BLASNIOR Reconciliación II: Después de la ruptura

Ruptura

Blas había logrado escapar de Junior, de las palabras "yo te quiero, yo te amo", que casi lo hace quebrar. Él quería dicirle que lo amaba aún más. Aún así se fue, dejando a Junior con la mirada tan triste y desesperada que juro nunca causarle. Pero era lo mejor para los dos, y a pesar de que en ese momento sentía su corazón destrozado, la relación con Junior le producía heridas dolorosas.
Tendría que matar a sus ganas de verlo, de besarlo, tocar su piel y abrazar su alma cada vez que quería. Hubiera deseado que su razón este coordinada con su corazón.

Los días que siguieron fueron los más difíciles, todavía soñaba con él o creía que su rompimiento no era más que una pesadilla y que Junior estaría a su lado al despertar. Soportar el dolor, guardar cada cosa que Junior le dejó en su casa, en su vida. Decirle adios, empezar a decirle adios a todo lo que vivieron. Él ya no estaba ahí.

Blas se había quedado sin fuerzas porque sentía que sólo él luchaba por Junior, por su felicidad, tanto que se estaba olvidando de sí mismo.

-Mi hermano tiene el corazón roto. Lo sé porque yo también lo tengo. -dijo Dante una noche en el bar.

-Pero si Junior ni siquiera me mira cuando nos cruzamos.

-Me parece que aún no lo conoces tan bien como crees si pensas eso.

Dante le dio una palmadita en la espalda y fue a cobrar una mesa. Blas no quiso seguir hablando de aquel tema que todavía lo lastimaba. No sólo estaba enamorado de Junior, sino también era su primer amor. Sonrió con tristeza y con ironía, él seguramente es el amor de su vida.

Dante se equivocaba en un punto, Blas no tenía el corazón roto, no lo tenía, no lo sentía, como si lo hubiera perdido. Así anesteciado de dolores y con la necesidad de romper la soledad, salía algunas noches a buscar compañía. Pero sólo le recordaba el gran vacío que sentía en su interior.

Lo mejor será no volverse a enamorar nunca más.