capítulo único

89 13 7
                                    

ㅡ난 상관 없어...



Lo único que no pensó dos veces fue dejar todo en Corea. Ya había sido suficiente. Se disculpó de último momento donde trabajaba, claro que estaban enojados con él. ¿Quién no lo estaría? Sus estudios podían esperar además, no era ni siquiera algo importante ahora. Tan sólo había vaciado su cuenta en el banco con todos sus ahorros.

Pedir que su auto fuera incluso en viaje a Japón era un poco caro, pero pretexto para mínimo dejar lo importante ahí. Ya un compañero se encargaría de vender los muebles de su departamento anterior y mandar el dinero que consiguiera con ellos después.

Kanji podía soportar ese corto viaje a Japón dentro de la jaula. Ni siquiera sabía donde iba a llegar, simplemente estaba huyendo, lo sabía.

Como casi toda su vida. 

No podía dormir ni un poco en el asiento del avión, tantas voces en su cabeza diciendo que debía bajar, volver... Negó a sus adentros, colocándose los auriculares, completamente seguro que eso no era la salida que estaba buscando. Tragó un poco mientras su vista se fijaba en la pista de aterrizaje, DaeHyun muy pocas veces al año era cuando estaba en el aeropuerto de Seúl y sabía cuando regresaría, ahora no tenía idea, simplemente quería irse. Revisó su celular cambiando la música, nada le gustaba a decir verdad. Sobre todo por tener una playlist demasiado dulce para su corazón roto. Suspiró, no sabía que hacer hasta entre tanta aplicación llegó a la carpeta de fotos.

Debo estar loco por dejar que sigas aquí.— Río al recordar porque esa carpeta tenía contraseña, pasó el pulgar por la imagen apretando la mandíbula. Tan sólo se colocó el cubre bocas, una gorra y se acomodó para que su vista, de haber prestado atención, estuviera enfocada en la ventana. Pero no, simplemente veía las imágenes. ¿Cuántas veces le tomó fotos sin que se diera cuenta o incluso él haciéndose el tonto como si no supiera? — Al final no pudiste borrarlas.— Dijo en tono divertido, sin darse cuenta no sólo que una lágrima se le escapó, sino que el avión también iba despegando.

Que ridículo fue lo que pensó.

Las personas sólo te llegan a buscar en las películas. O porque de verdad te aman y les importas. Y él no vino por ninguna razón a detenerme.

Suspiró pesado y con ganas de llorar un poco cuando el avión estuvo en el aire, no tenía miedo a las alturas sino de olvidar lo que dejaba, pero vamos, a quien iba a engañar en realidad. En Japón había iniciado todo. Llevó una mano a su rostro, sentía un nudo en la garganta por no permitirse el más mínimo sollozo, se había negado horas a sacar todo de esa manera. Por lo menos en Japón encontraría un lugar y se dedicaría a llorar todo lo que quería y ya tenía una idea de donde ir. Misma que parecía tan absurda en su cabeza de ir al mismo sitio donde le conoció.

Pero la única persona con quien podía hablar era su madre, daba igual que fuera una lápida en lugar de un cuerpo, siempre creyó que le escuchaba, de algún modo.

Dio una última mirada por la ventana y el espacio frente a su asiento antes de cerrar los ojos, estaba cansado, ni siquiera fue capaz de dormir bien o lo suficiente. Guardó el móvil en su pantalón, dejando que música que no conocía y no sabía porque tenía, sonara, por lo menos ayudaba a distraerse. Pero el recuerdo era más constante, no podía simplemente olvidarse y ya. Superarse en un día tampoco. Sus manos estaban temblando como casi todo el día cuando se sentía terriblemente ansioso, como odiaba eso, las sujetó entre ellas buscando calmarse así mismo, lo cual parecía imposible.

El nudo en su garganta seguía, la opresión en su pecho. Mierda. Todo, absolutamente todo le dolía.

Ni como decir que lo que usaba en pareja con él se negaría a dejarlo, o guardarlo y nunca verlo de nuevo. Jugó con el anillo en su mano y sabía que la cadena seguía en su cuello reposando.

Perdido. DaeJaeWhere stories live. Discover now