Estoy en problemas

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Hidan se encontraba caminando a unos cuantos metros del avaro. 

El chico de los rituales no lograba comprender porque su compañero soltó tal grito, ¿acaso estaba avergonzado por aquella caricia?. 

Si, desde hace tiempo se había percatado que cuando cerraba los ojos, Kakuzu aprovechaba para mostrarle afecto, sobando parte de su cabeza.

De repente una idea cruzó por su cabeza, la cual podría ser benéfica o terminar en un completo desastre, pero de todos modos decidió hacerlo. 

************ 

Por otro lado, el mayor iba muy concentrado en el camino, al estar a oscuras era más difícil para él localizar algún enemigo. 

Giró un poco su cabeza para ver a su compañero por encima del hombro, pero al hacer esa acción se dio cuenta de que Hidan había desaparecido. 

De inmediato se dio vuelta, para regresar por ese mismo camino. 

"¿Donde carajos se metió?" pensó el moreno mientras buscaba al religioso. 

Pero por más que exploraba la zona, no podía dar con su pareja. 

"Juro que si esta es otra de sus estúpidas bromas, le arrancaré la cabeza y la tiraré por algún barranco"  Kakuzu ya estaba que hervía de coraje. 

El castaño ya harto de esta pérdida de tiempo, se detuvo cerca de un árbol listo para empezar a gritar. 

Abrió la boca preparado para amenazar al menor, pero de repente sintió como un pesado objeto caía encima de él, haciéndolo perder el equilibrio. 

Kakuzu azotó contra el suelo, golpeándose la espalda junto con su nuca. Parpadeo un par de veces, tratando de enfocar su vista y poco a poco pudo visualizar a cierto religioso. 

Hidan estaba sentado encima del abdomen del moreno, su sonrisa reflejaba cierto nivel de maldad.  

-Jajajajajaja, ¿acaso te asuste, Kakuzu-chan?- dijo creyente con un tono burlón. 

El avaro frunció el ceño, dispuesto a quitarse a aquel mocoso de encima. 

-¡NO TENGO TIEMPO PARA TUS JUEGUITOS ESTÚPIDOS!, ¡YA QUÍTATE DE ENCIMA, MALDITO IDIOTA!- 

Kakuzu ya tenía su puño listo, pero paró su ataque al ver que el jashinista se inclinaba de tal forma que sus rostros quedaron a unos cuantos centímetros. 

-¿Qué?- preguntó Kakuzu sin comprender las intenciones de Hidan. 

-¿En serio pensaste que todo este tiempo no me había dado cuenta?- soltó el creyente. 

-¿De qué estás hablando?- 

-Se que cada vez que me quedo dormido, acaricias mi cara y también me revuelves el cabello- 

El moreno cambió su expresión de enojo, por otra completamente distinta, era una mezcla entre asombro y vergüenza, algo que jamás Hidan hubiera imaginado ver. 

















Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤ espero les guste.

Kakuhidan "la inmortalidad también es una maldición" Where stories live. Discover now