Tin tin

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Estábamos sentados los dos en el sofá que daba a los probadores, esperando a que me envolvieran todo.

-¿Crees que Pansy me matará mientras duermo?- pregunté seria.

-Es posible- dijo el con una sonrisa.

-¿Con quién vas a ir al baile?

Dudó.

-No lo sé. Iba a ir con mi ex… -se puso triste- Pero le da vergüenza y eso… Las familias "Slytherins" son todas iguales. ¿Sabes cuantas torturas me ha practicado mi padre para que negara lo que soy?- Hundió su rostro en sus manos.

Evageline eres tonta, tonta del culo, ahora y para los restos, gilipollas. e abracé.

-Ves con Pansy, es tu amiga, ¿no?

Se levantó.

-Tienes razón.- me miró- Quizás no estés tan chiflada como pareces.- me revolvió el pelo y sonrió.

La mujer de la tienda me llamó.

-Te espero fuera, voy a fumar.

-Vale.

Me dirigí al mostrador. La mujer, de unos 50 años, ponía unas cajas en una bolsa de cartón negra. Detrás tenía una puerta cerrada donde se escuchaban golpes y gritos. Me asusté.

-Tranquila, cielo. Mi hijo, Mike- me enseñó una foto que sacó de debajo del mostrador. Era un niño moreno, con la cara de pillo- Fue mordido por un lobo, y ya sabes como van estas cosas -la guardó. Si esa mujer sabía cosas acerca de ombres lobo, es posible que también supiera acerca de el mundo mágico. Lo más probable es que todo el pueblo lo supiera.

-Y...-dije yo- ¿Está alterado?

-Sí- dijo ella terminando de poner las cosas- cuando es luna llena, o su institnto animal se despierta por cualquier motivo, se altera. No estareís malditos, vosotros dos, ¿no?- Bromeó ella.

-No, creo que no- le sonreí yo como puede, tragando saliva. ¿Otra vez maldiciones? Me empezaba a asustar.

-Son 110 galeones.

Se lo di justo. Cogí las bolsas y me fui a fuera.

-Adiós.

-Adiós Evangeline.

Fue lo último que escuché de la tienda y de la mujer. El corazón me iba a mil por hora, estaba asustada, tenía ganas de llorar. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Estaba maldita?

-Ey, ¿Ya esta?- Era Nott.

Le quité el cigarro de la mano y le di varias caladas. Necesitaba tranquilizarme.

-¿Estás bien?

-No. Pero da igual. ¿Qué hora es?

-No da tiempo a comprar algo más, si vamos rápido.

-¿Necesitas algo? -le pregunté.

-No, ¿Estás bien Eva?

De golpe sentí como si me chorrearan mocos, pero no eran mocos, estaba sangrando por la nariz. Nott me presiono fuerte con su manga y me metió dentro de un bar. Me dieron hielo y servilletas.

-Esta vez no me arrascado.-le comenté a Theo mientras me sujetaba el hielo en la cara. Miraba al mugriento techo.

-No… ¿Te pasa a menudo?

Hice memoria.

-De pequeña, pero llevaba tiempo que no me ocurría.

Pasados 10 minutos ya llegábamos tarde. Theo y yo éramos los últimos, sin contar Snape.

-Lo siento- dije yo cuando llegando a donde estaba él, de brazos cruzados- Culpa mía.

-Muy amable por su parte señorita Tinkle. Será mejor que la próxima vez lleguéis los primeros o pasareis el resto del curso limpiando las mazmorras.

Asentimos.  Mi primera amenaza en todo el curso. Theo y yo tocamos el translador. Suerte que llevaba las bolsas bien amarradas porque algunas de las chicas le habían volado y habían desaparecido. Nos dirigimos juntos a la sala común.

-Tin tin- se burló.

-Cállate- le ordene.

-Tu apellido mola, Campanita. Campanita Chiflada. La pequeña campanita chiflada, Tin Tin.

Le pegué con las bolsas.

-¡Cállate!- me empecé a reír. La verdad es que viniendo de él, no me importaba que se burlara, después de todo, era mi único amigo intimo en Hogwarts. Aparte de Draco.

Ojos GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora