Lárgate

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Me dirigí descalza hasta su cama y la abracé como ella hizo conmigo.

-¿Dónde estas las otras dos?

-¿Millicent y Tracey? No lo sé, estarán con sus parejas con los que irán al baile.

-¿Por eso lloras?

-Soy la más guapa de Slytherin y no tengo pareja.

 LOL, ¿más guapa?

-Millicent con lo fea que es seguro que ha amenazado a alguien- ¿Eso lo he dicho en voz alta?

Empezó a reír.

-¿Tu tienes pareja?- me preguntó.

-Emmm…

-Vaya, veo que sí- dijo tocándome el cuello.

Me sonroje y me puse bien la sudadera para que me volviese a tapar el cuello. Pero a este paso todo Slytherin sabría que tenía el cuello lleno de chupetones.

-¿Quién es?

¡Piensa rápido, piensa!

- Miau- Eres tonta Evangeline, tonta del culo. 

-¿Qué? - me miró extrañada- Que rara eres…

Solo había una manera de solucionar esto. Me dirigí a mi cama y cogí una mochila que estaba escondida debajo y se la lancé. La abrió.

-¡Serás sangre sucia! ¡muggle! ¿Así que eras tú quién me lo estaba robando?

Empezó a comer chocolate como si no hubiese un fin. Acabó durmiéndose sin cerrar las cortinas. Las otras dos llegaron y se acostaron per si cerraron las cortinas. 

Me puse unos pantalones cortos y una camimseta de tirantes. Ya me ducharía mañana. Me miré en el espejo por primera vez sin la sudadera. Los chupetones comenzaban por el cuello pero no se quedaban ahí: en los pechos, en el vientre, incñuso en las ingles. El recuerdo más feliz de mi vida, sin duda. Me volví a poner la sudadera de Draco. Me venia grande y olía a él y eso me  encantaba. Era raro que Pansy no hubiese reconocido el olor. Supuse que sería por los mocos que le taponaban la nariz de tanto llorar. Cerré las cortinas y nada más acostarme la puerta se abrió levemente. Me asomé desde la cama, retirando la cortina y vi a Draco. Me miró y dijo en un susurro:

-Me debes algo.

-¿Qué?- me senté en la cama.

Miró a las camas de mis compañeras y cuando vio que estaban dormidas se acercó silenciosamente a la cama.

-Tus Mickey Mouse.

-Las llevo puestas Draco…- me reí- ahora no, ya te las daré, si me apetece.

-Prometiste que me las podría quedar.

-¡Pero son mis favortias!

-Ahora son las mías.

Le miré. Hablaba completamente en serio. Adiós a Mickey Mouse en mi ropa interior. Miré a Pansy y vi que seguía dormida. Me baje rápidamente el pantalón y las bragas, quitándomelas rápido y volviéndome a poner los shorts. Él las cogió y se las metió en el pantalón.

-Gracias princesa- me dio un beso mientras sonreía.

-No rías tanto, no te voy a devolver tu sudadera.

Rió, dándome otro beso y tumbándome en la cama.

-Draco, -no paraba- Draco, ¡para! se van despertar.

Empecé a echarle mientras él se reía.

-¡Lárgate!

Me levanté ( ¡en contra de mi voltuntad!) y le empuje hasta la puerta mientras él hacía fuerza y me abrazaba, acercándome a su cuerpo.

-¡Lárgate antes de que me arrepienta!

Se reía y yo también. Le dejé fuera.

-Buenas noches, princesa- me volvió a dar un beso.

-¡Buenas noches, lárgate!

Se fue en silencio mirándome y con una sonrisa en los labios. Cerré la puerta de la habitación. Ahora solo faltaba que ninguna de las otras chicas saliera de su habitación y lo viera. Me volví a acostar. Voy a echar de menos mis bragas favoritas.

__

Era sábado. Faltaba una semana para el baile y para las vacaciones. Ese día teníamos excursión, nos llevaban a un pueblo muggle. Las chicas estaban emocionadas porque podrían comprar los vestidos, complementos, zapatos, etc. para el baile. 

Estaba desayunando zumo de naranja con unas tostadas. Draco, Nott, Pansy, Blaise, Zabini, y todos estos desayunaban donde siempre. Miré a Draco en un descuido y este me guiñó un ojo.  Sonreí levemente. Después del desayuno Snape, el profesor encargado de la casa Slyherin, nos explicaba como íbamos a ir. Por grupos tocaríamos un translador que nos llevaría al pueblo muggle. No podríamos utilizar magia, a tal hora en tal sitio... bla bla bla. Los Slytherianos se mostraban un tanto asqueados con la idea de ir al mundo muggle. Yo contenía mi ilusión.

Toqué el traslador con mi grupo y al llegar me quedé fascinada. El pueblo era idílico. Estaba nevado. Algunos de los de mi grupo empezaron a vomitar por el mareo y yo comencé a investigar aquel maravilloso pueblo.  El grupo de Draco iba detrás del mío y los escuché llegar. Me giré y vi a Millicent y a Blaise vomitando. También vi a Draco dirigiéndose rápidamente hacía mí con una sonrisa. Comencé a correr. 

 

Ojos GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora