Un día especial

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Tenemos la mala maña de no vivir el hoy como si fuera el último día de nuestras vidas.
Y es que todo lo que conocemos y vemos puede irse en menos de lo que canta un gallo -y eso que solo lo hacen veintisiete minutos antes de amanecer-
La vida da demasiadas vueltas y en una de ellas podemos salir volando...

—¡No lo hagas!— escuché su voz a mis espaldas. La cuestión era esta: Me rendía frente al Team Roughness o luchaba a como estaba acostumbrado. Todos mis compañeros habían prometido luchar a mi lado sin importar nada. Estaban dispuestos hasta a sacrificar su vida, cosa que no permitiría.

De pronto comienzas a pensar en todo lo que fue y lo que pudo haber sido. Todos tus sueños, tus metas, tus victorias y derrotas. Sí, me hubiera encantado lograr todo lo que tenía en mente, pero ¿sabes?, esto no lo tenía pensado e igual sucedió. Igual me encantó.

—¡ mejor que nadie sabe que no rompo mis promesas!— traté de no ser rudo contigo, sin embargo tus ojos celestes derramaron lágrimas que, desde donde estaba, se llevaban el azul característico de tu mirada con ellas. —regresaré, lo prometo—
Empredí vuelo junto a charizard y a lo lejos escuché tu voz deseándome suerte.

Tú sonrisa me impulso a seguir adelante sin importar nada, aunque todo estuviera en mi contra. La misma sonrisa que alguna vez levantó a toda Ciudad Lumiose. La sonrisa que se encargó de enterrarse en mi corazón para impulsarme a ser el mejor.

—¿Qué harás ahora?— el lider, Bootshabló curvando una macabra sonrisano puedes estar en dos lugares a la vez—
Mis estrategias parecían no surtir efecto, los ataques no generaban consecuencias graves. El cansancio no solo me invadía a mi y a mi equipo, mis amigos estaban igual o peor que yo. Todos en aquellos tuneles mantenían la esperanza -o quizá un milagro- para salir victoriosos de aquella batalla.

Cuando llegué noté todo intranquilo, muchos iban y venían, caras de angustía y preocupación invadían todo el salón donde nos habiamos resguardado. Pero, tú no estabas con ellos, tú no estabas ayudando, tú no me habías recibido del -casi- triunfo contra Boots ¿Dónde se encontraba la doncella que prometió esperar a su principe de la pelea contra al dragón?

Posiblemente no despierte— me dijo May bajando la mirada. —Lo siento Satoshi—
te encontrabas acostada en un intento de camilla con una mascarilla de oxigeno, tus cabellos extendidos en la almohada se notaban quemados, tus ropas -que ya no traias puestas- imitaban aquel disfraz de zombie que utilizamos en halloween. Te veías mal. Estabas mal.
¿Qué clase de cosas fuiste capaz de hacer?

Pasó un mes, cuatro semanas, treinta y un días, setecientas cuarenta y cuatro horas, cuarenta y cuatro mil seiscientos cuarenta minutos... Como lo quieras escuchar... Hasta que de nuevo pude ver el azul celeste de tu mirada. De nuevo me sentía completo.

—¡Deben de escapar, nosotros nos encargaremos!— Citron trató de corrernos lo más rápido de nuestro "refugio"
Las batallas habían aumentado y ya no podiamos seguirles el paso. El futuro que creiamos nuestro ya no lo fue más.
Aquella oscuridad, que creiamos desaparecería, cubrió totalmente el cielo.

Ahora trato de aparentar que he olvidado todo. Que soy uno más de ellos. ¡Y no sabes lo díficil que es!
Yo no puedo ser cruel como lo son ellos. No puedo matar personas y mucho menos pokémon como lo hacen ellos. Solo soy un subordinado que se encarga de cuidar rejas y que, si en algun momento llegará a perder recuerdos de todo lo que viví junto a ti, podría, incluso, ser jefe de todos estos malnacidos.
Descuida, nunca te olvidaré. Ni tampoco aquella promesa que hicimos cuando te ayude a escapar.
Sé que pronto nos volveremos a ver mi  querida Serena.

—¿E-eres ?— me miraste mientras acariciabas mi rostro, tus pupilas se movían rapidamente. El pequeño detrás de ti poco a poco salió de detrás de tus piernas, asomando su cabecita
—Mami— dijo jalando tu pantalón.
Si creía que no podía estar más feliz, con esto me equivocaba.
Todo el esfuerzo que empeñamos en aquel escape había valido la pena.
Cada maldito segundo de espera había valido la pena.
De nuevo teniamos en nuestras manos el destino que alguna vez nos fue arrebatado.

One-shots PokémonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora