero, total, solo eran números y eso al castaño de claros cabellos no le importaba, la señorita se lo agradeció, dejándole cargar unos momentos a la bebe al verlo tan emocionado de verla; a su izquierda había un adolescente, era callado y parecía malhumorado, todo el tiempo que pasaban médicos dentro de los cuarto el chico se hundía cada vez mas en su asiento y el mayor supuso que el chico venía a despedirse de alguien que no era del todo de su agrado, pero era su familia al fin y al cabo. Gastón analizaba siempre a la gente a su alrededor, los perfilaba completos, era una mala costumbre que adquirió tras años como investigador de la ZPD y le era inevitable el hacerlo.

Cruzado de brazos, el castaño de celestes ojos resopló del cansancio, había sido una ardua tarde metido en la escena del los hechos acontecidos hace tres días en compañía de Virgil, que no dejaba de maldecir al radiante sol de la tarde y el calor que tenía, para estar quejándose luego del frío que tenía cuando oscureció un poco y el viento comenzó a correr por las calles de la ciudad. El Rapper era su amigo, pero cuando se ponía exquisito con el clima podía llegar a ser una molestia. El RoyalGuard cerró un momento los ojos, cuando el pitido de la maquina que anunciaba los números lo alertó, revisó rápidamente su boleta y luego la pantalla holográfica sobre su cabeza, se reincorporó casi de un salto y se acercó a la mujer del mesón, una mujer de caderas anchas y rostro poco agraciado, el Delta contuvo una mueca al verle en la punta de la nariz un enorme lunar algo abultado y corpóreo del cual asomaban un par de vellos que mas parecían alambre debido a su consistencia y color. Tragó grueso.

-Voy a visitar a la paciente Krauss, la habitación 813.- explicó el alto policía, la mujer se arregló los lentes, observándolo de pies a cabeza antes de hacer una mueca de desagrado y teclear algo en su anticuada computadora. Gastón se sintió ofendido, pero no protestó nada, prefería aguantarse las malas caras de gente mal agradecida con su servicio que a decir algo, además, iría a ver a Sasha y eso le subía todos los ánimos que le faltaron en el día.

-La señorita Krauss fue llevada a cuidados intensivos.- indicó la mujer, el castaño apretó los dientes al escuchar la gangosa voz de la mujer hablarle con suficiencia, como si estuviese feliz de que el estado de su amiga haya empeorado.- Tuvo un ataque en la tarde y la mantienen en observación hasta mañana, las visitas ya no están permitidas a esta hora en la unidad de cuidados intensivos (UCI).- tendió la mano, exigiendo el papel donde estaba gravado el número del policía, Gastón se lo entregó de mala gana y se metió las manos en los bolsillos, maldiciendo para sus adentros.- ¡Siguiente!- anunció, su voz tan desagradable asustó al bebe de la señorita que estaba buscando el valor para ingresar a la habitación de su padre. El castaño iba por acercarse a ayudar a la madre de la niña, cuando la mujer volvió a hablar.- si tocas a esa niña nada te asegura que no la infectaras con tu virus de mierda.- la sala completa se detuvo a verlo. Nadie había reparado en su arreglado cabello, su uniforme impecable y su chaqueta de aviador azul marino con el grabado de ZPD en la espalda y la brillante insignia en el costado de su cinturón. Un Delta.- mejor lárgate a tu casa muchacho y reza por que tu amiga encuentre la paz en el reino del señor.-

No dijo nada, el RoyalGuard no se caracterizaba por ser agresivo, mas bien era alguien despreocupado y como diría su madre: "operado de los nervios", nada lo alteraba o molestaba, siempre mantenía una calma sonrisa en sus labios y unos apacibles ojos. Los niños siempre le saludaban cuando andaba de uniforme por la calle y las ancianitas le apretaban las mejillas cuando les entregaba su brazo en ayuda, Gastón era la definición de un policía ejemplar, a diferencia de sus amigos, el no provenía de la calle, no tenía un mal historia y tampoco una mala racha debido a su conducta, el era un chico de campo, criado entre cabras y quesos, junto a sus padres y hermanos allá en Francia, una familia de clase media que era feliz vendiendo aceite de sus olivos y vinos de sus parras en mercados al aire libre. Su único pecado fue haber nacido infectado, nadie en su familia era portadora del virus a excepción de él y cómo no le daba muchas oportunidades a los Zodiacales, eligió ser policía, Arnaud lo aceptó en su equipo cuando presentó su ficha de inscripción, sólo tuvo que dar un examen y ya pertenecía a esa nueva familia.

ZPD: Zodiac Police DeltaWhere stories live. Discover now